Veamos el planeta con perspectiva
Los lectores escriben sobre las contradicciones de una sociedad supuestamente avanzada, la lucha contra los incendios, el consumo de carne en los pa¨ªses desarrollados y los problemas de la generaci¨®n nacida en los 2000
El James Webb deslumbra con fotos de alta definici¨®n, pero abajo, parece que cada instante una miseria tapa otra. Atravesamos el ecuador de julio, ya nadie que est¨¦ en sus cabales pone en duda las consecuencias del cambio clim¨¢tico. Mientras, varios misiles han ...
El James Webb deslumbra con fotos de alta definici¨®n, pero abajo, parece que cada instante una miseria tapa otra. Atravesamos el ecuador de julio, ya nadie que est¨¦ en sus cabales pone en duda las consecuencias del cambio clim¨¢tico. Mientras, varios misiles han matado al menos a 23 personas en la ciudad de Vinnitsia, en Ucrania. El Mediterr¨¢neo sufre una p¨¦rdida de posidonia, su especie cumbre por exceso de fondeos, contaminaci¨®n y antropizaci¨®n del litoral. El incremento del tr¨¢fico mar¨ªtimo, afecta por ruido excesivo a muchas especies. Miles de personas siguen ahog¨¢ndose buscando una tierra prometida. ?Realmente debemos asumir que somos una sociedad avanzada? En lo ¨¦tico, hay serias dudas: Los terratenientes piden que nada de condiciones, que todo vale, que vengan m¨¢s cruceros; los vecinos de barrios pobres son expulsados por especulaci¨®n y borrachos; algunos investigadores siguen buscando soluciones al desaguisado clim¨¢tico. Ma?ana ser¨¢ otro d¨ªa, as¨ª que aprov¨¦chalo. Te conviertes en lo que le das a tu atenci¨®n.
Marc Masmiquel Mendiara. Palma
Quemados
La persistente ola de calor que sufrimos est¨¢ dispuesta a pulverizar todos los r¨¦cords de temperaturas altas y al paso que vamos tambi¨¦n de incendios. No se atisba en el horizonte su final. Sin embargo, la respuesta que se da a esta dura realidad es fruto de la inercia, con recursos insuficientes y con h¨¢bitos anclados en un pasado clim¨¢tico diferente. Pero el problema no es tanto el c¨®mo se gestiona la extinci¨®n de incendios, sino en no tener unos recursos t¨¦cnicos y sobre todo humanos que trabajen durante todo el a?o en su prevenci¨®n, eso que tan poco se da en nuestra sociedad. Mientras, arde el monte y se queman los que luchan en su extinci¨®n.
Jos¨¦ Miguel Grandal L¨®pez. Los Alc¨¢zares (Murcia)
El Papa y la carne
Confieso que casi se me pas¨® por alto la noticia de que el papa Francisco advert¨ªa a los j¨®venes contra el peligro carnal. Pens¨¦ que se trataba de crear conciencia de una guerra continua entre el cuerpo y el alma, de ruptura entre ambos, de ¡°pecados¡± de los que el clero ven¨ªa a salvarnos. Me equivoqu¨¦. Esta vez Francisco hablaba de la carne de verdad, cuyo consumo se ha multiplicado en las ¨²ltimas generaciones en los pa¨ªses desarrollados, perjudicando su salud y fomentando la desnutrici¨®n, hambre y muerte en el Sur, convirti¨¦ndose adem¨¢s en una de las causas del desastre clim¨¢tico global. Contra ¨¦l s¨ª debemos unirnos mientras quede esperanza de superar las 700 plagas que ya nos afligen por nuestra suicida negligencia ante el cambio clim¨¢tico.
Mart¨ªn Sagrera Capdevila. Madrid
Generaci¨®n de cristal
Realmente la generaci¨®n de cristal son ellos, ellos tienen el poder en la mano siempre. Siempre contienen el vaso, el plato, la copa alzada bien alto para brindar lo que vencieron. Y en ese choque de preminencia, el cristal se rompe y es ah¨ª donde nace la siguiente generaci¨®n, de los pedazos de un cristal roto. Nos llaman la generaci¨®n de cristal, pero ni siquiera se preocupan por saber si el cristal est¨¢ roto, ni la mano que lo rompe solo les interesa sentir que somos fr¨¢giles. El vino se derrama y cae de las heridas, la sangre invade un coraz¨®n latiendo por el dolor de una guerra, esta vez interna.
Mar¨ªa Lloza Tejero. Zaragoza