Terrorismo machista
Si los hombres fu¨¦semos las v¨ªctimas, habr¨ªamos lanzado ya un Plan de Acci¨®n Integral que afrontase todos los factores donde se alojan los n¨²cleos originarios de la no-soluci¨®n
A un asesinato de mujer por semana, y 1.185 registrados desde 2003, nadie puede sostener que la violencia machista sea un hecho excepcional, un asunto individual o un fen¨®meno que afecte solamente a ?la mitad! de la sociedad. El asesinato de mujeres, habitualmente a manos de sus...
A un asesinato de mujer por semana, y 1.185 registrados desde 2003, nadie puede sostener que la violencia machista sea un hecho excepcional, un asunto individual o un fen¨®meno que afecte solamente a ?la mitad! de la sociedad. El asesinato de mujeres, habitualmente a manos de sus parejas o exparejas, constituye una tragedia parangonable en algunos de sus efectos al terrorismo etarra.
Con la diferencia, en contra, de que al no ser organizado, sino espont¨¢neo, concita una menor alerta p¨²blica, se somete a sanciones m¨¢s livianas y despreocupa a la mitad de la poblaci¨®n. Solo se movilizan, y m¨¢s bien reactivamente, las cong¨¦neres de las v¨ªctimas. Mientras nosotros, los cong¨¦neres de los delincuentes, simplemente pas¨¢bamos por ah¨ª.
¡°Est¨¢ claro que las mujeres padecen la violencia y que los hombres la practican¡±, ha escrito Soledad Gallego-D¨ªaz en un art¨ªculo pr¨ªstino: es pura verdad estad¨ªstica. Y el problema no se resolver¨¢ hasta que se movilice la sociedad entera. El absentismo de su mitad masculina es determinante. Es la principal explicaci¨®n del fracaso multisist¨¦mico en esta lucha. No solo porque reduce el n¨²mero potencial de militantes contra el mal, sino porque la mitad ausente la constituimos quienes ostentamos m¨¢s palancas de poder e influencia.
Si los hombres fu¨¦semos las v¨ªctimas, no solo habr¨ªa una sensibilizaci¨®n medi¨¢tica (todav¨ªa superficial), una legislaci¨®n punitiva (muy mejorable) y una institucionalizaci¨®n (limitada casi estrictamente a la Fiscal¨ªa contra la violencia de g¨¦nero y al Observatorio del asm¨¢tico Poder Judicial).
Habr¨ªamos lanzado ya un Plan de Acci¨®n Integral que afrontase todos los factores ¡ªest¨¦riles, ignorantes o complacientes¡ª donde se alojan los n¨²cleos originarios de la no-soluci¨®n: las familias, la escuela, las redes sociales, las iglesias, la judicatura, la pol¨ªtica negacionista de la violencia de g¨¦nero.
Es lo que podr¨ªa y deber¨ªa hacerse, al m¨¢ximo nivel parlamentario. Es verdad que hay ya estrategias benem¨¦ritas de prevenci¨®n, como los recientes planes del Ministerio del Interior y de la Fiscal¨ªa espec¨ªfica para incrementar la vigilancia, pues ninguna de las asesinadas en 2022 estaba protegida por la pulsera de control telem¨¢tico del probable agresor.
Hay que alentar esas actuaciones. Pero seguro que no bastan. Porque este asunto no compete solo a las autoridades. Hasta que tambi¨¦n los varones y el conjunto de la pol¨ªtica, de las instituciones y de la sociedad civil organizada den un paso comprometido y coordinado, el terrorismo machista seguir¨¢ ganando la partida.