La lucha de Petro

En un pa¨ªs golpeado por una guerra de m¨¢s de 50 a?os entre el Estado y las FARC, los militares han sido pr¨¢cticamente intocables a pesar de los esc¨¢ndalos que protagonizaron. La resistencia al cambio se mantiene hoy, cuando el presidente Gustavo Petro est¨¢ determinado a perseguir una ¡°paz total¡± con los grupos armados a¨²n activos. Los archivos secretos del Ej¨¦rcito a los que ha tenido acceso EL PA?S revelan una reciente campa?a de acoso y difamaci¨®n contra...

En un pa¨ªs golpeado por una guerra de m¨¢s de 50 a?os entre el Estado y las FARC, los militares han sido pr¨¢cticamente intocables a pesar de los esc¨¢ndalos que protagonizaron. La resistencia al cambio se mantiene hoy, cuando el presidente Gustavo Petro est¨¢ determinado a perseguir una ¡°paz total¡± con los grupos armados a¨²n activos. Los archivos secretos del Ej¨¦rcito a los que ha tenido acceso EL PA?S revelan una reciente campa?a de acoso y difamaci¨®n contra los agricultores de hoja de coca y los periodistas encargados de informar sobre las erradicaciones forzosas.

Los documentos muestran que los soldados mataron en 2020, al comienzo de la pandemia, al menos a tres personas, adem¨¢s de perseguir a los periodistas. El propio presidente Gustavo Petro se hizo eco de esta informaci¨®n en apoyo a los peque?os productores de hoja de coca que, durante a?os, han sido criminalizados en el marco de la guerra contra las drogas. Los agricultores siguen denunciando la presencia del Ej¨¦rcito a pesar de que el Gobierno se propuso acabar con el hostigamiento a los campesinos dedicados a estos cultivos.

La estrategia de lucha contra el narcotr¨¢fico de Petro es radicalmente distinta de la de su antecesor, Iv¨¢n Duque. Sin embargo, el mandatario de izquierdas no est¨¢ en disposici¨®n de obviar las presiones de Estados Unidos. Si, por un lado, el presidente Petro se ha mostrado firme en su intenci¨®n de cambiar la narrativa de la guerra contra las drogas, que calific¨® en la Asamblea General de las Naciones Unidas como un verdadero fracaso, por el otro lado, Washington sigue siendo un aliado crucial para el que la cantidad de hect¨¢reas erradicadas es lo prioritario. Sus funcionarios ya han dicho que la persecuci¨®n se centrar¨¢ en los grandes productores y no en los peque?os, pero el asunto no ha terminado de concretarse y cunde la sensaci¨®n de que ha quedado en el aire.

Este conflicto se enmarca en uno m¨¢s amplio, el de la tierra y la seguridad en los territorios rurales abandonados por el Estado durante d¨¦cadas y donde el Ej¨¦rcito nunca fue fiscalizado o controlado por otros poderes p¨²blicos. Las campa?as de acoso como las que ha revelado EL PA?S no solo producen muertes, sino que ahondan la desconfianza entre las comunidades campesinas y las instituciones, y condenan al empobrecimiento a una poblaci¨®n muy vulnerable.

A eso se a?ade el debate sobre el sentido de la prohibici¨®n, ya abordado en el pasado por el expresidente Juan Manuel Santos. Petro ha sido un ejemplo a la hora de denunciar el fracaso del actual modelo, y se ha enfrentado directamente a Estados Unidos en un tema muy sensible. Abandera una nueva narrativa y un nuevo estilo que casa con la b¨²squeda de los cambios profundos que quiere impulsar. La protecci¨®n de estas comunidades campesinas y el control de la actuaci¨®n del Ej¨¦rcito en todos los rincones de Colombia ha de ser un paso en esa direcci¨®n.