Espa?a ante la ampliaci¨®n europea
Los cambios que la guerra est¨¢ provocando en Europa deber¨ªan hacernos entrar de veras en la conversaci¨®n geopol¨ªtica. Y el Gobierno deber¨ªa saberlo
¡°El futuro de Ucrania est¨¢ en la UE¡±. Son las palabras de Ursula von der Leyen en su hist¨®rica visita a Kiev, y transmiten esa idea de una ¡°Europa geopol¨ªtica¡± que ya hemos o¨ªdo otras veces y que postula otra ampliaci¨®n hacia el Este. Lo dijo Olaf Scholz en Praga, refiri¨¦ndose al fortalecimiento de la ¡°soberan¨ªa europea¡±, un eco de ...
¡°El futuro de Ucrania est¨¢ en la UE¡±. Son las palabras de Ursula von der Leyen en su hist¨®rica visita a Kiev, y transmiten esa idea de una ¡°Europa geopol¨ªtica¡± que ya hemos o¨ªdo otras veces y que postula otra ampliaci¨®n hacia el Este. Lo dijo Olaf Scholz en Praga, refiri¨¦ndose al fortalecimiento de la ¡°soberan¨ªa europea¡±, un eco de las palabras de Emmanuel Macron en la Sorbona en el oto?o de 2017 y a las que Angela Merkel jam¨¢s contest¨®. Del miedo a la sobreextensi¨®n de la Uni¨®n hemos pasado a la ampliaci¨®n como imperativo por exigencia de la seguridad. La pregunta es c¨®mo ser¨¢ el futuro de Europa y, por supuesto, de Espa?a, en este nuevo escenario. Porque con la pol¨ªtica exterior pasa como con la de andar por casa: si no te adue?as de un espacio, otros lo ocupar¨¢n por ti. Y Espa?a se juega mucho en todo esto.
La ampliaci¨®n al Este cambi¨® la naturaleza de la Uni¨®n, favoreciendo la expansi¨®n del mercado interior alem¨¢n y desviando recursos y atenci¨®n hacia las regiones que la protagonizaron. Lo cuenta el diplom¨¢tico Pablo Garc¨ªa-Berdoy en la revista Pol¨ªtica Exterior, explicando c¨®mo dicha ampliaci¨®n convirti¨® a la pen¨ªnsula Ib¨¦rica en el ¨¢rea m¨¢s perif¨¦rica del continente. Espa?a (justamente) dej¨® de recibir m¨¢s de 22.000 millones de euros de los fondos de cohesi¨®n mientras se enviaban m¨¢s de 123.000 a Visegrado con resultados ambivalentes, pues se merm¨® la eficacia transformadora del proceso de integraci¨®n por la manera en que abordamos la ampliaci¨®n: una mezcla de negociaciones incomprensibles, imprudente velocidad y ausencia de reflexi¨®n interna. El resultado lo vemos en Polonia o Hungr¨ªa. Regresa, as¨ª, una pregunta desde el pasado: ?qu¨¦ supondr¨¢n para nosotros las promesas de una nueva ampliaci¨®n?
Si Francia y Alemania deciden que nuestra seguridad exige la ampliaci¨®n, Espa?a debe introducir sus intereses y visi¨®n geopol¨ªtica en la agenda europea, lo que se traduce, por ejemplo, en imponer un escenario de relaciones con el Magreb mucho m¨¢s fuerte y consistente. No digamos ya con el Sahel, segunda pista de circo rusa. El desplante de Mohamed VI en la reciente cumbre entre Espa?a y Marruecos da una imagen clara de la compleja relaci¨®n con dichos pa¨ªses: es un asunto comunitario, no exclusivamente nacional. Ahora que hablamos de ¡°Europa, capital Kiev¡±, recordemos que los principales retos de la Uni¨®n (el cambio clim¨¢tico, la seguridad, la desigualdad) suponen un mayor desaf¨ªo desde el Sur que desde el Este, una idea que debe o¨ªrse alto y claro en el nuevo proceso de ampliaci¨®n, a trav¨¦s de la voz de Espa?a. Adem¨¢s de apoyar las l¨ªneas fijadas por el eje franco-alem¨¢n con la guerra, y enviar tanques, debemos hacer valer nuestra posici¨®n demandando, como expresa Berdoy, que la pol¨ªtica de vecindad Sur tenga una ¡°visibilidad comparable a la que se da a los Balcanes occidentales¡±. Ser ambiciosos respecto a las relaciones con una regi¨®n estrat¨¦gicamente clave para la estabilidad y el desarrollo de la Uni¨®n debe implicar serlo tambi¨¦n en nuestra pol¨ªtica exterior. Los cambios que la guerra est¨¢ provocando en Europa deber¨ªan hacernos entrar de veras en la conversaci¨®n geopol¨ªtica. Y el Gobierno deber¨ªa saberlo.