Disimulen su democracia
?Qu¨¦ pretenden ustedes? ?Ir por el mundo como si los derechos humanos fueran algo universal que hay que defender y difundir en todos lados? Vaya falta de diplomacia
?Qu¨¦ pretenden ustedes? ?Ir por el mundo como si los derechos humanos fueran algo universal que hay que defender y difundir en todos lados? Vaya falta de diplomacia, vaya etnocentrismo europeo colonizador que pretende imponer los valores de esta cultura a las culturas de otros pa¨ªses. ?Se creen ustedes superiores por ser dem¨®cratas? ?Por permitir la libertad y que todo el mundo haga con su vida lo que le d¨¦ la gana, incluyendo la posibilidad de acostarse ...
?Qu¨¦ pretenden ustedes? ?Ir por el mundo como si los derechos humanos fueran algo universal que hay que defender y difundir en todos lados? Vaya falta de diplomacia, vaya etnocentrismo europeo colonizador que pretende imponer los valores de esta cultura a las culturas de otros pa¨ªses. ?Se creen ustedes superiores por ser dem¨®cratas? ?Por permitir la libertad y que todo el mundo haga con su vida lo que le d¨¦ la gana, incluyendo la posibilidad de acostarse con personas del mismo sexo? Hasta aqu¨ª pod¨ªamos llegar, hasta el punto de poder irse uno a Qatar a ver un Mundial de f¨²tbol y ofender al anfitri¨®n mostr¨¢ndose abiertamente gay. ?Por qu¨¦ se escandalizan tanto con las palabras del flamante ministro de Exteriores brit¨¢nico al pedir a los homosexuales que disimulen su condici¨®n cuando entren en el pa¨ªs ¨¢rabe? No ser¨¢ la primera vez que a los europeos se les pide que dejen en la puerta, como los zapatos que se quitan para pisar las mullidas alfombras, todo lo que pueda herir la sensibilidad de quien dispone de riqueza suficiente para comprarlo todo, incluso aquellos derechos y libertades que se han venido ganando con sudor y sangre.
Contrasta lo r¨¢pido que se le ha pedido a James Cleverly que rectifique sus ¡°recomendaciones¡± de viaje con las tantas otras veces en las que nadie ha pronunciado ni una sola palabra para recriminar la claudicaci¨®n ante Estados que vulneran sistem¨¢ticamente los derechos individuales. Cuenten las veces que mandatarias occidentales, orgullosas defensoras de la paridad y la igualdad, deudoras de los logros del feminismo, se han presentado ante gobernantes musulmanes con la cabeza tapada por un velo. Claro que tambi¨¦n corren instant¨¢neas de ministras espa?olas con grotescas mantillas para visitar al papa de Roma. La diplomacia, nos dijeron siempre, consiste en eso, en la genuflexi¨®n, la renuncia a todo aquello que en territorio patrio se defiende con u?as y dientes. ?Que hay que asistir a reuniones que son aut¨¦nticos campos de nabos porque la sensibilidad local tiene encerradas a las mujeres? Pues se asiste. ?Que hay que pedir a gais y lesbianas que se comporten y lo sean menos en presencia de hom¨®fobos respetables? Pues se les pide. ?Que hay que recibir a jeques con sus segundas o terceras esposas? Pues ?bienvenido m¨ªster pol¨ªgamo! Hag¨¢monos todos marxistas a lo Groucho: esta es mi cultura democr¨¢tica y estos los pilares de mi sistema, pero si no les gustan, tengo otros. Al fin y al cabo es su cultura y adem¨¢s (un peque?o matiz): es su dinero.