Boris Johnson en jaque
El conservadurismo brit¨¢nico dirime el momento de acabar con su l¨ªder a riesgo de quedar descabezado
El Partido Conservador brit¨¢nico es una amalgama mal cohesionada de radicalismo antieuropeo y neoliberalismo mal entendido, pero, sobre todo, una estructura concebida para alcanzar y retener el poder con generosas dosis de oportunismo. Hoy tiene a su primer ministro en la cuerda floja. El particular sistema dise?ado por el partido para poner en marcha una moci¨®n de censura interna ¡ªla misma que sufrieron en su momento Margaret Thatcher o Theresa May¡ª requiere un total de 54 cartas que expresen la retirada de la confianza por parte de otros tantos diputados. Hasta que se alcance esa cifra m¨¢gic...
El Partido Conservador brit¨¢nico es una amalgama mal cohesionada de radicalismo antieuropeo y neoliberalismo mal entendido, pero, sobre todo, una estructura concebida para alcanzar y retener el poder con generosas dosis de oportunismo. Hoy tiene a su primer ministro en la cuerda floja. El particular sistema dise?ado por el partido para poner en marcha una moci¨®n de censura interna ¡ªla misma que sufrieron en su momento Margaret Thatcher o Theresa May¡ª requiere un total de 54 cartas que expresen la retirada de la confianza por parte de otros tantos diputados. Hasta que se alcance esa cifra m¨¢gica, el n¨²mero de peticiones acumuladas se mantiene oculto. En cualquier caso, es un acto privado, dictado por el sentido pr¨¢ctico, y no expone abiertamente al diputado.
El ¨²nico modo de intuir lo cerca que est¨¢ el filo de esa espada de Damocles es prestar atenci¨®n al n¨²mero de representantes pol¨ªticos que tienen la valent¨ªa de exigir p¨²blicamente la dimisi¨®n del l¨ªder y de anunciar que ya han entregado la carta. Y los que han dicho ante los micr¨®fonos que Boris Johnson debe retirarse, por el bien del partido, se cuentan con los dedos de las manos. En el c¨¢lculo m¨¢s optimista, apenas suman 25 las retiradas de confianza enviadas oficialmente a la direcci¨®n del grupo.
Pero eso no quiere decir que la mayor¨ªa de los conservadores respalde a Johnson. Se pudo ver la semana pasada, cuando el primer ministro compareci¨® ante la C¨¢mara de los Comunes para volver a dar explicaciones por el esc¨¢ndalo de las fiestas en Downing Street durante la pandemia. El informe de la alta funcionaria, Sue Gray, describ¨ªa un bochornoso ambiente de consumo excesivo de alcohol, falta de respeto al personal de seguridad y limpieza, y, sobre todo, un incumplimiento deliberado de las normas de distanciamiento social impuestas al resto de los ciudadanos. M¨¢s de la mitad de los parlamentarios conservadores abandonaron sus esca?os antes de que su primer ministro concluyera un debate que se prolong¨® durante m¨¢s de dos horas. Fue una mezcla de bochorno y resignaci¨®n. Bochorno, porque despu¨¦s de conocer todo lo ocurrido en dependencias gubernamentales, bajo la vigilancia de Johnson, y de ver las fotos en las que aparece el propio primer ministro copa en mano, pocos miembros de su partido tienen ganas de defenderle. Resignaci¨®n, porque la negativa del primer ministro a presentar su dimisi¨®n les deja con las manos atadas. Tampoco hay un candidato claro para sustituirle, con lo que el partido corre el riesgo de perder el poder a la vez que se deshace del l¨ªder. Y la mayor¨ªa de los conservadores veteranos y s¨®lidos ¡ªmuchos de ellos contrarios a la salida de la UE¡ª fueron barridos del Parlamento en diciembre de 2019, cuando Johnson obtuvo una victoria arrolladora a lomos del Brexit y trajo con ¨¦l una nueva generaci¨®n de diputados.
Con unas encuestas que expresan cada vez con mayor claridad el rechazo de una mayor¨ªa de los ciudadanos a Johnson, el sentido de la oportunidad pol¨ªtica ser¨¢ el que pueda dar la vuelta a la situaci¨®n interna de los conservadores, si finalmente salta el mecanismo autom¨¢tico de la moci¨®n de censura. Ning¨²n diputado quiere ser el primero en levantar la daga, pero ser¨¢n tambi¨¦n muy pocos los que quieran aparecer ante su electorado como los que salvaron la carrera pol¨ªtica del primer ministro.