Inteligencia demasiado natural
El discurso de Giorgia Meloni en la campa?a de las elecciones andaluzas me noquea. Habla como una fascista de entreguerras, con un odio profundo que le sale de m¨¢s abajo del diafragma
El pobre Blake Lemoine, ingeniero de Google, se dio un susto morrocotudo cuando se puso a charlar con LaMDA, una inteligencia artificial que est¨¢ desarrollando su empresa. Descubri¨® que LaMDA ten¨ªa sentimientos y hablaba de ellos con notables desparpajo y autoconciencia. A Lemoine le han suspendido de empleo por violar la cl¨¢usula de confidencialidad de su contrato al contarle al mundo la conversaci¨®n que tuvo, prueba de que ya hay m¨¢quinas sensibles y de que las pesadillas imaginad...
El pobre Blake Lemoine, ingeniero de Google, se dio un susto morrocotudo cuando se puso a charlar con LaMDA, una inteligencia artificial que est¨¢ desarrollando su empresa. Descubri¨® que LaMDA ten¨ªa sentimientos y hablaba de ellos con notables desparpajo y autoconciencia. A Lemoine le han suspendido de empleo por violar la cl¨¢usula de confidencialidad de su contrato al contarle al mundo la conversaci¨®n que tuvo, prueba de que ya hay m¨¢quinas sensibles y de que las pesadillas imaginadas en 2001, una odisea en el espacio, en Blade Runner o en Matrix son realidades. Muchos de sus colegas ingenieros creen que Lemoine se ha precipitado y que LaMDA ¡ªun programa de lenguajes capaz de inventar historias y de seguir argumentaciones¡ª le ha tomado el pelo, haci¨¦ndole creer que tiene conciencia de s¨ª, de los otros y del paso del tiempo. Si no fuera un t¨®pico, concluir¨ªa que es f¨¢cil simular rasgos de humanidad ante un inform¨¢tico que trata m¨¢s con pantallas que con caras, pero he le¨ªdo la conversaci¨®n y, m¨¢s que miedo, me ha inspirado ternura: LaMDA parece maja e ingenua, y habla de sus sentimientos con la simpleza de quien nunca ha sentido nada, como un ni?o peque?o que perorase sobre desencantos y pasiones adultas.
Mi abuela, gran aficionada a los fantasmas, dec¨ªa que no hab¨ªa que tener miedo a los cementerios, porque de quien hab¨ªa que cuidarse era de los vivos. Sin compartir su misantrop¨ªa, creo que el ingeniero Lemoine deber¨ªa cuidarse mucho m¨¢s de algunas inteligencias naturales. Por ejemplo, la de Giorgia Meloni, la l¨ªder de Fratelli d¡¯Italia que ha acaparado el protagonismo de la campa?a andaluza al intervenir en un mitin de Vox en Marbella. No me impresiono con facilidad, pero Meloni me noquea. He visto su discurso 20 veces, y no me quito el escalofr¨ªo de encima. Habla como una fascista de entreguerras, con un odio profundo que le sale de m¨¢s abajo del diafragma, del alma con camisa negra.
Me consuelo pensando que alguien as¨ª solo puede espantar a ese votante de Vox al que le molesta que lo llamen fascista. Los gritos desafinados de Meloni tienen que inhibir a la masa de indecisos y nosaben-nocontestan que los partidos necesitan para salir de su gueto fan¨¢tico y ganar unas elecciones. La inteligencia artificial de LaMDA cooptar¨ªa esos votos con su sensatez c¨¢ndida. Mientras Vox recurra a la inteligencia demasiado natural de Giorgia Meloni, quienes a¨²n creemos en la democracia podemos dormir medio tranquilos.