La m¨¢scara
La mente humana se ejercita coloreando agujeros negros. Y dando voz tierna o amenazadora a lo que no habla
En una de las escenas m¨¢s sugestivas de Moby Dick, el honrado y prosaico Starbuck reprocha al capit¨¢n Ahab su obstinaci¨®n en vengarse de la ballena blanca: ¡°?Enfurecerse contra un ser sin uso de la palabra es impiedad!¡±. Y Ahab le responde: ¡°Todos los objetos visibles no son sino m¨¢scaras. En cada acontecimiento, en el acto vivo, en la acci¨®n resuelta, algo desconocido, pero siempre razonable, proyecta sus rasgos tras la m¨¢scara que no razona. ?Y si el hombre quiere golpear, ha de golpe...
En una de las escenas m¨¢s sugestivas de Moby Dick, el honrado y prosaico Starbuck reprocha al capit¨¢n Ahab su obstinaci¨®n en vengarse de la ballena blanca: ¡°?Enfurecerse contra un ser sin uso de la palabra es impiedad!¡±. Y Ahab le responde: ¡°Todos los objetos visibles no son sino m¨¢scaras. En cada acontecimiento, en el acto vivo, en la acci¨®n resuelta, algo desconocido, pero siempre razonable, proyecta sus rasgos tras la m¨¢scara que no razona. ?Y si el hombre quiere golpear, ha de golpear sobre la m¨¢scara!¡±. Lo humano es utilizar las cosas y seres naturales como parte l¨²dica o tr¨¢gica de un tablero simb¨®lico en el que se desenvuelve nuestro destino. Ponemos intenci¨®n expresiva en el opaco reto de lo que nada expl¨ªcito formula, pero todo puede significarlo para nosotros: monta?as, simas, oc¨¦anos, bestias, planetas lejanos, cataclismos, agujeros negros... La mente humana se ejercita coloreando agujeros negros. Y dando voz tierna o amenazadora a lo que no habla.
Escribo estas l¨ªneas reci¨¦n acabado el encierro de los miuras en los Sanfermines. Para disfrutarlo s¨®lo hace falta no tener horchata en lugar de adrenalina en el cuerpo, pero para comprender el misterio de su disparate ¡ªcomo el de la lidia del toro bravo¡ª hay que volver al capit¨¢n Ahab y su reprimenda metaf¨ªsica a Starbuck. Los toros van tras los mozos que se arriesgan ante ellos y no perdonan errores o desfallecimientos. Esa escena extra?a, antinatural, fuera de ¨¦poca, representa para quien quiere verla as¨ª el af¨¢n de ser humanos en un mundo que no lo es. Todos llevamos al toro detr¨¢s, pero un toro al que desafiamos libremente. Lo digo casi en broma, para burlarme de los pensadores y las pensatrices de la taurofobia. ?Cuidado, no tropec¨¦is ni mir¨¦is sobre el hombro, que vienen los miuras!