Una extra?a celebraci¨®n
Los l¨ªderes de la derecha prefieren misteriosamente dedicar el aniversario del fin de ETA a dar credibilidad a Otegi
D¨¦jenme que les cuente una peque?a historia que no est¨¢ en Twitter y luego ver¨¢n por qu¨¦. El autob¨²s de la l¨ªnea 28 de San Sebasti¨¢n cubre el trayecto entre el Boulevard ¡ªen pleno centro de la ciudad, junto a la Parte Vieja¡ª y el Hospital Donostia. Un d¨ªa de har¨¢ 20 a?os me sub¨ª a ese autob¨²s y me pareci¨® que el conductor me sonaba de algo. Me qued¨¦ pensando hasta que la actitud de uno de los pasajeros ¡ªque no perd¨ªa detalle de qui¨¦n entraba y qui¨¦n sal¨ªa del veh¨ªculo¡ª me hizo caer en la cuenta. El conductor era concejal de un pueblo de los alrededores y el pasajero, su escolta ¡ªseguramente ha...
D¨¦jenme que les cuente una peque?a historia que no est¨¢ en Twitter y luego ver¨¢n por qu¨¦. El autob¨²s de la l¨ªnea 28 de San Sebasti¨¢n cubre el trayecto entre el Boulevard ¡ªen pleno centro de la ciudad, junto a la Parte Vieja¡ª y el Hospital Donostia. Un d¨ªa de har¨¢ 20 a?os me sub¨ª a ese autob¨²s y me pareci¨® que el conductor me sonaba de algo. Me qued¨¦ pensando hasta que la actitud de uno de los pasajeros ¡ªque no perd¨ªa detalle de qui¨¦n entraba y qui¨¦n sal¨ªa del veh¨ªculo¡ª me hizo caer en la cuenta. El conductor era concejal de un pueblo de los alrededores y el pasajero, su escolta ¡ªseguramente habr¨ªa otro sentado atr¨¢s, pero no lo identifiqu¨¦¡ª. Los segu¨ª viendo durante un tiempo hasta que me fui de la ciudad. El concejal, de uniforme, conduciendo el autob¨²s de l¨ªnea, y m¨¢s atr¨¢s, siempre de pie, discreto, atento, el escolta.
No habl¨¦ con ellos. No quise romper el anonimato que era parte de su seguridad, pero hace 10 a?os, cuando me enter¨¦ del fin de ETA, sent¨ª una enorme tristeza por los que se quedaron en el camino ¡ªc¨®mo olvidar a Alberto y a Ascen, asesinados en una calle de Sevilla, de noche, a unos metros de donde dorm¨ªan sus tres hijos peque?os¡ª, pero tambi¨¦n un inmenso alivio por todos aquellos que dejar¨ªan desde ese momento de estar en peligro de muerte, obligados a vivir siempre protegidos por guardaespaldas que tambi¨¦n se jugaban la vida. Y que la perd¨ªan a veces junto a ellos, como el ertzaina Jorge D¨ªez, que muri¨® mientras proteg¨ªa al dirigente socialista Fernando Buesa.
Tambi¨¦n era socialista, por cierto, el concejal que iba escoltado mientras conduc¨ªa el autob¨²s urbano, y lo era Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, a quien estaba entrevistando en su despacho de ministro del Interior cuando recibi¨® la noticia de que Isa¨ªas Carrasco, un exconcejal socialista de Mondrag¨®n, acababa de ser tiroteado por un pistolero de ETA y agonizaba en la puerta de su casa. Eran socialistas, pero los mataban igual que a los concejales del PP, y en aquellos tiempos tan dif¨ªciles unos y otros se confortaban entre s¨ª porque sab¨ªan que la cosa no iba de derechas ni de izquierdas, sino de dem¨®cratas y de asesinos. Nadie desde el PSOE reproch¨® al ministro Jaime Mayor Oreja ni al presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar que no se plegaran a las exigencias de ETA para dejar libre al concejal del PP Miguel ?ngel Blanco. Todo el mundo sab¨ªa ¡ªy m¨¢s que nadie la banda terrorista¡ª que aquello no era un secuestro, sino un asesinato a c¨¢mara lenta, y todo el pa¨ªs esper¨® el desenlace con el coraz¨®n en un pu?o.
Y entonces, ?qu¨¦ est¨¢ pasando ahora? Uno se asoma a Twitter y lee, amplificadas por la cobard¨ªa del anonimato, las barbaridades que Pablo Casado y Santiago Abascal le achacan a Pedro S¨¢nchez a cuenta de unas declaraciones de Arnaldo Otegi en las que el veterano l¨ªder de la vieja Herri Batasuna ¡ªy de sus denominaciones sucesivas¡ª asegura que ya est¨¢ todo arreglado, que va a apoyar los Presupuestos del Gobierno a cambio de la libertad de los presos de ETA. La fanfarronada de Otegi ¡ªpronunciada delante de sus seguidores¡ª no tiene ni pies ni cabeza, pero Casado y Abascal no dejan pasar la oportunidad de concederle credibilidad para atacar al Gobierno. Antes del 20 de octubre del 2011, los dem¨®cratas ¡ªdel PP o del PSOE¡ª so?aban con el d¨ªa en que tres pistoleros con sus rid¨ªculas capuchas aparecieran en televisi¨®n anunciando que ETA se hab¨ªa terminado. Ese d¨ªa lleg¨®, pero desde hace 10 a?os para ac¨¢, sin un atentado que lamentar ni un indicio de vuelta a las andadas, los l¨ªderes de la derecha prefieren misteriosamente dedicar un d¨ªa tan se?alado ¡ªaquel en el que sus concejales dejaron de estar en la diana de ETA¡ª a dar marchamo de autoridad a las palabras de Otegi.