Leche negra
El vecino viudo y yo continuamos haciendo la compra juntos. El hombre, obsesionado por adquirir art¨ªculos de color negro, se quejaba amargamente del poco valor que se le da al duelo en nuestros d¨ªas
Coincid¨ª en el s¨²per con un vecino que se hab¨ªa quedado viudo hac¨ªa poco y que llevaba en el carrito un paquete de rollos de papel higi¨¦nico de color negro. Al mostrar mi extra?eza, pues ignoraba la existencia de ese producto, me inform¨® de que era papel higi¨¦nico de luto. Dud¨¦ que a alguien se le hubiera ocurrido esa idea surrealista. El negro, por otra parte, junto al plateado y el dorado, es el color de la Navidad. Pens¨¦ que podr¨ªa tratarse de un art¨ªculo destinado a adornar los cuartos de...
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Coincid¨ª en el s¨²per con un vecino que se hab¨ªa quedado viudo hac¨ªa poco y que llevaba en el carrito un paquete de rollos de papel higi¨¦nico de color negro. Al mostrar mi extra?eza, pues ignoraba la existencia de ese producto, me inform¨® de que era papel higi¨¦nico de luto. Dud¨¦ que a alguien se le hubiera ocurrido esa idea surrealista. El negro, por otra parte, junto al plateado y el dorado, es el color de la Navidad. Pens¨¦ que podr¨ªa tratarse de un art¨ªculo destinado a adornar los cuartos de ba?o de las casas durante estas fechas tan se?aladas, pero no dije nada.
El vecino viudo y yo continuamos haciendo la compra juntos. El hombre, obsesionado por adquirir art¨ªculos de color negro, se quejaba amargamente del poco valor que se le da al duelo en nuestros d¨ªas. De hecho, ¨¦l vest¨ªa un ch¨¢ndal de colores chillones muy poco apropiado, no ya para su estado civil, sino para salir a la calle simplemente. Se lo hice ver con discreci¨®n, pero me respondi¨® que el ch¨¢ndal hab¨ªa pertenecido a la muerta. Se vest¨ªa con las ropas de la fallecida para aliviar la p¨¦rdida. ¡°Ella, de este modo, sigue en m¨ª¡±, confes¨® en el pasillo de los l¨¢cteos, ech¨¢ndose a llorar. Por supuesto, no hab¨ªa leche negra, ni yogures negros, ni quesos negros ni mantequilla negra. Todo all¨ª tend¨ªa al blanco, por lo que lo arrastr¨¦ hacia las bebidas alcoh¨®licas donde dio con un g¨¹isqui etiqueta negra, car¨ªsimo, del que escogi¨® tres botellas.
Ya en la calle, a punto de despedirnos, se empe?¨® en regalarme un rollo de papel higi¨¦nico negro que ocult¨¦ al llegar a casa para que no lo viera la familia. Es un rollo que da mal rollo, un rollo redundante, en fin, del que me voy deshaciendo poco a poco, a base de sonarme las narices y de limpiarme con ¨¦l las gafas. Luego oculto sus pedazos en la papelera. A ver si pasa todo esto de una vez. Felices fiestas.