Mala gente que camina
Un diputado llama ¡°F¨¹hrer¡± a S¨¢nchez, una periodista ofende a las v¨ªctimas de Gernika, un arist¨®crata se forra con el virus
Supongo que ver¨ªan el v¨ªdeo en su momento. Un hombre asiste desde las gradas a un partido de b¨¦isbol. Sostiene a su beb¨¦ con un brazo. En la mano contraria, un vaso de pl¨¢stico con un l¨ªquido que parece cerveza. De pronto, observa que la pelota ha sido bateada con fuerza y viene hacia su posici¨®n. ?Qu¨¦ hace? O mejor, ?qu¨¦ har¨ªa usted? ?Proteger a su hijo peque?o del posible pelotazo? ?Apartarse y dejar que el espectador que est¨¢ a su lado con un guante de b¨¦isbol atrape la pelota? ?Tirar la cerveza e intentar cogerla con la mano libre? Si no hace nada de esto y s¨ª lo que hizo aquel padre ¡ªsolt...
Supongo que ver¨ªan el v¨ªdeo en su momento. Un hombre asiste desde las gradas a un partido de b¨¦isbol. Sostiene a su beb¨¦ con un brazo. En la mano contraria, un vaso de pl¨¢stico con un l¨ªquido que parece cerveza. De pronto, observa que la pelota ha sido bateada con fuerza y viene hacia su posici¨®n. ?Qu¨¦ hace? O mejor, ?qu¨¦ har¨ªa usted? ?Proteger a su hijo peque?o del posible pelotazo? ?Apartarse y dejar que el espectador que est¨¢ a su lado con un guante de b¨¦isbol atrape la pelota? ?Tirar la cerveza e intentar cogerla con la mano libre? Si no hace nada de esto y s¨ª lo que hizo aquel padre ¡ªsoltar al ni?o y atrapar la pelota mientras procuraba que no se derramase la cerveza¡ª, enhorabuena: se ha comportado usted como algunos de los diputados espa?oles tras la comparecencia del presidente Zelenski en el Congreso.
Era una oportunidad de oro para estar por una vez unidos, aunque solo fuera por ver qu¨¦ se siente, y tambi¨¦n por respeto al presidente de un pa¨ªs que est¨¢ siendo masacrado. Pero no. Tampoco esta vez fue posible. Lo l¨®gico ¡ªy, sobre todo, lo decente¡ª hubiese sido escuchar con respeto a Zelenski, hacerle sentir el afecto de los espa?oles hacia su pueblo, y, al d¨ªa siguiente, volver cada uno a sus afanes, al Gobierno o a la oposici¨®n, todos de forma seria y responsable, como pide la situaci¨®n. Pero result¨® que Zelenski ¡ªque hablaba desde un b¨²nker, cerca de calles sembradas con los cad¨¢veres de sus conciudadanos¡ª compar¨® la situaci¨®n de Ucrania con el bombardeo de Gernika, y ah¨ª algunos diputados ¡ªy tambi¨¦n algunos periodistas¡ª reaccionaron de la misma manera que aquel aficionado al b¨¦isbol pasado de ca?as: la pelota viene directa hacia ti, la grada te mira, sostienes al ni?o con una mano y la cerveza con la otra...
S¨ª, hicieron eso. El rid¨ªculo. Otra vez tomaron la decisi¨®n equivocada. Santiago Abascal, que de nuevo falt¨® este mi¨¦rcoles a la sesi¨®n de control, escribi¨® una ristra de tuits en los que afea a Zelenski la alusi¨®n a Gernika, a?ade que ¡°quiz¨¢ habr¨ªa sido m¨¢s acertado hablar de Paracuellos¡± y le env¨ªa una versi¨®n de la historia de Espa?a por si puede echarle un vistazo entre bomba y bomba. Mientras, y ya que el jefe no estaba, el diputado de su grupo Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez Garc¨ªa se sub¨ªa a la tribuna para llamar ¡°F¨¹hrer¡± a Pedro S¨¢nchez y ¡°alumno de Goebbels¡± al ministro F¨¦lix Bola?os, as¨ª, tan tranquilo, sin que la diputada popular Ana Pastor, que estaba presidiendo el debate, lo llamara al orden.
Me hab¨ªa asomado por la ma?ana a Twitter con la intenci¨®n de encontrar alguna historia distinta, algo que se saliera del ruido habitual, pero el aire tabernario que demasiadas veces se escapa del Congreso los mi¨¦rcoles termina contaminando todas las conversaciones. Es dif¨ªcil calificar a alguien que se atreve a comparar con Hitler al presidente de un Gobierno democr¨¢tico, como tampoco se entiende que una periodista diga, desde un programa de televisi¨®n, algo as¨ª a prop¨®sito de Gernika, donde en 1937 aviones alemanes e italianos bombardearon a los civiles, mujeres y ni?os en su mayor¨ªa:
¡ªNi el que bombardeaba era tan malo, ni los bombardeados eran tan buenos.
Lo dijo la periodista Mar¨ªa Jamardo en Telecinco, y el tuit con sus declaraciones se hizo viral porque hubo muchos que se llevaron las manos a la cabeza y no pocos que la apoyaron. El ruido que provocan las declaraciones m¨¢s abyectas lo ocupa todo, mientras en la oscuridad un joven arist¨®crata llamado Luis Medina Abascal y su socio se compran yates y coches de lujo con los millones de euros de comisi¨®n que obtuvieron de la venta, en plena pandemia, de mascarillas defectuosas. Lo dej¨® escrito el poeta: ¡°Mala gente que camina y va apestando la tierra¡±.