Delon
Siempre he pensado que, cuando uno se hace viejo, la naturaleza le incorpora un chip de aceptaci¨®n. Al actor no le pas¨®
Se dijo que hab¨ªa solicitado la eutanasia, aunque poco despu¨¦s uno de sus hijos lo desminti¨®. Estoy de acuerdo con muchas de las cosas que se dicen de ¨¦l: que es de derecha, que maltrat¨® a sus hijos, que es machista y homof¨®bico. Pero en la penumbra del cine de Jun¨ªn, donde vi todas sus pel¨ªculas, Alain Delon era la forma m¨¢s extrema de la belleza que yo pod¨ªa soportar: un poco m¨¢s me hubiera destrozado. Cuando ¨¦l aparec¨ªa en la pantalla, algo en el espacio y el tiempo retroced¨ªa con reverencia. Las suaves sombras debajo de...
Se dijo que hab¨ªa solicitado la eutanasia, aunque poco despu¨¦s uno de sus hijos lo desminti¨®. Estoy de acuerdo con muchas de las cosas que se dicen de ¨¦l: que es de derecha, que maltrat¨® a sus hijos, que es machista y homof¨®bico. Pero en la penumbra del cine de Jun¨ªn, donde vi todas sus pel¨ªculas, Alain Delon era la forma m¨¢s extrema de la belleza que yo pod¨ªa soportar: un poco m¨¢s me hubiera destrozado. Cuando ¨¦l aparec¨ªa en la pantalla, algo en el espacio y el tiempo retroced¨ªa con reverencia. Las suaves sombras debajo de los ojos, la muesca en la comisura al encender un cigarro. Cierta candidez de juventud se transform¨® despu¨¦s en algo lacerante y le dej¨® un rostro de hombre duro y herido. Era una belleza lun¨¢tica, sobrenatural, un actor soberbio de contenci¨®n f¨¦rrea. En 1959, A pleno sol, de Ren¨¦ Cl¨¦ment, lo lanz¨® al cielo, y le siguieron genialidades: El samurai, Rocco y sus hermanos. Trabaj¨® con Antonioni, Visconti, Melville. Era supremo cuando su aspecto se volv¨ªa ¨¢spero y real, peligros¨ªsimo, como en Los aventureros, donde aparec¨ªa sucio, sudoroso, la barba crecida y desprolija. No hab¨ªa manera de denigrar ese esplendor. En sus entrevistas antiguas rend¨ªa culto a los directores: dec¨ªa que la pel¨ªcula era de Melville o de Visconti, no de ¨¦l. Por eso me sorprend¨ª al saber que tiene una oficina repleta de fotos de s¨ª mismo. Sospecho que nada de su vida real se corresponde con lo que vi en las pel¨ªculas. Ahora tiene 86. Sufri¨® hace tiempo un ictus. Al parecer eso no le dej¨® muchas secuelas, pero la vejez no le gusta, no soporta mirar sus fotos de joven, ver todo lo que era. Siempre he pensado que, cuando uno se hace viejo, la naturaleza le incorpora un chip de aceptaci¨®n. A ¨¦l no le pas¨®. Eso confirma que ese chip no existe, y me da miedo. Hay un verso de Drummond de Andrade: ¡°Lleg¨® un tiempo en que la vida es una orden. / La vida, nada m¨¢s, sin mistificaci¨®n¡±. Espero que no sea verdad para ¨¦l. Que los a?os lo traten con respeto.