Entre Rusia y China: EE UU y la guerra de Ucrania
Si el pa¨ªs europeo cae, garantizar la disuasi¨®n en Europa requerir¨ªa mucha m¨¢s atenci¨®n y recursos militares estadounidenses. Esto limitar¨ªa de forma mucho m¨¢s significativa el margen de maniobra de Washington para virar hacia Asia
La invasi¨®n rusa de Ucrania representa un importante desaf¨ªo para unos EE UU que llevan a?os intentando virar hacia Asia para contrarrestar el auge de China. De hecho, la Administraci¨®n de Biden justific¨® en parte la salida de las tropas estadounidenses de Afganist¨¢n el verano pasado en esos t¨¦rminos; era hora de recoger velas y concentrarse en China. He aqu¨ª el impacto disruptivo de la crisis de Ucrania, que ha forzado a la com...
La invasi¨®n rusa de Ucrania representa un importante desaf¨ªo para unos EE UU que llevan a?os intentando virar hacia Asia para contrarrestar el auge de China. De hecho, la Administraci¨®n de Biden justific¨® en parte la salida de las tropas estadounidenses de Afganist¨¢n el verano pasado en esos t¨¦rminos; era hora de recoger velas y concentrarse en China. He aqu¨ª el impacto disruptivo de la crisis de Ucrania, que ha forzado a la comunidad estrat¨¦gica estadounidense a centrar su atenci¨®n inmediata en la amenaza rusa en Europa. Se abre ahora un debate intenso en torno a cu¨¢l debe ser el orden de prioridades estrat¨¦gicas de EE UU (Europa contra Asia), no solo entre expertos, sino tambi¨¦n en el seno de la propia Administraci¨®n de Biden, que parecer¨ªa estar reescribiendo sus estrategias de seguridad y de defensa nacionales a ra¨ªz de los acontecimientos en Ucrania. A grandes rasgos, podemos distinguir entre dos campos.
Est¨¢n los que abogan por mantener el rumbo y priorizar la disuasi¨®n de China en Asia, y ven la crisis de Ucrania como una distracci¨®n para Washington. Es este el caso de Elbridge Colby, vicesecretario adjunto para estrategia en el Pent¨¢gono de Trump y principal coordinador de la Estrategia de Defensa Nacional de EE UU en 2018, quien avisa de que EE UU debe cuidarse muy mucho de enredarse en un conflicto con Rusia en Europa, ya que eso dejar¨ªa espacio a China para hacer alg¨²n tipo de movimiento en Asia (Taiw¨¢n suele ser el ejemplo preferido). Otros, sin embargo, afirman que EE UU debe ser capaz de ¡°caminar y mascar chicle al mismo tiempo¡±, en palabras de Karen Donfried, secretaria de Estado adjunta para Europa y Eurasia en la Administraci¨®n de Biden. Seg¨²n esta perspectiva, EE UU y sus Fuerzas Armadas deben estar preparadas para competir intensamente en dos frentes simult¨¢neos: Europa y Asia.
El debate sobre si EE UU debe priorizar claramente la amenaza China en Asia o jugar fuerte en dos frentes es en cierta medida cosm¨¦tico. Despu¨¦s de todo, Washington sigue afirmando tener un inter¨¦s fundamental en preservar un equilibrio de poder tanto en Europa como en Asia. Dado que estas dos regiones son las que concentran mayor potencial econ¨®mico, tecnol¨®gico y militar del mundo, a excepci¨®n de Am¨¦rica del Norte, asegurarse de que ninguna de ellas ser¨¢ dominada por una potencia hostil contin¨²a siendo un inter¨¦s primordial para Estados Unidos. Sin embargo, el debate no es entre priorizar Asia o priorizar Europa, sino entre centrarse en Asia o jugar fuerte en los dos frentes. Parece, en cualquier caso, que hay cierto consenso en que Asia debe tener prioridad. Fundamentalmente por dos razones. La primera es que el desaf¨ªo que plantea el auge de China para Asia es mucho m¨¢s multidimensional (al tener un fuerte componente econ¨®mico y tecnol¨®gico, adem¨¢s del militar), que el que supone Rusia para Europa (limitado principalmente al ¨¢mbito militar y energ¨¦tico). La segunda es que la arquitectura de seguridad y geopol¨ªtica en Asia es mucho m¨¢s fr¨¢gil que la europea.
En Europa, el sistema de defensa occidental copa buena parte de la gran planicie continental (hasta apenas 200 kil¨®metros de San Petersburgo) y mantiene una posici¨®n de clara superioridad en los dos ¡°mares internos¡± de la pen¨ªnsula europea (el B¨¢ltico y el Mediterr¨¢neo). Adem¨¢s, la OTAN est¨¢ tambi¨¦n respaldada por dos potencias nucleares en Europa occidental (Francia y el Reino Unido), que constituyen una suerte de pen¨²ltima l¨ªnea de defensa en el continente (la ¨²ltima son el Atl¨¢ntico y EE UU). Si bien es cierto que Rusia est¨¢ intentando revertir las ganancias de la OTAN tras el fin de la Guerra Fr¨ªa, Europa sigue disponiendo de un ¡°super¨¢vit de profundidad estrat¨¦gica¡±, sobre todo en comparaci¨®n con Asia. En esta ¨²ltima regi¨®n, el sistema de defensa estadounidense dispone de mucha menos ¡°profundidad¡±, ya que China da directamente al oc¨¦ano Pac¨ªfico. Con la excepci¨®n parcial de Jap¨®n y Taiw¨¢n, hay poco o nada que separe al Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Popular Chino del despliegue de fuerza estadounidense en el Pac¨ªfico.
Parad¨®jicamente, es este super¨¢vit de profundidad estrat¨¦gica en Europa, y esa posici¨®n de seguridad relativa, lo que permitir¨ªa a EE UU concentrar m¨¢s recursos militares y diplom¨¢ticos en Asia. Y parad¨®jicamente, una Ucrania soberana (al margen del debate sobre si debe o deb¨ªa alinearse con la OTAN) ha sido hasta ahora uno de los pilares de ese ¡°super¨¢vit de profundidad estrat¨¦gica¡± en Europa. Ucrania actuar¨ªa como una suerte de escudo para el per¨ªmetro defensivo de la OTAN en Europa Central y del Este, separando a Rusia de Eslovaquia, Hungr¨ªa, Rumania, el sur de Polonia y la pen¨ªnsula balc¨¢nica en general.
Si Ucrania acaba cayendo en la ¨®rbita estrat¨¦gica rusa (al margen las posibles modalidades, que podr¨ªan ir desde un control directo hasta un alineamiento), el flanco este de la OTAN ser¨ªa mucho m¨¢s parecido al de la Guerra Fr¨ªa. A esto cabe a?adir el alineamiento de Bielorrusia con Rusia, y el despliegue, ya permanente, de fuerzas rusas en Bielorrusia, desde donde est¨¢n tambi¨¦n invadiendo Ucrania. Ante este escenario, garantizar la disuasi¨®n en Europa requerir¨ªa mucha m¨¢s atenci¨®n y recursos militares estadounidenses, sobre todo teniendo en cuenta la falta de preparaci¨®n europea en el ¨¢mbito de la disuasi¨®n frente a grandes potencias. Esto dar¨ªa a EE UU quebraderos de cabeza mucho m¨¢s serios, y limitar¨ªa de forma mucho m¨¢s significativa su margen de maniobra para virar hacia Asia, que seguramente deber¨¢ seguir siendo la primera prioridad.