Oda al rifle
Madrid debe convertirse en la patria de la libertad y el rifle. Se lo merece. Su apuesta de progreso es inseparable de la venta libre de armas. ?O no?
Bendita sea tu perfecci¨®n, bendito el regalo que suponen para el hombre libre la culata, el visor, el ca?¨®n y el gatillo. Alabada sea la ley del m¨¢s fuerte en los negocios de la vida. Tu culata convoca a los emprendedores que nos salvan con el fruto rojo de sus disparos. Tu visor corrige las enso?aciones de los telescopios, empe?ados en mirar las estrellas en vez de poner el ojo en la tierra salvaje. Tu ca?¨®n alarga la voluntad humana hasta la jungla de la supervivencia y traza las fronteras del le¨®n y el ciervo, la ira y la campana. Tu gatillo tiene rumor de origen, voz de fuego, resumen del ...
Bendita sea tu perfecci¨®n, bendito el regalo que suponen para el hombre libre la culata, el visor, el ca?¨®n y el gatillo. Alabada sea la ley del m¨¢s fuerte en los negocios de la vida. Tu culata convoca a los emprendedores que nos salvan con el fruto rojo de sus disparos. Tu visor corrige las enso?aciones de los telescopios, empe?ados en mirar las estrellas en vez de poner el ojo en la tierra salvaje. Tu ca?¨®n alarga la voluntad humana hasta la jungla de la supervivencia y traza las fronteras del le¨®n y el ciervo, la ira y la campana. Tu gatillo tiene rumor de origen, voz de fuego, resumen del vientre, la vagina y el falo de la sociedad. Bendita sea la infancia de vaqueros e indios, norma de cualquier existencia futura.
Madrid debe convertirse en la patria de la libertad y el rifle. Se lo merece. Su apuesta de progreso es inseparable de la venta libre de armas. ?O no? Superada ya esa tonter¨ªa viejuna de la sanidad y la educaci¨®n p¨²blicas, el camino exige l¨ªderes compulsivos, muchachos sin tratamiento psiqui¨¢trico, rencores consagrados al rifle, colegios donde se produzcan las venganzas y cl¨ªnicas privadas y libres para atender a los heridos. Es la bella factura.
La vida exige convertir las ideas en obsesiones implacables. Sin l¨ªmites, sin reglas, sin gobierno, sin confinamientos. Marchando una de rifles. Franco, Hitler, Stalin, ETA, el yihadismo y los talibanes convirtieron a sus patrias, sus ideales y sus dioses en un camino hacia el horror. Los neoliberales caminan con paso firme hacia las f¨¢bricas de armas. Sus libertades son unos mostradores con pistolas, un yo que sabe defenderse solo, que sabe hacer justicia solo, que no necesita otro cuidado que el olor a p¨®lvora en los dedos. Rifles en las palabras, las noticias, las redes y los corazones. Bendita luz manchada del mundo que nos espera.