As¨ª funciona la corrupci¨®n
Los lectores escriben sobre los mecanismos de la corrupci¨®n, las declaraciones machistas en la pol¨ªtica, el activismo clim¨¢tico y la denominaci¨®n de Durruti
El presidente de una constructora, X, que aporta importantes cantidades de dinero al partido Y, invita a comer op¨ªparamente y en el m¨¢ximo secreto al alcalde y al concejal de urbanismo de la ciudad Z. D¨ªas despu¨¦s, el pleno municipal de Z aprueba la construcci¨®n de un macrohospital, pongamos por caso. El arquitecto principal, contratado por el partido Y cuando este accedi¨® al poder, recibe en su correo electr¨®nico personal el proyecto elaborado por la constructora X, que asciende a 150 millones de euros. Despu¨¦s de estudiar las dem¨¢s ofertas presentadas en el Ayuntamiento, se re¨²nen los cuatro...
El presidente de una constructora, X, que aporta importantes cantidades de dinero al partido Y, invita a comer op¨ªparamente y en el m¨¢ximo secreto al alcalde y al concejal de urbanismo de la ciudad Z. D¨ªas despu¨¦s, el pleno municipal de Z aprueba la construcci¨®n de un macrohospital, pongamos por caso. El arquitecto principal, contratado por el partido Y cuando este accedi¨® al poder, recibe en su correo electr¨®nico personal el proyecto elaborado por la constructora X, que asciende a 150 millones de euros. Despu¨¦s de estudiar las dem¨¢s ofertas presentadas en el Ayuntamiento, se re¨²nen los cuatro en un lugar rec¨®ndito de la sierra: alcalde, concejal, arquitecto y presidente de X, y acuerdan que X baje el precio a 70 millones, con el compromiso del alcalde de que, a lo largo de la obra, aprobar¨¢n todas las certificaciones a?adidas, por ¡°circunstancias sobrevenidas e imprevisibles¡±, hasta completar los 150 millones. All¨ª mismo convienen con X la comisi¨®n que pagar¨¢ a los tres. El mes siguiente, el pleno aprueba adjudicar la obra a X en 70 millones. Fin de la operaci¨®n.
Enrique Chicote Serna. Arganda del Rey (Madrid)
Escandalizada, asqueada e indignada
No hay discrepancia pol¨ªtica que justifique las palabras de dos mujeres, representantes del pueblo, en un Ayuntamiento o el Parlamento contra una ministra. Los t¨¦rminos vertidos me han producido verg¨¹enza, asco e indignaci¨®n. Ninguna persona de este pa¨ªs, mujer u hombre, merece ser representado por estas dos se?oras. Sus palabras demuestran que la violencia contra las mujeres puede venir ejercida y con voracidad por dos de ellas. Pido que nuestras instituciones sean modelo de serenidad, educaci¨®n y paz.
Delia Rosa B¨¢ez Quintana. Tegueste (Santa Cruz de Tenerife)
Activismo clim¨¢tico
El planeta vive una complicada situaci¨®n debido al cambio clim¨¢tico. En las ¨²ltimas semanas se suceden los acontecimientos de activistas. Es evidente que hay que elegir mensajes para alertar sobre la subida mundial de la temperatura y otras cuestiones del cuidado de nuestro entorno. Es necesario que esos mensajes se difundan a trav¨¦s de redes sociales y de forma presencial utilizando las mejores armas de la comunicaci¨®n verbal y no verbal con contundencia. Hay que comunicar con hechos sin da?ar al patrimonio hist¨®rico-art¨ªstico. La comunicaci¨®n clim¨¢tica es un nuevo fen¨®meno de la transmisi¨®n de ideas y conceptos para alertar sobre una situaci¨®n de emergencia que hay que frenar.
Julio Garc¨ªa G¨®mez. Madrid
Durruti no fue guerrillero
En la p¨¢gina 30 del peri¨®dico del s¨¢bado, en el art¨ªculo sobre el fallecimiento de Hans Magnus Enzensberger se afirma que Buenaventura Durruti fue guerrillero espa?ol, actividad a la que nunca se dedic¨®. Podr¨ªamos calificar a Durruti como dirigente libertario, miembro de los grupos de acci¨®n anarquistas (despu¨¦s de la Guerra Civil s¨ª que podr¨ªamos decir que los grupos de acci¨®n pertenec¨ªan a la guerrilla urbana). Durruti era simplemente un anarquista. Su califiaci¨®n de ¡°espa?ol¡± tampoco ser¨ªa del agrado del nacido en el pa¨ªs leon¨¦s y catal¨¢n de residencia, un luchador sinfronterista. El propio libro se titula El corto verano de la anarquia.
Jordi Bigues i Balcells. Barcelona