La hemorragia electoral socialdem¨®crata
Las derrotas en Francia, Italia y Suecia y los malos sondeos en otros pa¨ªses evidencian problemas de conexi¨®n de la familia progresista con las clases populares
Los ciudadanos europeos convocados a las urnas a lo largo de 2022 depositaron en ellas muchas malas noticias para la familia socialdem¨®crata, que este fin de semana celebra su congreso en Berl¨ªn.
La agrupaci¨®n cosech¨® una notable serie de victorias desde septiembre del a?o pasado hasta enero de este, con los triunfos en las legislativas de Noruega, Alemania, Portugal y las positivas municipales italianas. Resul...
Los ciudadanos europeos convocados a las urnas a lo largo de 2022 depositaron en ellas muchas malas noticias para la familia socialdem¨®crata, que este fin de semana celebra su congreso en Berl¨ªn.
La agrupaci¨®n cosech¨® una notable serie de victorias desde septiembre del a?o pasado hasta enero de este, con los triunfos en las legislativas de Noruega, Alemania, Portugal y las positivas municipales italianas. Resultaba plausible interpretar que, en medio de los descomunales desaf¨ªos de nuestra ¨¦poca, muchos ciudadanos valoraron optar por los hist¨®ricos constructores de la protecci¨®n social. Pero, a partir de ah¨ª ¨Dde la victoria de Ant¨®nio Costa en Portugal en enero¨D, se ha abierto un calvario electoral.
En Francia, la formaci¨®n socialista ha quedado pr¨¢cticamente aniquilada en las elecciones presidenciales y legislativas de primavera, sepultada entre el vigor del centro liberal de Macron y el de la izquierda euroesc¨¦ptica de M¨¦lenchon. En septiembre, el PD ha sufrido una dura derrota en las recientes legislativas en Italia. En Suecia, los votantes han desalojado del poder a los socialdem¨®cratas, y justo ayer el bando conservador sell¨® un pacto de Gobierno con el apoyo externo de la ultraderecha. A lo largo del a?o, otras se?ales preocupantes se han ido acumulando sobre su mesa, como las dos duras derrotas en las regionales espa?olas ¨DCastilla y Le¨®n y Andaluc¨ªa¨D o un nuevo paso hacia la irrelevancia parlamentaria en Bulgaria en las elecciones del d¨ªa 2, ulterior s¨ªntoma de la gran dificultad de arraigo en el flanco oriental de la UE. En Dinamarca, el Ejecutivo socialista ha tenido que convocar elecciones anticipadas al resquebrajarse la mayor¨ªa que le sosten¨ªa: queda por ver c¨®mo ir¨¢ el voto previsto dentro de un par de semanas.
El panorama de los sondeos tampoco es alentador. La proyecci¨®n de esca?os en la Euroc¨¢mara que hace la organizaci¨®n Europe Elects sobre la base de sondeos nacionales refleja tambi¨¦n un declive de la familia que, a finales del a?o pasado, hab¨ªa logrado durante un breve periodo adelantar al PPE en esa gr¨¢fica por primera vez desde 2016. En Alemania, el SPD ha logrado una importante victoria en el Estado de Baja Sajonia, pero a nivel nacional su intenci¨®n de voto ha bajado mucho en los ¨²ltimos meses. En Espa?a, el PSOE entra en la recta final de la legislatura con sondeos poco favorables.
?Qu¨¦ ocurre? Los delegados socialdem¨®cratas reunidos en Berl¨ªn tienen por delante un complejo ejercicio de an¨¢lisis y prescripci¨®n. Por supuesto, en parte se trata de los normales ciclos pendulares de la pol¨ªtica: se gana y se pierde, derrotas hoy pueden dejar el paso a victorias ma?ana. Naturalmente, adem¨¢s, cada una de las derrotas cosechadas recientemente tiene causas espec¨ªficas, como puede ser la incapacidad de conformar una coalici¨®n competitiva y cohesionada en Italia o el desgaste del ejercicio del poder en Suecia. Pero hay algunos rasgos comunes.
El prioritario quiz¨¢ sea asumir que no hay ninguna conexi¨®n autom¨¢tica entre deseo ciudadano de protecci¨®n en un mundo turbulento y apuesta por la oferta socialdem¨®crata. Una parte muy grande de las clases populares que hoy se tambalean y que anta?o fueron gran caladero de esa familia se decanta por otras opciones. Por propuestas radicales, que antagonizan un sistema que no les funciona y del que los socialdem¨®cratas son considerados coautores, tanto en clave nacionalpopulista ¨Dtipo Le Pen¨D como de populismo izquierdista ¨DM¨¦lenchon, Cinco Estrellas¨D. O, directamente, por pasar de todo: con abstencionismo nunca visto, como en Francia o Italia.
En este contexto, los socialdem¨®cratas tendr¨¢n que gestionar una manta muy corta. Si cubre los instintos de moderaci¨®n, pragmatismo, responsabilidad y defensa medioambiental de las clases medias cultivadas urbanas (quiz¨¢s, hoy, su principal caladero), dejan al fr¨ªo esas clases populares que desean un cambio radical, proteccionista, poco dispuesto al sacrificio verde. Si avanzan en la senda de la defensa vanguardista de derechos identitarios, ganan j¨®venes, pero pierden mayores. Muy complejo hallar el punto exacto. ¡°Medio tutissimus ibis¡± (por el medio, segur¨ªsimo ir¨¢s), apunt¨® Ovidio en el c¨¦lebre verso de las Metamorfosis. ?D¨®nde estar¨¢ ese medio? Todos andamos en busca de un centro de gravedad, permanente, o aunque sea para un rato. Admitir sin ambages lo que va mal suele ser un buen punto de partida de la b¨²squeda.