Puigdemont siempre estuvo ah¨ª
La mejor arma del ¡®expresident¡¯ era la inmolaci¨®n como ¨²ltimo recurso para restituir en el independentismo el recuerdo de su huida como encarnaci¨®n del legitimismo
En la huida de Puigdemont hace cuatro a?os hab¨ªa impl¨ªcita la certeza de un regreso: nadie huye tras declarar una independencia para no volver al pa¨ªs por cuyo amor acaba de salir. Pero probablemente ni el propio Puigdemont pod¨ªa saber las condiciones de su huida ni de su regreso. La especulaci¨®n ha sido inevitable y ha durado cuatro a?os. ...
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En la huida de Puigdemont hace cuatro a?os hab¨ªa impl¨ªcita la certeza de un regreso: nadie huye tras declarar una independencia para no volver al pa¨ªs por cuyo amor acaba de salir. Pero probablemente ni el propio Puigdemont pod¨ªa saber las condiciones de su huida ni de su regreso. La especulaci¨®n ha sido inevitable y ha durado cuatro a?os. La detenci¨®n y la posterior libertad (para comparecer ante el juez el d¨ªa 4 y resolver su situaci¨®n) termina con ese runr¨²n, pero no aclara nada todav¨ªa sobre su futuro judicial. Sus compa?eros de aventura pol¨ªtica se sometieron a juicio, pagaron con a?os de c¨¢rcel la insumisi¨®n a las reglas democr¨¢ticas y a las mayor¨ªas sociales, pero ¨¦l no lo hizo. En el aeropuerto de Cerde?a se ha ejecutado la euroorden todav¨ªa vigente de detenci¨®n. Estaba en la isla Laura Borr¨¤s, la actual presidenta del Parlamento catal¨¢n, y ambos iban a participar en un acto cultural en el Alguer. ?Se sinti¨® seguro ah¨ª Puigdemont? ?Crey¨® que estaba garantizada una relativa libertad de movimientos, cuando la euroorden segu¨ªa activada?
La maquinaria de la justicia, en Espa?a y en Europa, no mide las consecuencias pol¨ªticas de las decisiones tomadas por los tribunales o los jueces. Las ¨²ltimas semanas han sido catastr¨®ficas para el redentorismo de Puigdemont porque la pol¨ªtica le ha achicado el terreno de forma rotunda, apart¨¢ndolo del centro del mapa y abriendo el terreno a la negociaci¨®n pol¨ªtica. La mejor arma que ten¨ªa Puigdemont era la inmolaci¨®n como ¨²ltimo recurso para restituir en el clima social del independentismo el recuerdo, ya borroso, de su huida como encarnaci¨®n del legitimismo. Para unos, cobard¨ªa pol¨ªtica; para otros, heroico resistencialismo. Pero, mientras tanto, segu¨ªa la vida su curso y Aragon¨¨s y ERC lograban imponer la cordura de la pol¨ªtica tras la concesi¨®n de los indultos, a la vez que negociaban con el Gobierno de S¨¢nchez un programa de futuro fr¨¢gil pero cre¨ªble. La situaci¨®n de Puigdemont, y casi de forma independiente a la resoluci¨®n del juez en Italia, interfiere en los planes de S¨¢nchez y de Aragon¨¨s porque cualquier forma de normalizaci¨®n institucional perjudica la causa pol¨ªtica de Puigdemont. Y eso es lo que hab¨ªa empezado en Barcelona hace una semana y media. Quiz¨¢ la respuesta de Junts y Puigdemont a la firmeza democr¨¢tica de Aragon¨¨s ante la mesa de di¨¢logo ha sido viajar a Cerde?a sin todas las precauciones activadas.