Elogio del detractor
El cr¨ªtico despacha la tarea, tasa quiz¨¢ en negativo, cobra sus honorarios y se va. El detractor est¨¢ dispuesto a practicar la ojeriza gratis, disfraz¨¢ndose, si la ocasi¨®n lo requiere, de cr¨ªtico con derecho o no a emolumentos
?Existi¨® alguna vez un esp¨¦cimen humano exento de detractores a pesar de haber tenido la fortuna o la desgracia de sobresalir por sus m¨¦ritos? Sigue sin publicarse la biograf¨ªa de un individuo celebrado de forma un¨¢nime en su tiempo y despu¨¦s. Ni los m¨¢s grandes (Cervantes, Mozart, Caravaggio) se libraron de recibir vituperios. No confundamos al detractor con el cr¨ªtico. El cr¨ªtico despacha la tarea, tasa quiz¨¢ en negativo, cobra sus honorarios y se va. El detractor est¨¢ dispuesto a practicar la ojeriza gratis, disfra...
?Existi¨® alguna vez un esp¨¦cimen humano exento de detractores a pesar de haber tenido la fortuna o la desgracia de sobresalir por sus m¨¦ritos? Sigue sin publicarse la biograf¨ªa de un individuo celebrado de forma un¨¢nime en su tiempo y despu¨¦s. Ni los m¨¢s grandes (Cervantes, Mozart, Caravaggio) se libraron de recibir vituperios. No confundamos al detractor con el cr¨ªtico. El cr¨ªtico despacha la tarea, tasa quiz¨¢ en negativo, cobra sus honorarios y se va. El detractor est¨¢ dispuesto a practicar la ojeriza gratis, disfraz¨¢ndose, si la ocasi¨®n lo requiere, de cr¨ªtico con derecho o no a emolumentos; pero lo caracter¨ªstico de ¨¦l es que no se va, sino que hace guardia permanente en acecho de su aborrecido, trasladando su hostilidad incluso al plano privado.
De lo dicho podr¨ªa colegirse que el detractor s¨®lo causa menoscabo. Craso yerro. Con frecuencia el detractor, mal que le pese, realiza una tarea difusora de primer orden. Su empe?o difamatorio obra muchas veces un efecto favorable para su detestado, atrayendo hacia ¨¦l el inter¨¦s, cuando no (por reacci¨®n) la simpat¨ªa del p¨²blico. Dicho efecto se produce igualmente en los casos en que el juicio adverso antecede a la culminaci¨®n de la obra juzgada. Y siempre procurar¨¢ el detractor formar tropa de adeptos a su vera. Las redes sociales son ideales a tal fin.
El presunto damnificado, si aspira a dormir tranquilo, deber¨¢ abstenerse de replicar. Lo contrario solo lleva al engorde del detractor, ansioso de nutrirse del infortunio y destrucci¨®n ajenos, sin noticia de lo cual nunca sabr¨¢ si hubo o no banquete. No pocos detractores cumplen sin querer una misi¨®n de la que renegar¨ªan apenas conocieran los momentos de dicha que procura a sus piezas de caza. Y es que, si no logran torcer la suerte de estas, les guste o no contribuir¨¢n a que sus ¨¦xitos adquieran la gozosa categor¨ªa de triunfos.