Divorciaos, papis, por favor
Los hijos de Twitter suplican a madres y padres ¡°felizmente¡± casados que, llegado el caso, no dejen de separarse por los hijos, sino que lo hagan precisamente por ellos
¡°Leo por ah¨ª una cosa muy cierta: todo el mundo habla de los traumas de los ni?os con padres divorciados, pero nadie de los ni?os cuyos padres deber¨ªan haberse divorciado y nunca lo hicieron¡±. Este dardo lo suelta Pablo Batalla en Twitter y la conversaci¨®n social se dispara de inmediato: casi 2.000 retuits y cientos de likes. As¨ª, poco antes de poner un pie en agosto, el mes de los divorcios por excelencia, los hijos de Twitter nos suplican a madres y padres ¡°felizmente¡± casados que, llegado el caso, no dejemos de divorciarnos por nuestros hijos, sino que lo hagamos precisamente por ellos.
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¡°Leo por ah¨ª una cosa muy cierta: todo el mundo habla de los traumas de los ni?os con padres divorciados, pero nadie de los ni?os cuyos padres deber¨ªan haberse divorciado y nunca lo hicieron¡±. Este dardo lo suelta Pablo Batalla en Twitter y la conversaci¨®n social se dispara de inmediato: casi 2.000 retuits y cientos de likes. As¨ª, poco antes de poner un pie en agosto, el mes de los divorcios por excelencia, los hijos de Twitter nos suplican a madres y padres ¡°felizmente¡± casados que, llegado el caso, no dejemos de divorciarnos por nuestros hijos, sino que lo hagamos precisamente por ellos.
A lo largo del mes de julio son muchas las secciones de psicolog¨ªa ¡ªen peri¨®dicos, magazines o p¨ªldoras de micro coaching en las redes sociales¡ª que nos dan claves a madres y padres para soportarnos este verano sin que llegue la sangre al r¨ªo, como si el matrimonio fuera un bien en s¨ª mismo. O como si el divorcio fuera siempre una maldici¨®n. As¨ª, expertos de todo pelaje nos aconsejan rebajar las expectativas, saber cu¨¢ndo y c¨®mo debatir, pasear, consensuar, tener m¨¢s sentido del humor¡ y un mont¨®n de chorradas que de nada sirven cuando en medio de un atasco comprendes que tu verdadero deseo es huir de tu familia y pasar sola el resto del verano¡ Y puede que de la vida. Porque lo peor de todos estos consejos es que animan a las personas casadas a aguantar, lo que termina convirtiendo el matrimonio ¡ªy en consecuencia la familia¡ª en un espacio id¨®neo para el maltrato.
Por eso agradezco a los hijos de padres que no se separaron a tiempo reflexiones como la de Nana (@yourskinnyfist): ¡°Que los padres se divorcien, si est¨¢n mal, es el mejor regalo que pueden hacer a sus hijos. De lo contrario, la ense?anza y el comportamiento que vas a perpetuar a lo largo de tu vida probablemente sea la de aguantar y sufrir por amor¡±. El problema es que el divorcio se sigue viviendo como un gran fracaso personal y eso lo hace dif¨ªcil de afrontar. En contrapartida, mucha gente cree que si has estado casado durante 40 a?os es que eres una persona estable, que tu psicolog¨ªa es s¨®lida y que sabes enfrentarte con responsabilidad a las dificultades, un prejuicio que poco o nada tiene que ver con la realidad.
As¨ª, muchas personas no se separan debido a la falsa sensaci¨®n de seguridad y control que da la permanencia. Sin embargo, lo que dura m¨¢s no siempre es lo mejor, especialmente cuando hablamos de relaciones humanas. As¨ª lo constata Lola Valpuente (@LValpuente): ¡°Estuve a?os deseando que mis padres se separaran. La situaci¨®n en casa era insoportable. La separaci¨®n acab¨® siendo traum¨¢tica, sobre todo para los hijos, que nos convertimos en armas arrojadizas. Aun as¨ª, fue lo mejor¡±. Igual que Lola, decenas de v¨¢stagos suplican en este hilo que los padres entendamos el divorcio como una herramienta de crecimiento y de maduraci¨®n.
Despu¨¦s de todo, en la naturaleza todo se separa: agua y fuego, tierra y mar¡ mam¨¢ y pap¨¢. Aceptemos que lo natural es decir adi¨®s. Y que lo extraordinario es que estemos juntos. Lo de estar juntos, enamorados y en armon¨ªa a lo largo del tiempo puede que sea m¨¢s propio de la ciencia ficci¨®n que de la ¨ªntima deliberaci¨®n. Aceptarlo nos dar¨¢ valor para emprender nuestro viaje, sea cual sea el que elijamos. Creo que es lo que nos toca defender a las esforzadas y responsables familias: nuestro derecho a decidir por encima de nuestra vocaci¨®n de resistir.