El obispo ?lvarez, secuestrado por Ortega en Nicaragua
La pareja presidencial del pa¨ªs camina a paso acelerado hacia el totalitarismo, destruyendo el entramado civil
A las 3.40 de la madrugada del viernes pasado, la polic¨ªa de Nicaragua ingres¨® en el palacio episcopal de Matagalpa y secuestr¨® al obispo de esa ciudad, Rolando ?lvarez Lagos. Unas horas antes, ¨¦l hab¨ªa emitido un tuit con este texto: ¡°Preocup¨¦monos por llevar el traje de fiesta en el Reino de Dios¡±.
El comunicado que emiti¨® la polic¨ªa carece de referencias a orden judicial alguna. Consigna que ?lvarez fue puesto bajo arresto en una residencia familiar de Managua. Y que los dem¨¢s detenidos fueron llevados a esa ciudad para ¡°las indagaciones de ley¡±.
Los cargos que se le hacen al obispo son tan imprecisos como realizar actividades ¡°desestabilizadoras y provocadoras¡±. El parte consigna que despu¨¦s de las detenciones se pudo ¡°recuperar la normalidad para la ciudadan¨ªa y las familias matagalpinas¡±.
Seg¨²n el abogado Yazer Moraz¨¢n, con tal de no tener testigos, los uniformados no solo procedieron durante la madrugada, sino que obligaron a cerrar sus puertas a un comercio vecino, que atiende las 24 horas. Se movilizaron en varios carros de asalto. Fue el mayor ataque del r¨¦gimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la Iglesia Cat¨®lica, que ha experimentado a lo largo del a?o una escalada de hostilidades por parte del matrimonio de tiranos.
La imputaci¨®n con la que se argumentan las detenciones es la sospecha de haber participado de las protestas de 2018, que dejaron cientos de muertos y expatriados. Bajo ese cargo, el obispo ?lvarez permaneci¨® arrestado en el edificio de la curia de Matagalpa desde el jueves 4 de este mes, junto a cinco sacerdotes, tres seminaristas y dos laicos. Aquel jueves que le detuvieron, ?lvarez sali¨® a la puerta de la casa y se puso a cantar ¡°Amigo¡±, la canci¨®n de Roberto Carlos, dedicada a los polic¨ªas que le rodeaban con cachiporras y escudos. Un rato m¨¢s tarde, sali¨® con la eucarist¨ªa a orar, de rodillas, en la acera. Ese temperamento, que se expres¨® con cr¨ªticas cada vez m¨¢s ¨¢cidas contra la dictadura, hizo que los Ortega, enfurecidos, ordenaran su secuestro.
La decisi¨®n provoc¨® una corriente de inquietud internacional. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, manifest¨® su preocupaci¨®n por lo que est¨¢ ocurriendo en Nicaragua. Tambi¨¦n levantaron su voz otros obispos, como Silvio B¨¢ez, un carmelita nicarag¨¹ense que desde septiembre de 2019 est¨¢ exiliado en el Vaticano. Otro cl¨¦rigo, el sacerdote Edwing Rom¨¢n, quien viaj¨® a Miami sin que le permitieran regresar, reclam¨®: ¡°Basta ya de tanto silencio, hablen quienes tienen que hablar y dar la cara, a eso se le llama pecado de omisi¨®n¡±.
Las palabras de Rom¨¢n hacen juego con una presi¨®n creciente sobre las jerarqu¨ªas de la Iglesia para que enfrenten a la tiran¨ªa nicarag¨¹ense. La Conferencia Episcopal, que preside el obispo Carlos Herrera, ha sido muy cautelosa en sus expresiones. Cuando el obispo ?lvarez fue puesto bajo arresto domiciliario, expres¨® su ¡°amistad y fraternidad¡± con ¨¦l, e hizo saber su disponibilidad para colaborar con las autoridades con el prop¨®sito de alcanzar la paz.
La misma contenci¨®n tuvo el cardenal Leopoldo Brones, que en la ma?ana del s¨¢bado visit¨® al obispo detenido. Inform¨® que le expres¨® su ¡°estima fraterna en nombre de la Iglesia nicarag¨¹ense¡±. Y agreg¨®: ¡°Esperamos que la raz¨®n, as¨ª como el entendimiento respetuoso, abran camino a la soluci¨®n de esta cr¨ªtica y compleja situaci¨®n para todos¡±
Despu¨¦s del secuestro de ?lvarez, la ola de reclamos lleg¨® al Papa Francisco, quien durante el tradicional rezo del Angelus, este domingo, se pronunci¨® diciendo: ¡°Sigo con cercan¨ªa, con preocupaci¨®n y dolor la situaci¨®n que se ha creado en Nicaragua que afecta a personas e instituciones. Quisiera expresar mi convicci¨®n y mi deseo de que por medio de un dialogo abierto y sincero se puedan encontrar la bases para una convivencia respetuosa y pacifica¡±.
Quienes siguen con desasosiego el proceso de degradaci¨®n de la democracia en Nicaragua suponen que la prudencia de la m¨¢xima jerarqu¨ªa cat¨®lica est¨¢ dirigida a establecer alguna negociaci¨®n que evite una violencia mayor. El cardenal Brenes y el obispo Herrera ser¨ªan los encargados de esa aproximaci¨®n al gobierno. En el plano p¨²blico, adem¨¢s de las palabras del Papa, el Vaticano solo se pronunci¨® a trav¨¦s de su observador ante la OEA, Juan Antonio Cruz, quien en una reuni¨®n del Consejo Permanente del organismo comunic¨® que en Roma tomaban nota de la situaci¨®n nicarag¨¹ense y ofrec¨ªan el di¨¢logo, que es indispensable para la democracia.
La cautela papal inspir¨® otras declaraciones. Un grupo de expresidentes y exjefes de Gobierno, entre los que se encuentran Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, Vicente Fox, Sebasti¨¢n Pi?era y ?lvaro Uribe, pidieron al jefe de la Iglesia que act¨²e con mayor vigor. Esa solicitud de l¨ªderes de derecha presume que la moderaci¨®n de Francisco esconde una brumosa simpat¨ªa por los gobiernos populistas de Am¨¦rica Latina.
El hostigamiento de Ortega a las organizaciones cat¨®licas se ha ido incrementando a lo largo del a?o. En marzo, se resolvi¨® la expulsi¨®n del nuncio apost¨®lico Waldemar Stanislaw Sommertag. A comienzos de julio, fue expulsada la congregaci¨®n de Misioneras de la Caridad, la orden fundada Teresa de Calcuta. Diciocho monjas debieron abandonar el pa¨ªs. A lo largo de los meses, las autoridades clausuraron 11 radios y 4 se?ales de TV administradas por la Iglesia.
En la sociedad nicarag¨¹ense hay una preponderancia cat¨®lica, aunque no en la proporci¨®n de otros tiempos. Se calcula que 50% de la poblaci¨®n practica esa religi¨®n y que el otro 50% la respeta. Pero en el blanco de Ortega tambi¨¦n est¨¢n los evang¨¦licos, cuyas emisoras de radio y televisi¨®n fueron clausuradas.
La avanzada contra las organizaciones religiosas est¨¢ inscripta en un movimiento m¨¢s general. Ortega y su esposa dispusieron durante el ¨²ltimo a?o la supresi¨®n de 700 organizaciones de ayuda humanitaria a las que, por su sola actividad, califican como corrosivas para el r¨¦gimen. Esta radicalizaci¨®n autoritaria se aceler¨® despu¨¦s de la farsa electoral del a?o pasado, cuando los funcionarios advirtieron la notoria p¨¦rdida de consenso que afecta a su administraci¨®n.
Alexis de Tocqueville se?al¨® que uno de los fen¨®menos que previene contra los impulsos autoritarios que pueden anidar en la democracia es la asociatividad. ?l la identific¨®, sobre todo, en la sociedad norteamericana. Los Ortega parecen disc¨ªpulos perversos de Tocqueville. Caminan a paso acelerado hacia el totalitarismo destruyendo el entramado civil.
Esa marcha enciende se?ales de alarma en la comunidad internacional. En mayo de este a?o, el presidente del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Federico Villegas, design¨® a tres expertos que se encargar¨¢n de examinar la dolorosa situaci¨®n nicarag¨¹ense. Son la colombiana ?ngela Mar¨ªa Buitrago, el alem¨¢n Jan-Michael Simon y el chileno Alexandro ?lvarez. Grupos como ¨¦ste han prestado servicios muy valiosos a la lucha por los derechos humanos, por ejemplo, en Venezuela. Se presume que la fiscal¨ªa de la Corte Penal Internacional decidi¨® abrir un caso formal sobre la dictadura de ese pa¨ªs una vez que esos peritos elaboraron un informe con acusaciones muy precisas, dirigidas a m¨¢s de 40 funcionarios, entre los cuales Nicol¨¢s Maduro fue se?alado con nombre y apellido.
Nicaragua es un caso m¨¢s complejo, porque no ha suscripto el Tratado de Roma, en el que se sostiene la autoridad de esa Corte. Para ser sancionados, sus tiranos, los Ortega-Murillo, deber¨ªan ser sometidos un proceso basado en la jurisdicci¨®n universal.
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