Sin entrar en detalles
A la ciudadan¨ªa le cuesta asumir que los gobernantes ni est¨¢n siempre en condiciones de hacer lo que se proponen, ni tienen siempre intenci¨®n de hacer lo que dicen
El Gobierno pacta la derogaci¨®n de la reforma laboral del PP, sin entrar en los detalles. S¨¢nchez consigue que sus socios parlamentarios den v¨ªa libre a la tramitaci¨®n de los Presupuestos, sin entrar en los detalles. Es el sino de la pol¨ªtica: la distancia entre las palabras y las cosas. Y a la ciudadan¨ªa le cuesta asumir que los gobernantes ni est¨¢n siempre en condiciones de hacer lo que se proponen, ni tienen siempre intenci¨®n de hacer lo que...
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El Gobierno pacta la derogaci¨®n de la reforma laboral del PP, sin entrar en los detalles. S¨¢nchez consigue que sus socios parlamentarios den v¨ªa libre a la tramitaci¨®n de los Presupuestos, sin entrar en los detalles. Es el sino de la pol¨ªtica: la distancia entre las palabras y las cosas. Y a la ciudadan¨ªa le cuesta asumir que los gobernantes ni est¨¢n siempre en condiciones de hacer lo que se proponen, ni tienen siempre intenci¨®n de hacer lo que dicen.
Pero las promesas cuentan y la reputaci¨®n se pierde con suma facilidad. Entre las apuestas del Gobierno de coalici¨®n est¨¢ la derogaci¨®n de la ley laboral del PP, que fue, en su momento, un hachazo a los derechos de los trabajadores y un impulso a la precariedad laboral y a la competencia salarial a la baja. Bastar¨ªa con modificar la ley, pero la lideresa de Unidad Podemos, Yolanda D¨ªaz, no quiere renunciar al poder de lo simb¨®lico. La palabra derogar se ha convertido en estrella medi¨¢tica del momento. ?Un escollo o un escudo? Yolanda D¨ªaz se re¨²ne con Pedro S¨¢nchez y sale con la promesa de derogaci¨®n. Aunque acto seguido se precisa que se necesitar¨¢ el consenso de sindicatos y empresarios.
Por un lado, el presidente y la vicepresidenta segunda tienen un inter¨¦s compartido: acabar honorablemente la legislatura. Ha sido el primer Gobierno de coalici¨®n de la democracia, que ha significado adem¨¢s la incorporaci¨®n a las instituciones de un movimiento surgido de la calle (el 15M), lo cual resulta insoportable para los devotos del bipartidismo, incapaces de celebrar este caso ejemplar de capacidad de inclusi¨®n del r¨¦gimen constitucional. De modo que no es de inter¨¦s de ninguno de los socios que la experiencia acabe mal. S¨¢nchez concede el envoltorio ¡ªla derogaci¨®n¡ª a D¨ªaz, confiando en que sea transigente a la hora de entrar en los detalles, que van a ponerse sobre la mesa en la negociaci¨®n con patronal y sindicatos. ?Cu¨¢l ser¨¢ la apuesta pol¨ªtica de la patronal? ?Entrar¨¢ en el juego o apostar¨¢ por el desgaste con la esperanza de favorecer el regreso del PP, sobre cuya lealtad a sus intereses no tiene dudas? ?Qu¨¦ pasar¨¢ si los empresarios se instalan en el rechazo? Yolanda D¨ªaz seguro que est¨¢ convencida de poder capitalizarlo, ?y Pedro S¨¢nchez?
Con el envoltorio se quiere buscar la complicidad de los ciudadanos que viven la realidad de unas desigualdades salariales enormes, de una precariedad laboral extraordinaria, de unos niveles de paro enormes, muy lejos de los par¨¢metros europeos, en una sociedad a la que le cuesta avistar el futuro. Demasiado a menudo olvidamos dos datos estremecedores: Espa?a est¨¢ entre las tasas de natalidad m¨¢s bajas del mundo y el retraso en la edad de emancipaci¨®n de las j¨®venes es r¨¦cord mundial. O sea que, por el bien de todos, dense prisa en entrar, sin miedo, en los detalles.