?Por qu¨¦ los tiranos no soportan la s¨¢tira?
Los pol¨ªticos mediocres son incapaces de entender la importancia del humor como distensi¨®n ante los atropellos del poder
Los dictadores, los tiranos y todos los d¨¦spotas son ricos en patolog¨ªas, pero no soportan la s¨¢tira ni el humor. Sus cerebros son incapaces de entender esos mecanismos liberadores de tensiones. Creen haber nacido solo para dar ¨®rdenes y mandar. Se sienten dioses intocables.
Brasil acaba de ser testigo de esa incapacidad de los pol¨ªticos. Tras conocerse la noticia sobre la en¨¦sima hospitalizaci¨®n del presidente Jair Bolsonaro aparecieron sus ...
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Los dictadores, los tiranos y todos los d¨¦spotas son ricos en patolog¨ªas, pero no soportan la s¨¢tira ni el humor. Sus cerebros son incapaces de entender esos mecanismos liberadores de tensiones. Creen haber nacido solo para dar ¨®rdenes y mandar. Se sienten dioses intocables.
Brasil acaba de ser testigo de esa incapacidad de los pol¨ªticos. Tras conocerse la noticia sobre la en¨¦sima hospitalizaci¨®n del presidente Jair Bolsonaro aparecieron sus seguidores fan¨¢ticos junto con los evang¨¦licos pidiendo por su salud. A la vez que se difund¨ªan las fotos desde el hospital del presidente haciendo gestos de victoria. Una imagen que recuerda cuando hace tres a?os hab¨ªa sido acuchillado por un desequilibrado y Dios lo hab¨ªa salvado. Esta vez, le ha dado un empujoncito en el momento en que se estaba hundiendo en los sondeos electorales de cara a la jornada del pr¨®ximo octubre, en la que busca su reelecci¨®n.
Con su ¨²ltima hospitalizaci¨®n, no tardaron tambi¨¦n en aparecer en las redes sociales vi?etas sat¨ªricas y de humor. No hab¨ªan pasado 24 horas y la familia del enfermo ya hab¨ªa desafiado al Supremo para que condenara esas im¨¢genes. La democracia y la libertad de expresi¨®n son los demonios m¨¢s temidos por los d¨¦spotas de todas las ideolog¨ªas. Tal vez por ello, como periodista que ya tuvo que v¨¦rselas con la censura en los tiempos del franquismo, he mantenido siempre una cierta simpat¨ªa por la expresidenta brasile?a, Dilma Rousseff, quien en su primer discurso y en los momentos en que su propio partido, el PT, coqueteaba con medidas restrictivas a la libertad de expresi¨®n, ella, que hab¨ªa estado encarcelada y torturada durante la dictadura militar, pronunci¨® la c¨¦lebre frase: ¡°Prefiero el ruido de los peri¨®dicos al silencio de las dictaduras¡±.
Y es verdad que los pol¨ªticos m¨¢s inteligentes son aquellos que son capaces de soportar, incluso con sentido del humor, las investidas de la s¨¢tira. Cuando era corresponsal de este diario en Italia conoc¨ª pol¨ªticos importantes como Giulio Andreotti, que hab¨ªa sido cinco veces presidente del Gobierno y una de las figuras m¨¢s poderosas del mundo de la pol¨ªtica. Aqu¨ª en Brasil conoc¨ª al inmortal expresidente Jos¨¦ Sarney. Ambos llegaron a coleccionar las s¨¢tiras que se publicaba en su contra y jam¨¢s actuaron contra sus autores con peticiones judiciales.
Suelen ser los pol¨ªticos mediocres e inseguros o los d¨¦spotas, que se autoproclaman dioses, quienes son incapaces de entender la importancia del humor como distensi¨®n ante los atropellos del poder. He estudiado Historia de las religiones y conozco la importancia que lo sagrado, desde el inicio de los tiempos, ha tenido en el mundo para bien o para mal. Por ello, en las disputas sobre si cabe la s¨¢tira y el humor tambi¨¦n sobre los dioses y sus doctrinas, siempre he defendido que el humor no puede tener barreras, ni siquiera ante el mundo de la divinidad. Nada m¨¢s sagrado que el ser humano y la naturaleza, al mismo tiempo nada m¨¢s libertador y protector de las esencias humanas que la iron¨ªa o la s¨¢tira que purifica los falsos pudores ante lo que consideramos intocable.
Todo es relativo en la Historia, hasta los dioses y las religiones, mucho m¨¢s la pol¨ªtica y por ello no existen intocables ante la s¨¢tira y sobre todo cuando esta es inteligente y profunda, que llega a la ra¨ªz de las cosas como suelen ser las de los caricaturistas de los grandes medios de comunicaci¨®n. Cada una de sus creaciones son un pu?etazo en el est¨®mago de los satisfechos y una v¨¢lvula liberadora de tensiones de la esclavitud.
Hay quien me ha objetado que en los evangelios cristianos el profeta Jes¨²s nunca utiliz¨® la s¨¢tira. No es cierto. Lo que ocurre es que en ¨¦l, el humor tomaba una dimensi¨®n profunda y hasta filos¨®fica. Un solo ejemplo: un d¨ªa se encontr¨® con un grupo de griegos que quer¨ªa conocerlo. Jes¨²s les escuch¨® y sabedor de que en Grecia en aquel tiempo el mayor valor era la belleza corporal, como se puede observar en sus maravillosas esculturas, les record¨® una par¨¢bola impregnada de s¨¢tira fina y contundente. Les dijo que en la naturaleza nace si antes la semilla ¡°no se pudre en la tierra¡± y si no es tratada con esti¨¦rcol. Al parecer los visitantes griegos se fueron sin responder o quiz¨¢s sin entender la profundidad de la iron¨ªa del profeta.
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