La enfermedad del socialismo franc¨¦s
El verdadero desaf¨ªo de Anne Hidalgo no es tanto su candidatura en los comicios de abril, sino saber si podr¨¢ hacer de esta batalla el preludio y trampol¨ªn de una verdadera y necesaria renovaci¨®n de su partido para el futuro
La candidata del Partido Socialista a las pr¨®ximas presidenciales francesas del mes de abril, Anne Hidalgo, parece al borde del colapso, pese a sus cualidades innegables. Ha surgido otra competidora del seno de la permanente descomposici¨®n de la izquierda, Christiane Taubira, que debilitar¨¢ el programa de Hidalgo, sobre todo, porque aquella viene respaldada por una denominada ¡°primaria de ciudadanos¡± aparentemente independiente de la disciplina y la din¨¢mica de los partidos pol¨ªticos. Este ingrediente de campa?a a?ade una confusi¨®n suprema a la profunda divisi¨®n de la izquierda, que presenta ?ocho candidaturas! Con todo, no se puede interpretar la incertidumbre en la izquierda solo con los par¨¢metros de la situaci¨®n actual. Es algo m¨¢s profundo, que se refiere a la desintegraci¨®n del socialismo franc¨¦s a lo largo de los ¨²ltimos 20 a?os.
Desde 2002, con la eliminaci¨®n del socialista Lionel Jospin en la primera vuelta, que inaugur¨® el escenario del cara a cara del candidato neofascista, Jean Marie Le Pen, y el conservador Jacques Chirac, la crisis del Partido Socialista se hizo patente, provocando, asimismo, una serie de fracturas internas articuladas entonces en torno de la pol¨ªtica econ¨®mica neoliberal y la Constituci¨®n europea, finalmente rehusada por la mayor¨ªa de socialistas, a pesar de sus dirigentes. La victoria de Fran?ois Hollande, en 2012, no se debi¨® sino al rechazo visceral que suscitaba la personalidad at¨ªpica del candidato de la derecha m¨¢s represiva de aquel periodo, Nicolas Sarkozy. Hollande ten¨ªa en sus manos la oportunidad de regenerar la oferta socialista; sin embargo, al finalizar en 2017 su mandato, dej¨® como legado una izquierda a¨²n m¨¢s ensangrentada en un campo de ruinas.
En el fondo, la enfermedad del socialismo franc¨¦s estriba en su incapacidad de responder a las profundas mutaciones de la sociedad generadas por la pol¨ªtica europea de austeridad vinculada al pacto de estabilidad y a su radicalizaci¨®n a partir de 2012. Ha sido la extrema derecha la que ha recuperado la oposici¨®n a esta pol¨ªtica, empujando, por otro lado, a una parte del electorado socialista a unirse a Emmanuel Macron, que planteaba, en 2017, como un arte de juego malabar, abrir nuevos caminos.
Anne Hidalgo presenta su candidatura sin que su partido haya reconsiderado, previa y seriamente, las razones estructurales de sus fracasos, y, lo que es m¨¢s grave, sin contar con su apoyo sincero. Hasta el ¨²ltimo momento, los socialistas se preguntaban si deb¨ªan proponer un nombre alternativo. De modo que nos queda la impresi¨®n de la voluntad de la alcaldesa de Par¨ªs de imponerse a la direcci¨®n del partido y no de ser elegida con convicci¨®n. Concurrir en este contexto frente a Macron, es, desde luego, para ella, una apuesta tenaz al tiempo que dif¨ªcil, porque puede perder todo o casi todo. As¨ª que su verdadero desaf¨ªo no es tanto su candidatura en los comicios de abril, sino saber si podr¨¢ hacer de esta batalla el preludio y trampol¨ªn de una verdadera y necesaria renovaci¨®n de su partido para el futuro.
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