El d¨ªa que Vox decidi¨® gobernar
Casado acaba de constatar que sin los votantes del centroderecha no llegar¨¢ a La Moncloa, y sin los votos de los diputados de la ultraderecha, tampoco
Por mucho que el Partido Popular quiera instalar el relato del cambio de ciclo, este no se ha producido. Las elecciones de Castilla y Le¨®n han dado unos resultados muy similares a los de la repetici¨®n de elecciones generales el 10-N, con la novedad de ...
Por mucho que el Partido Popular quiera instalar el relato del cambio de ciclo, este no se ha producido. Las elecciones de Castilla y Le¨®n han dado unos resultados muy similares a los de la repetici¨®n de elecciones generales el 10-N, con la novedad de la fragmentaci¨®n de la izquierda en plataformas de la Espa?a vaciada que capitalizan buena parte del descontento progresista, lo que ha penalizado tanto al PSOE como, de forma especial, a Unidas Podemos. Todo apunta a que estamos en esa fase del fin de las pandemias en las que, seg¨²n nos ense?a la Historia, emerge el descontento y el cabreo que la enfermedad hab¨ªa silenciado, incrementado por dos a?os de miedo, incertidumbre y crisis.
El gran cambio que se produce el 13-F no viene tanto de las urnas como de la decisi¨®n anunciada por Vox de querer gobernar junto a los populares. Es probable que en el PP pensaran que iban de farol, pero en contra de lo que ven¨ªan haciendo hasta la fecha, y de la experiencia que han obtenido sus hom¨®logos europeos, la ultraderecha espa?ola ha decidido dar el paso, e imprime as¨ª un punto de inflexi¨®n al devenir pol¨ªtico que va m¨¢s all¨¢ de Castilla y Le¨®n. Es la primera vez que se da, pero no ser¨¢ la ¨²nica. Es m¨¢s que posible que la veamos en Andaluc¨ªa, en alguna otra Comunidad Aut¨®noma, en Ayuntamientos, y qui¨¦n sabe si en el Congreso de los Diputados.
?Ser¨¢ capaz Pablo Casado de mantener su negativa a pactar con Vox en cada Comunidad Aut¨®noma o Ayuntamiento en que se plantee esta situaci¨®n, al menos, hasta las generales? No parece muy probable. ?Es m¨¢s realista, por tanto, dar v¨ªa libre a los acuerdos con la ultraderecha? Los populares saben que necesitan ocupar posiciones de centroderecha, liberales y democr¨¢ticas si quieren gobernar, algo dif¨ªcilmente compatible con la derogaci¨®n de las leyes de violencia de g¨¦nero o de las pol¨ªticas de reconocimiento de derechos LGTBI, entre otras, como le piden desde Vox. No se trata de pactar o no con Vox, se trata de lo que pactan con Vox y en qu¨¦ medida eso les va a impedir recuperar votos del centroderecha.
Sorprende pensar que no tuvieran en mente este escenario cuando asumieron el riesgo del adelanto electoral, pero lo que Casado acaba de constatar es que sin los votantes del centroderecha no llegar¨¢ a La Moncloa, y sin los votos de los diputados de la ultraderecha, tampoco. No es un asunto menor; es la gran decisi¨®n que divide a las familias conservadoras europeas. En Espa?a, adem¨¢s, puede ser el detonante que haga estallar definitivamente la crisis de liderazgo en el interior del Partido Popular.
En lugar de defender la legitimidad del qui¨¦n, quiz¨¢ a los dirigentes del PP les conviniera fijarse en el qu¨¦ y el precio que supone, tanto en t¨¦rminos democr¨¢ticos para el pa¨ªs, como electorales para su propio espacio ideol¨®gico.