La paridad retoma vuelo en Chile
Con Gabriel Boric, el pa¨ªs tendr¨¢ su Ejecutivo con m¨¢s mujeres hasta la fecha, aunque el verdadero test de un Gobierno feminista es el resultado de sus pol¨ªticas
El nombramiento del Gabinete con m¨¢s inc¨®gnitas previas desde que Chile recuperara la democracia conten¨ªa, sin embargo, algunas certezas. La respuesta a la pregunta de si la conformaci¨®n del Ejecutivo que acompa?ar¨ªa a Gabriel Boric responder¨ªa, bien al esp¨ªritu refundacional de la primera vuelta de campa?a o bien al mensaje de moderaci¨®n y de centrismo de la segunda, no alteraba la seguridad de que, en cualquier caso, ...
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El nombramiento del Gabinete con m¨¢s inc¨®gnitas previas desde que Chile recuperara la democracia conten¨ªa, sin embargo, algunas certezas. La respuesta a la pregunta de si la conformaci¨®n del Ejecutivo que acompa?ar¨ªa a Gabriel Boric responder¨ªa, bien al esp¨ªritu refundacional de la primera vuelta de campa?a o bien al mensaje de moderaci¨®n y de centrismo de la segunda, no alteraba la seguridad de que, en cualquier caso, la paridad de g¨¦nero, entendida como la participaci¨®n y representaci¨®n equilibrada de mujeres y hombres en puestos de poder y de toma de decisiones, ser¨ªa un criterio indispensable en el que muchos anhelan ver como un nuevo ciclo pol¨ªtico.
El pa¨ªs lo necesita. Chile se ha visto impactado por un estallido social en octubre de 2019 que vino a remover los cimientos de su convivencia. A ello, debi¨® sumar la pandemia de la covid-19, con consecuencias en una marat¨®n electoral que llev¨® a los chilenos a las urnas seis veces entre noviembre de 2020 y diciembre de 2022. Al mismo tiempo, est¨¢ teniendo lugar un proceso de elaboraci¨®n constitucional del que deber¨¢ emanar una nueva carta fundamental que ser¨¢ sancionada en un plebiscito de salida a mediados del a?o en curso.
Con una correlaci¨®n de 14 ministras y 10 ministros, no solo se consagra la paridad de g¨¦nero, sino tambi¨¦n la diversidad sexual al nombrar, por primera vez, a dos abiertamente homosexuales. Que Boric cumplir¨ªa su promesa de Gobierno feminista se vio antecedida por la decisi¨®n de su pareja, Irina Karamanos, de aprovechar el rol de primera dama para intentar ¡°reformularlo, de forma de adaptarlo a los nuevos tiempos¡±. Casi en paralelo se conoci¨® el deseo de la exdiputada Camila Vallejos, quien asumir¨¢ la vocer¨ªa de la futura administraci¨®n, de que el Ministerio de la Mujer y Equidad de G¨¦nero, cuya existencia se vio amenazada por las promesas de campa?a del candidato de la derecha, Jos¨¦ Antonio Kast, pudiera ingresar al Comit¨¦ Pol¨ªtico del gobierno. Su ingreso a dicha instancia se concretar¨¢ finalmente, logrando que la perspectiva feminista tenga la posibilidad de cruzar toda la gesti¨®n gubernamental como ha se?alado Antonia Orellana, quien ser¨¢ su titular. Ello contribuye a colocar un nuevo est¨¢ndar en lo que a Mecanismos para el Adelanto de la Mujer en Am¨¦rica Latina se refiere. Hasta el momento, el nivel m¨¢s alto asignado era el rango institucional de ministerio o bien cuando el rango de la titular es de ministra con plena participaci¨®n en el Gabinete. Sin embargo, cobra mayor envergadura al integrar el Comit¨¦ Pol¨ªtico porque, con ello, debuta en las ligas mayores. Ello supone el tr¨¢nsito, desde un ministerio de car¨¢cter sectorial, a pasar a integrar el espacio conformado por los ministerios ocupados por el ¡°c¨ªrculo de hierro¡± presidencial (Interior, Hacienda, Presidencia y Gobierno) y que considera tambi¨¦n la participaci¨®n de los presidentes de los partidos. En definitiva, representa un ascenso sin precedentes a esa figura que la Ciencia Pol¨ªtica ha dado en llamar ¡°Centro de Gobierno¡± (CdeG) y que re¨²ne a las instituciones que prestan apoyo directo al jefe del poder ejecutivo en sus funciones de conducci¨®n y de gesti¨®n.
La recuperaci¨®n de la paridad en el ejecutivo, de la que Michelle Bachelet fue precursora en Am¨¦rica Latina en 2006, pero en la que no persever¨® a pesar de que vino a ocupar un segundo mandato luego de ocupar la direcci¨®n ejecutiva de ONU Mujeres, es m¨¢s que una condici¨®n de necesidad para el presidente electo. Boric logr¨® el 68% de los votos de las mujeres menores de 30 a?os movilizando, adem¨¢s, al segmento de mujeres entre 30 y 50 a?os. Supone, adem¨¢s, un intento de armonizaci¨®n de la conformaci¨®n del poder ejecutivo con el de la convenci¨®n constituyente la que, integrada por 77 mujeres y 78 hombres, ha colocado un est¨¢ndar de referencia global en lo que a elaboraci¨®n constitucional se refiere.
Si bien Chile muestra la superaci¨®n de una barrera al haber tenido no una, sino dos veces a una mujer en la presidencia, el camino hacia la paridad de g¨¦nero en el poder no solo no ha sido lineal, sino que ha seguido una trayectoria m¨¢s bien exc¨¦ntrica. Vemos hoy d¨ªa c¨®mo un ejecutivo y una convenci¨®n constituyente paritarios desentonan con otros niveles de representaci¨®n pol¨ªtica que no deber¨ªan quedar ajenos al efecto acelerador que la decisi¨®n de Boric produce. Tal es el caso del Poder Legislativo. Gracias a la Ley 20.840, que modific¨® en 2015 el sistema electoral, se dispone que hasta las elecciones de 2029 los partidos deben tener un m¨¢ximo de representaci¨®n de cada sexo de 60%, lo que en la pr¨¢ctica, seg¨²n reciente estudio de Comunidad Mujer, ¡°funciona como una cuota femenina del 40% del total de candidaturas de cada conglomerado pol¨ªtico a nivel nacional¡±. De esta forma, las segundas elecciones realizadas bajo su aplicaci¨®n en 2021 han permitido que la participaci¨®n femenina en el Congreso ascienda a 35,5%, 12,9% m¨¢s que la obtenida en las elecciones de 2017. Por su parte, la presencia de senadoras apenas aument¨®, pasando de 23,5% a 24%. Desde esta perspectiva, Chile deber¨ªa considerar que la tendencia regional pasa por el tr¨¢nsito hacia la legislaci¨®n paritaria con la que cuentan hoy siete pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y que obliga a que las listas de candidaturas est¨¦n conformadas por 50% de mujeres y de hombres.
Por otra parte, a nivel del poder municipal, y aunque las ¨²ltimas elecciones asistieron a un avance importante de presencia femenina, con 17% de alcaldesas y 33% de concejalas sin mediar una ley de cuotas, se encuentra en tr¨¢mite legislativo un proyecto de ley que busca establecerlas en las elecciones de gobernadores regionales, alcaldes y concejales.
Otra tendencia que no aterriza todav¨ªa en Chile es la elaboraci¨®n espec¨ªfica de legislaci¨®n para prevenir, atender y sancionar la violencia pol¨ªtica contra las mujeres en raz¨®n de g¨¦nero, existente ya en Bolivia, M¨¦xico, Ecuador y Panam¨¢. El fen¨®meno ha sido recogido por estudios, tanto de la Corporaci¨®n Humanas-Interpreta como del Observatorio de violencia pol¨ªtica ¡°Mujer y Pol¨ªtica¡± de la Universidad de Santiago (USACH), arrojando que ¡°m¨¢s del 70% de mujeres que componen el ¨®rgano constituyente han recibido mensajes violentos o de odio¡±. La situaci¨®n es ratificada por las parlamentarias en una encuesta desarrollada por el Observatorio de Mujer contra la Desinformaci¨®n y las Fake News en procesos electorales, de la Fundaci¨®n Multitudes.
Aunque el verdadero test de un Gobierno feminista es el resultado de sus pol¨ªticas, Chile tendr¨¢, con el inaugurado por Gabriel Boric, el ejecutivo con m¨¢s mujeres hasta la fecha, una composici¨®n que se acompa?a con la voluntad de promover normas con perspectiva claramente feminista. En este ¨²ltimo aspecto, deber¨¢ ser particularmente estrat¨¦gico si quiere conservar la in¨¦dita base de apoyo femenino con la que cuenta. Dado que ser¨ªa intenci¨®n de su Gobierno llevar adelante la modificaci¨®n de la ley de identidad de g¨¦nero con el objetivo de reconocer las identidades diversas, resulta interesante observar el tr¨¢nsito de iniciativas similares en otros pa¨ªses y que ha llevado a abrir fisuras al interior del feminismo. Mirar la reciente creaci¨®n en Espa?a del partido Feministas al Congreso (FAC), que nace como reacci¨®n a la tramitaci¨®n de la conocida como ¡°Ley Trans¡± por parte de la coalici¨®n conformada por el PSOE y Podemos, podr¨ªa servirle como espejo.
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