?Qu¨¦ hacer?
Me hallaba comiendo en dos restaurantes distintos, con dos personas diferentes, pero el mismo d¨ªa y a la misma hora
Estaba comiendo con un amigo en un restaurante japon¨¦s cuando me manch¨¦ la camisa con una gota de salsa de soja, de modo que baj¨¦ al ba?o para limpi¨¢rmela antes de que se secara, y al subir aparec¨ª en otro restaurante, asturiano ahora, donde me esperaba un colega con el que por lo visto tambi¨¦n hab¨ªa quedado. Me hallaba comiendo, en fin, en dos restaurantes distintos, con dos personas diferentes, pero el mismo d¨ªa y a la misma hora. Por alguna anomal¨ªa inexplicable, aquellas dos dimensiones paralelas de la realidad se hab¨ªan cruzado provocando una situaci¨®n ins¨®lita. Le cont¨¦ la experiencia a ...
Estaba comiendo con un amigo en un restaurante japon¨¦s cuando me manch¨¦ la camisa con una gota de salsa de soja, de modo que baj¨¦ al ba?o para limpi¨¢rmela antes de que se secara, y al subir aparec¨ª en otro restaurante, asturiano ahora, donde me esperaba un colega con el que por lo visto tambi¨¦n hab¨ªa quedado. Me hallaba comiendo, en fin, en dos restaurantes distintos, con dos personas diferentes, pero el mismo d¨ªa y a la misma hora. Por alguna anomal¨ªa inexplicable, aquellas dos dimensiones paralelas de la realidad se hab¨ªan cruzado provocando una situaci¨®n ins¨®lita. Le cont¨¦ la experiencia a mi amigo como si me la hubiera imaginado, para no dar la impresi¨®n de que me hab¨ªa vuelto loco, y dijo que eso de estar en dos sitios a la vez era normal en el mundo subat¨®mico.
Zanjada la cuesti¨®n, continuamos hablando de nuestras vidas, aunque yo no dejaba de darle vueltas al asunto. En el segundo plato, cuando ya hab¨ªamos dado cuenta de una botella de vino, mi amigo pregunt¨® con qui¨¦n estaba comiendo en el restaurante japon¨¦s. Le dije que con Paco, al que tambi¨¦n ¨¦l conoc¨ªa. ¡°Anda un poco deprimido¡±, a?ad¨ª, ¡°por problemas econ¨®micos y de salud¡±. ¡°De Paco¡±, me advirti¨® entonces mi amigo, ¡°no hay que fiarse, se queja de todo y es un sablista; me debe dinero desde hace dos a?os. Cu¨ªdate de ¨¦l¡±.
Me pareci¨® mal que hablara as¨ª de un amigo com¨²n. Pedimos otra botella de vino y, cuanto m¨¢s beb¨ªa, m¨¢s agresivo se pon¨ªa. La agresividad me da n¨¢useas, de modo que me disculp¨¦ y baj¨¦ al ba?o para vomitar. Al subir, volv¨ª a encontrarme en el restaurante japon¨¦s, donde continu¨¦ comiendo con Paco, que es un tipo triste, de acuerdo, pero buena persona. Invit¨¦ yo, porque s¨¦ que no le va bien con la tienda de marroquiner¨ªa que hered¨® de su padre. Lo que no esperaba es que me pidiera un pr¨¦stamo. Le dije que s¨ª, ?qu¨¦ iba a hacer?