?T¨² crees?
Poderes tan musculados como el religioso, el pol¨ªtico o el medi¨¢tico, hace ya d¨¦cadas que solo se interesan por los ¡°retornos¡±. S¨ªntoma indudable de su impotencia
Hace ya unos a?os se reunieron un fil¨®sofo bastante popular, Peter Sloterdijk, y un poderoso cardenal, Walter Kasper, en el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos con el fin de debatir acerca de un asunto que consideraban relevante: ¡°el retorno de la religi¨®n¡±. El di¨¢logo lo public¨® el diario Die Zeit. ?Por qu¨¦ pensaban que se estaba dando tal retorno? Ese punto en ning¨²n momento se explica. Ambos lo creen o aparentan creerlo, pero con matices notables.
Dijo Sloterdijk que, a diferencia ...
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Hace ya unos a?os se reunieron un fil¨®sofo bastante popular, Peter Sloterdijk, y un poderoso cardenal, Walter Kasper, en el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos con el fin de debatir acerca de un asunto que consideraban relevante: ¡°el retorno de la religi¨®n¡±. El di¨¢logo lo public¨® el diario Die Zeit. ?Por qu¨¦ pensaban que se estaba dando tal retorno? Ese punto en ning¨²n momento se explica. Ambos lo creen o aparentan creerlo, pero con matices notables.
Dijo Sloterdijk que, a diferencia del islam, el cristianismo carece ya de fuerza, orgullo y coraje, y que, en contraste con la violencia teol¨®gica islamista, ¡°aquello que nos vuelve a inquietar en el monote¨ªsmo se ha vuelto menos visible en el cristianismo que en su bastardo est¨¦tico, el comunismo¡±. Para el cardenal, en cambio, la sospecha de que ¡°haya algo que es sagrado, que est¨¢ fuera de mi alcance y con lo que debo vivir con respeto y veneraci¨®n¡± sigue siendo el cimiento del cristianismo. Como se ve, la posici¨®n del jerarca aparece en todo momento a la defensiva, a pesar de que el fil¨®sofo no se emplea a fondo y le perdona la vida en un par de ocasiones. Es m¨¢s, para Sloterdijk la cuesti¨®n no es de bondad, respeto y comprensi¨®n sino de algo irreparable: ¡°No podemos perdonar a los ¨¢rabes o a los musulmanes que seamos cultural y t¨¦cnicamente superiores desde hace 200 a?os¡±. Esta inversi¨®n de la culpa deja al cardenal muy desconcertado.
Pero en mi edici¨®n (KRK), la opini¨®n definitiva, la m¨¢s contundente, se debe al prologuista, F¨¦lix Duque: ¡°Lo ¨²nico que no se pregunta, al menos en los casos aqu¨ª examinados, es por qu¨¦ no vivimos ya m¨¢s que de retornos¡±. Y este es el problema. Poderes tan musculados como el religioso, el pol¨ªtico o el medi¨¢tico, hace ya d¨¦cadas que solo se interesan por los ¡°retornos¡±. S¨ªntoma indudable de su impotencia.