Don Felipe descubre el bonob¨²s
Una trasnochada estrategia de comunicaci¨®n para ensalzar la campechan¨ªa del Rey se convierte en motivo de chanza
El ch¨®fer del autob¨²s urbano que pase¨® a Felipe VI por el centro de Madrid, durante el primer recorrido que hac¨ªa el jefe del Estado en tan ex¨®tico artilugio, se llama Borja. Lo que no ha trascendido es a qui¨¦n o a qui¨¦nes se les ocurri¨® la brillante estrategia de comunicaci¨®n, pero si el supuesto objetivo era trasladar a la ciudadan¨ªa el car¨¢cter campechano del monarca, se equivocaron de siglo y, sobre todo, de monarca. Antiguamente, estas estrategias s¨ª funcionaban. Se hac¨ªa correr el rumor de que alguien hab¨ªa visto al rey Juan Carlos a bordo de una de sus motocicletas socorriendo a alg¨²n c...
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El ch¨®fer del autob¨²s urbano que pase¨® a Felipe VI por el centro de Madrid, durante el primer recorrido que hac¨ªa el jefe del Estado en tan ex¨®tico artilugio, se llama Borja. Lo que no ha trascendido es a qui¨¦n o a qui¨¦nes se les ocurri¨® la brillante estrategia de comunicaci¨®n, pero si el supuesto objetivo era trasladar a la ciudadan¨ªa el car¨¢cter campechano del monarca, se equivocaron de siglo y, sobre todo, de monarca. Antiguamente, estas estrategias s¨ª funcionaban. Se hac¨ªa correr el rumor de que alguien hab¨ªa visto al rey Juan Carlos a bordo de una de sus motocicletas socorriendo a alg¨²n conductor en apuros y la gente iba y se lo cre¨ªa ¡ªo hac¨ªa como que¡ª, y nunca faltaba alguno que comentaba con acento castizo: ¡°Qu¨¦ majo es el Rubio¡±. El caso es que, entre bromas y veras, la leyenda se iba agrandando y terminaba con el tiempo en un episodio de Cu¨¦ntame. Incluso alg¨²n diario de dudosa reputaci¨®n se atrev¨ªa a asegurar que don Juan Carlos, ¡°totalmente vestido de negro¡±, se par¨® en julio de 1990 a socorrer a una pareja que se hab¨ªa quedado sin gasolina mientras circulaba por una carretera comarcal cercana a Madrid en un Seat 131 Mirafiori (no hay como alicatar una noticia falsa con infinidad de datos): ¡°La pareja, eternamente agradecida, continu¨® su viaje¡±. Se calcula, a?ad¨ªa el diario henchido de patriotismo, que el anterior monarca asisti¨® a 156 automovilistas en 40 a?os de reinado. Ni L¨ªnea Directa.
Ahora, no se sabe por qu¨¦, la gente se ha vuelto menos cr¨¦dula, m¨¢s picajosa. El v¨ªdeo del viaje inici¨¢tico de don Felipe en autob¨²s urbano lleg¨® a Twitter antes incluso que a los telediarios, aunque con una ligera variaci¨®n. La voz en off que narra el evento no es la de un respetuoso locutor de informativos, sino la de un tuitero guas¨®n e irreverente ¡ªcuyo nombre supuesto es Madsen¡ª que pone mote a los participantes en el v¨ªdeo y ridiculiza cada una de las escenas. En la que se ve al alcalde de Madrid dirigi¨¦ndose a los Reyes, Mart¨ªnez-Almeida [no lo llama as¨ª] explica ¡°lo que viene siendo hacer trasbordo en varias l¨ªneas como si fuera la puta misi¨®n a Marte. Se hacen hasta fotos en el autob¨²s como el que va a Disneylandia¡±. El v¨ªdeo se sigue multiplicando por las redes y llama la atenci¨®n que a nadie se le ocurriese en La Zarzuela ¡ªo dondequiera que fuese¡ª que aquella performance estaba llamada a convertirse en carne de meme y pitorreo.
Todo esto suced¨ªa el mismo d¨ªa que transitaba por Twitter ¡ªy qu¨¦ no transita por la red social todos los d¨ªas, a todas horas¡ª una historia muy curiosa que desvel¨® La Voz de Galicia y que tambi¨¦n tiene que ver con un conductor de autob¨²s. Resulta que un ch¨®fer de la empresa municipal de Vigo fue despedido ¡°tras ser grabado en actitud cari?osa con una pasajera cuando estaban solos dentro del bus¡±. El hombre recurri¨® el despido en los tribunales, pero finalmente el Supremo confirm¨® la sentencia y, como es habitual, el Centro de Documentaci¨®n Judicial ¡ªm¨¢s conocido como Cendoj¡ª la public¨® en su p¨¢gina web. Eso s¨ª, para cumplir la ley de protecci¨®n de datos, cambi¨® el nombre del condenado para que no pueda ser identificado. Normalmente se colocan en su lugar nombres tan poco frecuentes como los de los reyes godos, pero en esta ocasi¨®n el nombre elegido fue el de Pl¨¢cido. Con tan mala suerte que hay un conductor de autob¨²s en Vigo que se llama Pl¨¢cido y que, para m¨¢s inri, llevaba tiempo sin aparecer por el trabajo porque estaba de baja. La gente at¨® cabos y al bueno de Pl¨¢cido, tan inocente ¨¦l, se le vino el mundo encima. Sabido es que a los algoritmos los carga el diablo, lo mismo que a algunas estrategias de comunicaci¨®n.