Los tiburones y las teor¨ªas de la conspiraci¨®n
Por qu¨¦ resulta tan dif¨ªcil combatir los bulos en las redes sociales
Una tuitera brit¨¢nica comparti¨® hace unos d¨ªas una foto de un pez rarete. Seg¨²n comentaba, se trataba de un tibur¨®n alfombra manchado. El bicho llam¨® la atenci¨®n porque no tiene el aspecto que uno se espera de un tibur¨®n, hasta el punto de que menos de una semana m¨¢s tarde, el mensaje ya sumaba m¨¢s de 10.000 retuits.
Pero hab¨ªa un problema: como recog¨ªa el analista Alex Barredo en su bolet¨ªn sobre tecnolog¨ªa, ...
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Una tuitera brit¨¢nica comparti¨® hace unos d¨ªas una foto de un pez rarete. Seg¨²n comentaba, se trataba de un tibur¨®n alfombra manchado. El bicho llam¨® la atenci¨®n porque no tiene el aspecto que uno se espera de un tibur¨®n, hasta el punto de que menos de una semana m¨¢s tarde, el mensaje ya sumaba m¨¢s de 10.000 retuits.
Pero hab¨ªa un problema: como recog¨ªa el analista Alex Barredo en su bolet¨ªn sobre tecnolog¨ªa, no era un tibur¨®n alfombra, sino un rape, que se parece, pero no es lo mismo. La tuitera lo sabe porque se lo han comentado decenas de personas, incluidos bi¨®logos marinos. Pero no ha borrado su mensaje y muchos siguen comparti¨¦ndolo sin haber visto su correcci¨®n posterior, que apenas se ha retuiteado.
Como explica el periodista Ryan Broderick, tambi¨¦n en su bolet¨ªn y tambi¨¦n hablando de esta foto, se trata de un error inofensivo. Si no pasa nada muy extra?o, no pondr¨¢ en riesgo la democracia ni la salud p¨²blica. Imagino que lo peor que puede suceder es que un estudiante de Biolog¨ªa Marina se l¨ªe en un examen por culpa del tuit.
Pero es un ejemplo de lo dif¨ªcil que es combatir un bulo: un tibur¨®n vende m¨¢s que un rape y se comparte miles de veces, por lo que el algoritmo de Twitter, o de la red social que sea, le da a¨²n m¨¢s difusi¨®n. Y cuando alguien lo intenta desmentir, corre el riesgo de darle m¨¢s visibilidad. Adem¨¢s, a la autora le sabe mal borrar la foto original porque tampoco es tan grave (solo es un rape) y est¨¢ llena de ¡°me gusta¡± y trae seguidores nuevos, que es algo que siempre anima.
Por supuesto, todo esto es m¨¢s peligroso cuando no se trata de un error, sino de una falsedad que se mantiene con mala fe porque le resulta ¨²til a quien la mueve. Aqu¨ª hablamos, por ejemplo, de bulos sobre La Resistencia que mantienen incluso exdiputados, de mentiras sobre inmigrantes y de fabulaciones sobre las vacunas. Y da igual que se desmienta todo esto: los tuits se quedan sin borrar y las ideas no cambian. Eso es un tibur¨®n y no te puedes fiar de los bi¨®logos marinos porque est¨¢n financiados por el lobby del rape.
Siguiendo con las vacunas, este mi¨¦rcoles se publicaban y compart¨ªan en medios datos que vuelven a demostrar que los pinchazos funcionan. Eran cifras y gr¨¢ficos que deber¨ªan contribuir a que se apagaran las escasas pero machaconas teor¨ªas de la conspiraci¨®n al respecto. Como publicaba EL PA?S, ¡°las personas no vacunadas de entre 60 y 80 a?os tienen 25 veces m¨¢s riesgo de muerte por covid¡±. Y, proporcionalmente, hay much¨ªsimos m¨¢s infectados y hospitalizados sin vacunar que vacunados.
En Espa?a nos hemos vacunado mucho (menos mal) y los negacionistas de verdad (no las personas con dudas) son cuatro. Pero estos cuatro hacen mucho ruido, como se puede ver en las respuestas a los tuits y publicaciones que compart¨ªan estas cifras y gr¨¢ficos. Los conspiranoicos no se cre¨ªan nada: los datos eran todos falsos, o se pod¨ªan interpretar de maneras rocambolescas, o quiz¨¢s el Gobierno no quiere admitir que la tercera dosis har¨¢ que nos salgan aletas.
No hablamos de opiniones: podemos pensar lo que queramos sobre las farmac¨¦uticas, sobre David Broncano o sobre la vida marina. Y, por supuesto, todos nos equivocamos (yo lo hago varias veces al d¨ªa). Pero algunos ya deber¨ªan ir admitiendo que las vacunas funcionan y son seguras, y dejarse de plandemias y dem¨¢s juegos de palabras justitos. Eso s¨ª, los dem¨¢s tambi¨¦n nos podemos apuntar la historia del tibur¨®n y el rape, que todos tenemos nuestros puntos ciegos y a todos nos gusta recibir de vez en cuando algo de casito de las redes sociales.