Maduro, Putin y Xi, en el banquillo de la ONU
El rechazo a las violaciones de los derechos humanos es una forma cada vez m¨¢s n¨ªtida de alineamiento internacional
Las violaciones de derechos humanos en Venezuela vuelven a estar bajo la lupa. Y la definici¨®n frente a ese drama se convierte, de nuevo, en un criterio muy relevante de clasificaci¨®n de los Gobiernos de Am¨¦rica Latina. El problema presenta una continuidad alarmante, pero est¨¢ renovando su significado. Las barbaridades cometidas por el r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro son observadas ahora en un contexto en el cual los cr¨ªmenes de lesa humanidad adquieren un extraordina...
Las violaciones de derechos humanos en Venezuela vuelven a estar bajo la lupa. Y la definici¨®n frente a ese drama se convierte, de nuevo, en un criterio muy relevante de clasificaci¨®n de los Gobiernos de Am¨¦rica Latina. El problema presenta una continuidad alarmante, pero est¨¢ renovando su significado. Las barbaridades cometidas por el r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro son observadas ahora en un contexto en el cual los cr¨ªmenes de lesa humanidad adquieren un extraordinario potencial geopol¨ªtico. Desde el lunes de la semana pasada, entr¨® en sesi¨®n en Ginebra el Consejo de Derechos Humanos de la Naciones Unidas (ONU). Las reuniones terminar¨¢n el pr¨®ximo 7 de octubre. Antes de esa fecha, los consejeros deben resolver tres cuestiones muy conflictivas. Qu¨¦ hacer con el lapidario informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos sobre cr¨ªmenes cometidos por el gobierno de Xi Jinping en China. Aceptar o rechazar que se inicie una investigaci¨®n sobre agresiones a los derechos humanos en Rusia. Y renovar o cancelar el mandato de la Misi¨®n Internacional Independiente de Determinaci¨®n de Hechos, que viene monitoreando la situaci¨®n venezolana desde 2019.
La Misi¨®n se cre¨® el 27 de septiembre de 2019 con un mandato de un a?o para examinar el comportamiento del chavismo desde 2014 en temas como persecuci¨®n de opositores, emigraci¨®n o crisis alimentaria, entre otros. En 2020, el equipo integrado por la portuguesa Marta Vali?as, el brit¨¢nico Paul Seils y el chileno Francisco Cox, emiti¨® un primer informe, consignando la multiplicaci¨®n de asesinatos, torturas, privaciones de la libertad y desapariciones forzadas, entre otros delitos. El equipo recibi¨® un nuevo mandato, por dos a?os, que vence en estos d¨ªas. En aquel reporte, Vali?a, Seils y Cox afirmaron que las m¨¢ximas autoridades venezolanas estaban al tanto de esas atrocidades. Agregaron que el pa¨ªs carec¨ªa de un sistema judicial independiente para sancionarlas. El dictamen tuvo una enorme trascendencia debido a que habr¨ªa sido el antecedente principal que tom¨® en cuenta la Fiscal¨ªa de la Corte Penal Internacional para abrir una investigaci¨®n formal contra Maduro y sus colaboradores inmediatos.
El lunes pr¨®ximo el Consejo debe votar una resoluci¨®n prorrogando por dos a?os el trabajo de la Misi¨®n. Es una decisi¨®n estrat¨¦gica, porque dentro del nuevo per¨ªodo, en 2024, est¨¢ previsto que Venezuela celebre elecciones presidenciales. Garantizar la transparencia de esos comicios es, por supuesto, indispensable para la regeneraci¨®n de la vida p¨²blica en el pa¨ªs.
El impulso a la pr¨®rroga ofrece algunas curiosidades. Una de ellas es que tres pa¨ªses que en 2019 hab¨ªan patrocinado la creaci¨®n de la Misi¨®n ahora no impulsan su continuidad. Son la Argentina, Colombia y Honduras. Al frente de esos pa¨ªses hab¨ªa presidentes de centroderecha: Mauricio Macri, Iv¨¢n Duque y Juan Orlando Hern¨¢ndez. Fueron reemplazados por gobernantes de izquierda con un sesgo m¨¢s o menos populista: Alberto Fern¨¢ndez, Gustavo Petro y Xiomara Castro. El caso de Colombia tiene su propio significado, porque ya no forma parte del Consejo. Adem¨¢s, Maduro acept¨® la propuesta de Petro de convertirse en garante de las negociaciones entre el gobierno colombiano y el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional.
Sin embargo, Chile y Per¨², donde se produjo el mismo giro ideol¨®gico, mantienen su patrocinio. Los Gobiernos de Gabriel Boric y Pedro Castillo auspician que la Misi¨®n siga su trabajo.
Reaparece de este modo un problema cl¨¢sico para la izquierda latinoamericana: la disparidad de enfoques para evaluar los ataques a los derechos humanos seg¨²n cu¨¢l sea el signo pol¨ªtico del Gobierno al que se le imputan esas desviaciones.
La discusi¨®n sobre la dictadura venezolana se inscribir¨¢ esta vez en un panorama de mayor tensi¨®n. Veinte minutos antes de agotar su mandato como Alta Comisionada para los Derechos Humanos, el 31 de agosto pasado, Michelle Bachelet emiti¨® un severo informe de 45 p¨¢ginas sobre China. Con ese trabajo corrigi¨® algunas expresiones complacientes que hab¨ªa tenido al cabo de una visita al pa¨ªs, que le valieron una lluvia de reproches. Bachelet elabor¨® un relevamiento de cr¨ªmenes que comete el r¨¦gimen de Xi Jinping en la Regi¨®n Aut¨®noma Uigur de Xinjiang. Se refiere, en especial, al modo en que las autoridades se sirven de la lucha contra el terrorismo como coartada para reprimir cualquier disidencia con m¨¦todos abominables, como el establecimiento de campos de concentraci¨®n, designados con el eufemismo de Centros de Educaci¨®n Vocacional.
El Consejo debe decidir en el actual per¨ªodo de sesiones que curso de acci¨®n adoptar para que se eviten esos delitos aberrantes. Evitar que se avance en este examen es hoy una de las prioridades m¨¢s perentorias de la diplomacia china, que ejerce una gran influencia sobre muchos pa¨ªses a trav¨¦s del financiamiento, sobre todo de infraestructura. Va a ser muy interesante observar con qu¨¦ signo votan esos pa¨ªses. Uno de ellos, la Argentina, ocupa la presidencia del Consejo a trav¨¦s del embajador Federico Villegas.
La otra iniciativa que se introdujo en el Consejo se propone establecer un seguimiento de la falta de garant¨ªas para los derechos humanos en Rusia. Ya no se trata de relevar los cr¨ªmenes perpetrados en Ucrania por las fuerzas de Vlad¨ªmir Putin. Esa tarea ya mereci¨® la constituci¨®n de una comisi¨®n ad hoc. Ahora lo que se pretende es determinar las detenciones y arrestos arbitrarios, los ataques a la libertad de expresi¨®n y todo tipo de hostigamiento a instituciones de la sociedad civil dentro de la propia Rusia. Los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea son los m¨¢s interesados en que esta resoluci¨®n salga aprobada.
No hace falta subrayar la trascendencia de estas inquisiciones sobre la calidad institucional de reg¨ªmenes como el de Xi y el de Putin. No solo son dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad, que es la m¨¢xima instancia de poder de la ONU. Ambos pa¨ªses est¨¢n librando, con distinto nivel de agresividad, un complejo duelo con los Estados Unidos. El modo en que cada pa¨ªs se define ante esta agenda tiene una enorme densidad pol¨ªtica. La tolerancia o el rechazo a las violaciones de los derechos humanos se est¨¢n convirtiendo en una forma cada vez m¨¢s n¨ªtida de alineamiento internacional.
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