Crueldad con los animales
Una sociedad civilizada no puede servirse del maltrato como elemento de diversi¨®n
La pol¨¦mica ha vuelto al torneo del Toro de la Vega y muestra lo que cuesta erradicar la crueldad con los animales en los festejos p¨²blicos. La controversia se produjo despu¨¦s de que el Ayuntamiento de Tordesillas (Valladolid) acordara aplicar este a?o un nuevo reglamento que permit¨ªa saetear al animal con arpones, lo que motiv¨® que ...
La pol¨¦mica ha vuelto al torneo del Toro de la Vega y muestra lo que cuesta erradicar la crueldad con los animales en los festejos p¨²blicos. La controversia se produjo despu¨¦s de que el Ayuntamiento de Tordesillas (Valladolid) acordara aplicar este a?o un nuevo reglamento que permit¨ªa saetear al animal con arpones, lo que motiv¨® que el Ministerio de Derechos Sociales se dirigiera a la Fiscal¨ªa para instar la suspensi¨®n cautelar del festejo por maltrato animal. El Toro de la Vega, cuya tradici¨®n se remonta al siglo XVI, es un torneo que hasta 2016 consist¨ªa en perseguir a caballo y lancear a un toro hasta matarlo. Consegu¨ªa el premio quien le infligiera la herida mortal. Tras a?os de agria disputa, el formato se modific¨® en 2016 en cumplimiento de la nueva normativa aprobada por las Cortes de Castilla y Le¨®n, con mayor¨ªa absoluta del PP, que proh¨ªbe la muerte o la violencia en este tipo de festejos taurinos.
En los a?os siguientes, el torneo se celebr¨® sin herir ni matar al animal, pero este a?o el Ayuntamiento de Tordesillas, gobernado tambi¨¦n por el PP, autoriz¨® un nuevo reglamento que permit¨ªa usar arpones de ocho cent¨ªmetros de largo, lo que no deja de ser un instrumento de tortura. El reglamento fue finalmente suspendido por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y Le¨®n a instancias del partido animalista PACMA, cuando la Fiscal¨ªa ya hab¨ªa desestimado suspender el festejo al no ver indicios de delito. Esta discrepancia en la valoraci¨®n revela que el marco jur¨ªdico no es todo lo claro que debiera.
En una sociedad civilizada no resulta tolerable que se utilice el maltrato o el sufrimiento animal como elemento de diversi¨®n. Pero estas vejaciones est¨¢n inscritas en la sociedad, y no solo en las fiestas populares, como lo demuestra la profusi¨®n de im¨¢genes de extrema crueldad que se difunden por las redes sociales en cuentas relacionadas con la caza. Es una incongruencia exigir a los ciudadanos que traten bien a sus mascotas, como plantea la nueva ley de bienestar animal que se tramita en el Congreso, y alentar o tolerar un tipo de actividades y espect¨¢culo donde se practica un maltrato evidente, aunque se invoque una tradici¨®n. Esto es aplicable a festejos como el bou embolat, en el que se colocan bolas de fuego en los cuernos del animal, el bou al carrer o ciertos encierros taurinos en los que los animales acaban en un estado lamentable por los golpes que reciben y el estr¨¦s al que son sometidos. En Catalu?a se da la paradoja de que se prohibieron las corridas de toros, pero se mantuvieron los encierros del bou embolat. Los ocho fallecidos y m¨¢s de 20 heridos, algunos de ellos menores, que se cuentan hasta este jueves entre los participantes han abierto otro debate en Valencia sobre la seguridad de este tipo de encierros. Cada vez es m¨¢s necesario un marco normativo m¨¢s preciso que erradique el maltrato animal en los festejos populares.