Elige: actualidad o realidad
La actualidad se est¨¢ comiendo la realidad a mordiscos, como si la inmediatez fuera una bestia hambrienta capaz de engullir todo lo que existe y que un d¨ªa fue nuestro.
Estoy preocupada. Y asustada. Porque me he dado cuenta de que la actualidad se est¨¢ comiendo la realidad a mordiscos, como si la inmediatez fuera una bestia hambrienta capaz de engullir todo lo que existe y que un d¨ªa fue nuestro. Dices Actualidad y yo me encojo, me vuelvo ni?a, siento que viene el lobo y que esta vez me va a comer. Pero es as¨ª, entre nosotros vive una fiera que se alimenta de novedades y es capaz de tragar ideas, sentimientos, volcanes, cerdos, guerras enteras. Una bestia salvaje capaz de desayunarse el #metoo y merendar un #blacklivesmatter¡ Un demonio sediento de carne, ten...
Estoy preocupada. Y asustada. Porque me he dado cuenta de que la actualidad se est¨¢ comiendo la realidad a mordiscos, como si la inmediatez fuera una bestia hambrienta capaz de engullir todo lo que existe y que un d¨ªa fue nuestro. Dices Actualidad y yo me encojo, me vuelvo ni?a, siento que viene el lobo y que esta vez me va a comer. Pero es as¨ª, entre nosotros vive una fiera que se alimenta de novedades y es capaz de tragar ideas, sentimientos, volcanes, cerdos, guerras enteras. Una bestia salvaje capaz de desayunarse el #metoo y merendar un #blacklivesmatter¡ Un demonio sediento de carne, tendencias y sentimientos, que todo lo mastica a gran velocidad hasta hacerlo desaparecer. Y yo, pobre mortal, esforzada como estoy en habitar una simple vida, me he convertido en esclava de este monstruo omn¨ªvoro mientras veo mi mundo triturarse en sus mand¨ªbulas. La realidad se desangra a dentelladas mientas la actualidad engorda como un enorme cerdo de macrogranja que nos alimenta a todos.
Me atrevo a afirmar, por ejemplo, que la Bestia de la Actualidad se comi¨® el volc¨¢n de La Palma. ?Se acuerdan de Cumbre Vieja? Me refiero a aquellos ochenta y cinco d¨ªas en que aquel cr¨¢ter se convirti¨® en el centro del mundo. De ma?anas y noches viendo avanzar la lava minuto a minuto como si no hubiera nada m¨¢s importante ni urgente sobre la faz de la tierra. Entonces la bestia quer¨ªa ba?arse en furia y fuego, cautivada como estaba por la belleza destructora del volc¨¢n. La fiera se enamor¨® y durante meses nuestro mundo gir¨® en torno a una peque?a isla y hasta los pl¨¢tanos cambiaron de sentido en el mercado. Y de repente, un d¨ªa, el volc¨¢n despareci¨®. La prensa dijo que se hab¨ªa apagado pero yo creo que dej¨® de existir. La bestia se lo comi¨®. De hecho, puede que La Palma entera haya desaparecido, hasta los pl¨¢tanos.
Sobre todo los pl¨¢tanos, porque ahora el monstruo solo come cerdos engordados en macrogranjas. ?Qui¨¦n se acuerda de los pl¨¢tanos en tiempo de matanza? Hace unas semanas, mi hija mayor me dijo que nunca volver¨ªa a comer carne de uno de esos adorables cerditos rosas cuyas im¨¢genes est¨¢n de pronto por todas partes. Entonces le suger¨ª, sin demasiada convicci¨®n, que a lo mejor el problema de una alimentaci¨®n sostenible fuera m¨¢s complejo y afectase a m¨¢s animales y personas que los inmaculados cochinos. Ella, que solo intentaba apaciguar a la fiera, me mir¨® confundida. Despu¨¦s de todo, aprendemos desde ni?os que cuando la actualidad ruge, hay que alimentarla sin rechistar. Y si la bestia pide cerdo no podemos ofrecerle ternera o cabrito. Finalmente, esa misma semana escrib¨ª en este espacio sobre un hombre al que hab¨ªan colocado un coraz¨®n porcino porque, de repente, nada me pareci¨® m¨¢s relevante que la mirada humana sobre los marranos. Habr¨¢ quien diga que podr¨ªa haber pensado sobre otras cosas, que incluso podr¨ªa haber escrito sobre esas otras cosas, pero lo cierto es que no es sencillo pensar por encima de la actualidad. De hecho, empiezo a sospechar que a veces es imposible.
Y si no ya me contar¨¢n por qu¨¦ durante dos a?os enteros hemos reducido nuestra conversaci¨®n ¡ªy nuestra vida¡ª a un solo tema: la Covid. As¨ª, este virus, adem¨¢s de matar a millones de personas, nos ha dejado sin (otras) palabras y hasta sin (otras) enfermedades. La actualidad del SARS-CoV-2 nos ha simplificado ling¨¹¨ªstica y patol¨®gicamente. Hasta el punto de que muchos llegaron a creer que el c¨¢ncer, los problemas coronarios, la atenci¨®n primaria o la salud mental hab¨ªan desaparecido y que la historia de la medicina, como la Idea de Hegel, hab¨ªa alcanzado su destino al instalarse en un enfrentamiento c¨®smico con el virus. ?Y la vida? ?D¨®nde se fue? Ella, cansada y herida se desangra en las urgencias de un hospital colapsado con la ilusi¨®n de que alguien vuelva a buscarla. Pero no me entiendan mal. No estoy diciendo que la actualidad no importe. Al contrario, durante muchas noches me he acostado abrazada al periodismo de datos de Kiko Llaneras sin otro consuelo que un gr¨¢fico interactivo iluminando la oscuridad. Mi problema es que necesito que la realidad nos siga importando por encima de la actualidad. Es decir: una cosa es que nos importe la Covid porque amamos la vida y otra que consumamos informaci¨®n tan compulsivamente que lleguemos incluso a olvidar por qu¨¦ era importante. Y ya de paso, que dejemos de atender a cualquier realidad que no sea inmediata, como los campos de refugiados o nuestra intimidad, por citar solo dos heridas en penumbra.
Al final, la realidad no es m¨¢s que una forma eterna de ver las cosas. Lo que pasa es que cuando ya no hay forma de ver las cosas atravesando el tiempo entonces son las cosas las que te ven a ti. Y entonces sucede que es la actualidad la que nos mira, la que nos maneja, la que nos dice sobre qu¨¦ pensar en cada momento. ?Se acuerdan cuando nos manifest¨¢bamos por la crisis clim¨¢tica? Fue hace mucho ya, hab¨ªa una ni?a, una tal Greta Thumberg que llevaba un chubasquero amarillo y que se convirti¨® en pura inspiraci¨®n. ?Sabe alguien qu¨¦ fue de ella? La actualidad la escupi¨® como un hueso atravesado en la garganta.
El problema (y la desgracia) es que cuando la realidad no es capaz de atravesar el tiempo, entonces apenas se puede hablar de ella porque empieza a parecer que cualquiera podr¨ªa hacerle lo que quisiera. En la pr¨¢ctica, decir que lo real no permanece equivale a decir que no existe. ?Peor a¨²n! Es como dar patente de corso para cambiar la realidad al antojo, o sea, a los intereses de cada cual. Porque la realidad misma es lo puesto en cuesti¨®n ¡ªno las evidencias ef¨ªmeras de las portadas¡ª y la verdad parece antes el haz del foco de gloria que otorga el ¨²ltimo minuto trending topic que el producto necesario de los hechos, la historia o las ideas. De la sustancia del mundo, por decirlo de una vez. No en vano estamos construyendo una realidad paralela a marchas forzadas, un delicioso metaverso donde las cosas prometen tener principio y fin, donde podremos establecer acuerdos y pactos nuevos y definir d¨®nde empieza y termina el tiempo. Evidentemente est¨¢ siendo un gran ¨¦xito, porque la realidad ha perdido su sitio en el pensamiento y su espacio en el alma (de hecho, va como alma en pena). Y ahora lo ¨²nico real es el deseo universal de inventarla o de negarla.
As¨ª que toca escoger: realidad o actualidad. Y siempre habr¨¢ una p¨¦rdida en nuestra decisi¨®n, siempre nos faltar¨¢ algo fundamental. As¨ª las cosas, mi ¨²nico deseo es no elegir siempre lo mismo. Que algunos d¨ªas gane la vida, esa que es real y a¨²n nos espera.