Peleas, alcohol y falta de respeto: el informe sobre las fiestas en Downing Street exige responsabilidades a Johnson
El primer ministro brit¨¢nico ha vuelto a pedir disculpas este mi¨¦rcoles al Parlamento y a la ciudadan¨ªa para frenar una rebeli¨®n en su partido
Boris Johnson ten¨ªa ya su estrategia preparada de antemano, y casi ha respirado aliviado al comprobar que la culpa de todo lo ocurrido en Downing Street durante la pandemia estaba repartida. Aun as¨ª, le ha tocado hacer frente a otra jornada extremadamente dura. La vicesecretaria de la Oficina del Gabinete del Primer Ministro, Sue Gray, ha publicado este mi¨¦rcoles su esperado informe final sobre las fiestas prohibidas durante el confinamiento, el esc¨¢ndalo conocido como partygate. ¡°Mucha gente estar¨¢ conmocionada ante la escala del comportamiento que tuvo lugar en el mismo coraz¨®n del Gobierno¡±, concluye la alta funcionaria. ¡°Los l¨ªderes de m¨¢s alto nivel, tanto pol¨ªtica como administrativamente, deben asumir la responsabilidad por esta cultura [de alcohol y fiestas]¡±, se?ala. Sin nombrarlos directamente, Gray apunta de ese modo a Boris Johnson y a Simon Case, es decir, el primer ministro del Reino Unido y su secretario de Gabinete y jefe m¨¢ximo del cuerpo de altos funcionarios del pa¨ªs.
Es todo lo lejos que llega la n¨²mero dos de Case, que ha trabajado en las 37 p¨¢ginas del informe durante meses, y suspendi¨® su publicaci¨®n ¨ªntegra a la espera de que Scotland Yard concluyera su propia investigaci¨®n. No se trataba de un expediente disciplinario, precisa Gray, y, por tanto, no est¨¢ en sus manos imponer sanciones ni sugerir una respuesta concreta.
Despu¨¦s de analizar fotos, correos y mensajes, y de interrogar a muchos implicados, el informe es un compendio de hechos, acompa?ado de conclusiones gen¨¦ricas, que puede permitir a Johnson escabullirse de nuevo. Gray investiga 16 actos en los que, supuestamente, se incumplieron las normas de distanciamiento social. Pero se cuida mucho de nombrar a los participantes, cuya identidad no resulta relevante para las conclusiones generales, o de mostrar m¨¢s fotos de las necesarias. En concreto, incluye nueve im¨¢genes, y en todas aparece Johnson, acompa?ado en algunas de ellas por el ministro de Econom¨ªa, Rishi Sunak.
Gray intenta, a trav¨¦s de sus conclusiones, proteger al personal m¨¢s joven de Downing Street, para evitar que acaben siendo ellos los chivos expiatorios de un proceder tolerado, e incluso fomentado, por sus superiores: ¡°Algunos de los comportamientos descritos no tienen excusa, pero es importante se?alar que la mayor¨ªa de los empleados junior asistieron a estos actos porque sus superiores estaban presentes, o incluso los hab¨ªan organizado directamente. Estoy segura de que habr¨¢n aprendido la lecci¨®n, y aunque es un asunto que no me compete, conf¨ªo en que se tenga en cuenta a la hora de adoptar medidas disciplinarias¡±, pide Gray.
El informe se?ala tambi¨¦n casos de ¡°falta de respeto y un tratamiento pobre hacia el personal de limpieza y seguridad¡± de los edificios gubernamentales. ¡°Eso es inaceptable¡±, concluye.
Son, sin embargo, algunos de los detalles descritos los que dibujan con mucha mayor precisi¨®n que las conclusiones el grado de desprop¨®sito que se vivi¨® aquellos d¨ªas en Downing Street. ¡°Esta reuni¨®n dur¨® varias horas¡±, describe una de las fiestas, que tuvo lugar el 18 de junio de 2020. ¡°Hubo un consumo excesivo de alcohol por parte de algunas personas. Una, en concreto, acab¨® enferma [sick, un t¨¦rmino utilizado normalmente para describir a quien acaba vomitando]. Hubo un altercado menor entre otros dos de los presentes¡±, relata.
¡°Algunos de los que trabajaban en otras zonas del edificio del n¨²mero 10 de Downing Street oyeron unos niveles de ruido muy altos, que sonaban como una fiesta, en la oficina de prensa. Una limpiadora que lleg¨® a la ma?ana siguiente vio que hab¨ªa vino tinto derramado por la pared y por algunas cajas de papel para fotocopias¡±, indica el informe al describir otra de las fiestas. El texto indica incluso c¨®mo se pidi¨® al personal que hubiera bebido m¨¢s de la cuenta que usara para salir la puerta trasera de Downing Street.
Varias de las situaciones descritas por Gray indican claramente que algunos de los principales cargos del equipo del primer ministro eran muy conscientes de lo que estaban haciendo. Martin Reynolds, secretario personal de Johnson y responsable de la organizaci¨®n de alguna de las fiestas, responde por WhatsApp a un asesor (sin identificar) que expresa su preocupaci¨®n por las informaciones surgidas en los medios: ¡°Mucha suerte. Esa historia no tiene recorrido, pero mejor que se centren en ella que no en lo de las bebidas (de lo que parece que nos hemos escapado vivos)¡±, responde Reynolds. El exdirector de Comunicaci¨®n de Johnson, Lee Cain, por cuya despedida se celebr¨® una de las fiestas, a la que el primer ministro acudi¨® (y bebi¨®, y brind¨® y solt¨® un discurso), muestra tambi¨¦n al propio Reynolds sus reparos ante la fiesta convocada en mayo de 2020, a la que se invit¨® a m¨¢s de 100 personas: ¡°Puede ser un riesgo de comunicaci¨®n [peligro de que la prensa se entere] en las actuales circunstancias¡±, avisa Cain. La fiesta acab¨® celebr¨¢ndose, con alcohol, comida y 40 asistentes.
Boris Johnson ha acudido este mi¨¦rcoles a la C¨¢mara de los Comunes para hacer una declaraci¨®n sobre el informe de Gray. De nuevo ha pedido excusas al Parlamento, y ¡°ha asumido toda la responsabilidad por lo ocurrido¡±. Pero eso no significa que contemple la posibilidad de dimitir. ¡°Escandalizado¡± por todo lo que relata el informe, el primer ministro ha insistido en que no fue consciente, en su momento, de todo lo que ocurr¨ªa en Downing Street. Desde las primeras informaciones, Johnson ha reemplazado a parte de su equipo, y desde la ¡°humildad¡±, ha reiterado, ha ¡°aprendido la lecci¨®n¡±.
El l¨ªder de la oposici¨®n laborista, Keir Starmer, ha reclamado de nuevo la dimisi¨®n de Johnson, y ha pedido a los diputados conservadores que le frenen, ¡°antes de que conduzca a este pa¨ªs al desastre¡±. El informe de Gray, ha concluido Starmer, ¡°es un monumento a la soberbia y a la arrogancia de un Gobierno que cree que hay unas reglas para ¨¦l, y otras reglas para el resto del mundo¡±.
Johnson, el superviviente
Johnson se ha reunido poco despu¨¦s con el grupo parlamentario conservador, antes de lo cual ha ofrecido una rueda de prensa. Ha ofrecido una petici¨®n de perd¨®n por partida triple: al Parlamento, a los diputados tories y a la ciudadan¨ªa, con la esperanza de dar por cerrado el episodio de las fiestas.
Lo cierto es que la irritaci¨®n que desat¨® el esc¨¢ndalo, cuando se conoci¨® a principios de a?o, ha rebajado su tono. Muchos parlamentarios conservadores han frenado sus cr¨ªticas ante la urgencia de unidad que reclama la crisis de Ucrania. El hecho, adem¨¢s, de que la Comisi¨®n de Privilegios de la C¨¢mara de los Comunes haya abierto su propia investigaci¨®n ante el posible desacato de Johnson (mentir al Parlamento sobre las fiestas) ofrece la excusa perfecta a muchos diputados conservadores para aplazar su decisi¨®n, y permitir que el primer ministro siga, por el momento, a flote.
Una encuesta expr¨¦s realizada este mismo mi¨¦rcoles por YouGov indica que el 59% de los brit¨¢nicos cree que Johnson deber¨ªa dimitir por el esc¨¢ndalo del partygate. Solo un 7% est¨¢ convencido de que acabar¨¢ haci¨¦ndolo. Nunca ha habido una mejor ocasi¨®n para traducir err¨®neamente al espa?ol un verbo (resign, dimitir) por su literalidad fon¨¦tica, porque parece quedar claro que los ciudadanos del Reino Unido est¨¢n ¡°resignados¡± a que Johnson sobreviva una vez m¨¢s.
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