Castillo sin retorno
La extrema precariedad del actual Gobierno de Pedro Castillo habla de la frustraci¨®n del proyecto de renovaci¨®n de la clase pol¨ªtica de Per¨²
Per¨² se encamina hacia un peligroso punto de no retorno en la crisis que desde hace a?os sufren sus instituciones. Los esc¨¢ndalos que acorralan al presidente, Pedro Castillo, son el ¨²ltimo eslab¨®n de un declive que contamina a su Gobierno y, a la postre, corroe la estabilidad del pa¨ªs. Pero esta situaci¨®n refleja tambi¨¦n un problema de car¨¢cter estructural. El maestro rural que lleg¨® al poder en julio del a?o pasado, tras ganar las ...
Per¨² se encamina hacia un peligroso punto de no retorno en la crisis que desde hace a?os sufren sus instituciones. Los esc¨¢ndalos que acorralan al presidente, Pedro Castillo, son el ¨²ltimo eslab¨®n de un declive que contamina a su Gobierno y, a la postre, corroe la estabilidad del pa¨ªs. Pero esta situaci¨®n refleja tambi¨¦n un problema de car¨¢cter estructural. El maestro rural que lleg¨® al poder en julio del a?o pasado, tras ganar las elecciones frente a la derechista Keiko Fujimori, acumula seis investigaciones por presunta corrupci¨®n. Esta semana, la Fiscal¨ªa detuvo a su cu?ada, que viv¨ªa en la residencia presidencial, y su abogado amag¨® con abandonarlo. A eso se suma la avalancha de destituciones y dimisiones en su Gabinete. Ante el mandatario desfilaron siete ministros del Interior y cuatro primeros ministros, y el Congreso ha intentado destituirlo en dos ocasiones por ¡°incapacidad moral permanente¡±.
Pero el panorama es a¨²n m¨¢s complejo. Castillo ha roto con el partido de izquierda ortodoxa que le aup¨® al poder, ha hecho gui?os a sus adversarios ultraconservadores ¡ªllegando a nombrar a un ministro de Relaciones Exteriores que hace un a?o cuestion¨® su victoria agitando el fantasma del fraude¡ª y, sobre todo, ha aparcado la agenda de cambios e incumplido las promesas con las que aliment¨® las esperanzas de millones de personas. Con estas premisas, la precariedad del Gobierno peruano es tan evidente como el descontento social. Seg¨²n un reciente estudio de opini¨®n, el 65% de los peruanos quieren una convocatoria de elecciones generales, pero otro dato recoge el escepticismo de la poblaci¨®n, ya que casi el 50% cree que la situaci¨®n ser¨ªa igual (o peor) con un nuevo gobernante.
Castillo se impuso en las urnas tras unos a?os de convulsi¨®n que degeneraron en un enfrentamiento sin salida entre el poder ejecutivo y el legislativo. En noviembre de 2021, la ca¨ªda de Mart¨ªn Vizcarra dio pie a una semana de v¨¦rtigo en la que Per¨² tuvo tres presidentes en una semana. Todos los exmandatarios electos vivos han estado en la c¨¢rcel, en arresto domiciliario o han sido investigados por alg¨²n caso de corrupci¨®n, principalmente la trama de sobornos de la constructora brasile?a Odebrecht. Uno de ellos, Alan Garc¨ªa, se suicid¨® en 2019 cuando iba a ser detenido. La descomposici¨®n del sistema fue precisamente uno de los resortes que moviliz¨® a la sociedad en apoyo del maestro, un hombre que no pertenec¨ªa a las ¨¦lites, impuls¨¢ndolo hasta la presidencia. De aquella campa?a electoral solo ha quedado la ret¨®rica populista y Castillo va camino de convertirse en el en¨¦simo mandatario procesado por desviarse del camino. La gravedad de esta situaci¨®n, sin embargo, va m¨¢s all¨¢ de la coyuntura y de la precariedad del actual Gobierno y habla de la urgencia de una gran reflexi¨®n nacional y de la frustraci¨®n actual del proyecto de renovaci¨®n de la clase dirigente del pa¨ªs.