?Contra qui¨¦n van los abucheos?
La degradaci¨®n democr¨¢tica es el efecto ¨²ltimo de las habituales increpaciones a los presidentes del Gobierno socialistas en la Fiesta Nacional
La costumbre parece enquistada entre un sector minoritario de la poblaci¨®n, sin que los l¨ªderes de las distintas ramas de la derecha en Espa?a sientan la obligaci¨®n de pronunciarse. Los abucheos a los presidentes del Gobierno socialistas se han convertido en pr¨¢ctica tan rutinaria como suelen serlo en Catalu?a los que se dirigen contra el jefe del Estado por parte de sectores muy excitados del independentismo. El a?o pasado los actos de la Fiesta Nacional estuvieron estrictamente restringidos...
La costumbre parece enquistada entre un sector minoritario de la poblaci¨®n, sin que los l¨ªderes de las distintas ramas de la derecha en Espa?a sientan la obligaci¨®n de pronunciarse. Los abucheos a los presidentes del Gobierno socialistas se han convertido en pr¨¢ctica tan rutinaria como suelen serlo en Catalu?a los que se dirigen contra el jefe del Estado por parte de sectores muy excitados del independentismo. El a?o pasado los actos de la Fiesta Nacional estuvieron estrictamente restringidos por la pandemia y se celebraron sin p¨²blico y sin incidentes. Esta vez se han relajado las medidas de control de aforo y ha vuelto el espect¨¢culo de un grupo de personas estrat¨¦gicamente colocadas en las proximidades de las tribunas presidenciales (o en los balcones de una de las zonas m¨¢s ricas de Espa?a). La salida del Rey entre v¨ªtores contrastaba con los gritos de rechazo que dedic¨® un sector del p¨²blico a Pedro S¨¢nchez y los v¨ªtores que recibi¨® Isabel D¨ªaz Ayuso. Los insultos proferidos al presidente a su llegada y a su salida degradan sin remedio la celebraci¨®n del d¨ªa de la naci¨®n. Rodr¨ªguez Zapatero padeci¨®, de la misma manera, pr¨¢cticas semejantes desde 2005. Solo a Mariano Rajoy lo ha eximido del vituperio ese sector del pueblo de Madrid. El disgusto expresado la tarde del martes por Margarita Robles pudo ser ampliamente compartido por la mayor¨ªa de los espa?oles.
Que los l¨ªderes de Vox jaleen este tipo de acciones p¨²blicas responde a una estrategia pol¨ªtica prefijada y ellos mismos han pronunciado en sede parlamentaria y ante micr¨®fonos expresiones semejantes a las que se oyeron en la calle. Ellos tambi¨¦n discuten la legitimidad del Gobierno de coalici¨®n actual y hablan con corrosivo desparpajo del ¡°okupa de La Moncloa¡± para referirse al presidente del Gobierno. Menos explicable o m¨¢s alarmante resulta el silencio selectivo que practica el Partido Popular ante una pr¨¢ctica tan antidemocr¨¢tica como el abucheo pol¨ªtico en un d¨ªa que deb¨ªa estar exento de sectarismo partidista: los aplausos al rey Felipe VI se tornan en increpaciones ofensivas al presidente del Gobierno.
La derecha sabe que el respeto a las normas b¨¢sicas no puede estar en discusi¨®n en un sistema democr¨¢tico, y la tentaci¨®n del silencio o la tolerancia callada hacia el cuestionamiento de las instituciones fundamentales alimenta una radicalizaci¨®n que desdice de las aspiraciones de un partido de gobierno. El lema de la edici¨®n del desfile que se celebr¨® el martes, ¡°Servicio y compromiso¡±, podr¨ªa tener otras aplicaciones pol¨ªticas m¨¢s all¨¢ de las actuaciones del Ej¨¦rcito en emergencias como la tormenta Filomena o el volc¨¢n de La Palma. El objeto del abucheo no pareci¨® ser otro que el mismo impecable procedimiento democr¨¢tico que hoy permite gobernar a la coalici¨®n de PSOE-Unidas Podemos y un d¨ªa facultar¨¢ a otro u otros partidos para hacer lo mismo: gobernar para todos.