Tortilla de patatas, paella con chorizo y casi un 80% de vacunados

Los contenidos m¨¢s compartidos en redes no son siempre mensajes indignantes o insultos m¨¢s o menos ingeniosos. A veces incluso resulta agradable entrar en Twitter. Este fin de semana, la cadena de televisi¨®n alemana Deutsche Welle tuiteaba un reportaje en ingl¨¦s sobre el ¨¦xito de la campa?a de vacunaci¨®n en Espa?a. Durante estos d¨ªas se ha compartido el v¨ªdeo centenares de veces, acompa?ado de mensajes como ¡°orgullo de pa¨ªs¡±, ¡°cosas como esta hacen patria¡± y ¡°#marcaEspa?a¡±.

El v¨ªdeo de Deutsche Welle compara el porcentaje de personas vacunadas con la pauta completa en Espa?a, 78%, con el de otros pa¨ªses europeos: Italia, 69%; Francia, 68%, y Alemania, 65%. Y apunta algunas claves de estas buenas cifras, logradas a pesar de la lentitud de los primeros meses de la campa?a. Sobre todo, la confianza en la sanidad p¨²blica, el poco espacio que se ha dado en los medios a las teor¨ªas de la conspiraci¨®n sobre las vacunas y, tambi¨¦n y moderando el optimismo, ¡°la devastadora primera ola de la pandemia¡±.

En redes suelen funcionar los mensajes en los que se habla bien de Espa?a desde el extranjero. Parece que si alg¨²n espa?ol menciona algo que estamos haciendo de forma razonablemente adecuada, como la vacunaci¨®n, no nos lo acabamos de creer. Nos da la impresi¨®n, no siempre injustificada, de que tiene alg¨²n inter¨¦s oculto o que en realidad quiere vendernos una moto (o, peor, una bandera). Pero si lo dice un medio extranjero, quiz¨¢s tampoco nos convence del todo, pero al menos nos gusta o¨ªrlo.

No pasa solo con temas tan cruciales como las vacunas, tambi¨¦n con otros que no son tan cr¨ªticos, dicho sea sin quitarles la importancia que tienen. Como la tortilla de patatas. Cuando un periodista del New York Times asegura que la receta de tortilla de Ferr¨¢n Adri¨¢ hecha con patatas de bolsa es ¡°un deleite¡±, todo son tuits y titulares de satisfacci¨®n. Pero si buscamos mensajes sobre la receta anteriores a este art¨ªculo, es m¨¢s f¨¢cil encontrar opiniones divididas, por decirlo suavemente.

Tambi¨¦n pasa al rev¨¦s: un ataque a nuestra Espa?ita se vive en ocasiones como una afrenta que hay que vengar. Hay tuiteros que a¨²n no le han perdonado al chef brit¨¢nico Jamie Oliver que cocinara una paella con chorizo. Y no olvidemos la que le cay¨® a un tuitero italiano despu¨¦s de decir que Espa?a era como Italia, pero un poco peor. Ni siquiera escribo su nombre porque bastante tuvo ya con la que le cay¨® este verano. ¡°Hola, chicos ¡ªtuite¨® en ingl¨¦s con bastante gracia¡ª solo quer¨ªa confirmar una cosa: ?¡®me cago en tu puta madre¡¯ significa ¡®discrepo respetuosamente¡¯?¡±.

No creo que Twitter nos convierta en patriotas, por suerte para todos. Sin duda, se mezclan muchas cosas: es m¨¢s f¨¢cil aplaudir el v¨ªdeo de Deutsche Welle si se es m¨¢s o menos partidario de la sanidad p¨²blica (o incluso del Gobierno). Y en las disputas sobre comida hay tambi¨¦n mucho de broma y de impostura. Se suma adem¨¢s un ingrediente de sorpresa: nos parece normal que se hable aqu¨ª de Estados Unidos, del Reino Unido y de Alemania, pero nos extra?a que se nos mencione fuera de Espa?a, ya que tendemos a considerarnos bastante insignificantes (comprensiblemente). Y tampoco descarto que tengan raz¨®n quienes opinan que hacer tanto caso de la prensa extranjera es algo en realidad muy provinciano.

Pero tambi¨¦n es verdad que, para una vez que entre todos hacemos algo bien, podemos alegrarnos. Y quiz¨¢s incluso celebrarlo con una buena tortilla de patatas. Aunque no dir¨¦ si con cebolla o sin cebolla para no estropear el momento con una discusi¨®n.