?D¨®nde est¨¢n los chistes sobre los ovnis?
La mayor¨ªa de los mensajes sobre los objetos voladores derribados en Estados Unidos son teor¨ªas de la conspiraci¨®n
S¨¦ que la nostalgia es una trampa, sobre todo si adem¨¢s se refiere a Twitter, pero no puedo evitar pensar que si lo de los ovnis hubiese pasado hace unos a?os, esta red se habr¨ªa llenado de chistes. No es que no haya ninguno, pero es mucho m¨¢s f¨¢cil encontrar teor¨ªas de la conspiraci¨®n, cada una m¨¢s incomprensible que la anterior.
Es cierto que la actualidad se lo ha puesto f¨¢cil a quienes creen en tramas fantasiosas y complots retorcidos. En los ¨²ltimos d¨ªas, las autoridades estadounidenses y canadienses han abatido ...
S¨¦ que la nostalgia es una trampa, sobre todo si adem¨¢s se refiere a Twitter, pero no puedo evitar pensar que si lo de los ovnis hubiese pasado hace unos a?os, esta red se habr¨ªa llenado de chistes. No es que no haya ninguno, pero es mucho m¨¢s f¨¢cil encontrar teor¨ªas de la conspiraci¨®n, cada una m¨¢s incomprensible que la anterior.
Es cierto que la actualidad se lo ha puesto f¨¢cil a quienes creen en tramas fantasiosas y complots retorcidos. En los ¨²ltimos d¨ªas, las autoridades estadounidenses y canadienses han abatido varios objetos voladores no identificados, aparte de un globo chino. Y, para colmo, el general Glen D. VanHerck, portavoz del Pent¨¢gono, no descartaba ninguna explicaci¨®n, ni siquiera que se trate de ovnis extraterrestres. Quiz¨¢s era un ejercicio de prudencia excesivo: no hac¨ªa falta animar a quienes ya estaban predispuestos a pasar del espionaje y los conflictos geopol¨ªticos al temor a un ataque alien¨ªgena.
El lunes, m¨¢s de 160.000 tuits usaban la palabra ¡°ovni¡±. Entre estos mensajes y la selecci¨®n de conspiranoicos que hace cada d¨ªa la cuenta @EstoyAvisando, pod¨ªamos leer a tuiteros que sostienen que esto es ¡°solo el inicio¡±, aunque sin aclarar de qu¨¦, o a quien defiende que destruir un ovni as¨ª a lo loco es peligros¨ªsimo: es como si Estados Unidos hubiese mandado una nave a Venus y la derribasen; la pr¨®xima misi¨®n ¡°llevar¨ªa una bomba at¨®mica¡±.
Algunos parecen m¨¢s sensatos. Como los que descartan que estos ovnis sean alien¨ªgenas porque ¡°nosotros no tenemos tecnolog¨ªa para derribar naves extraterrestres reales¡±. En realidad, los ovnis formar¨ªan parte de un proyecto secreto en el que los poderes f¨¢cticos estar¨ªan usando el temor a una invasi¨®n planetaria inminente para imponer el nuevo orden mundial. Aparte de los platillos volantes, usar¨ªan otros medios como la telepat¨ªa y las manifestaciones sobrenaturales. Me parece una forma rebuscad¨ªsima de imponer cualquier orden, mundial o local, nuevo o viejo. Creo que la mayor¨ªa firmar¨ªamos si simplemente nos ofrecieran gastos de env¨ªo gratuitos.
Otros sugieren que todo esto no es m¨¢s que una forma de desviar la atenci¨®n de las maniobras del Gobierno estadounidense en Ucrania o del accidente, hace m¨¢s de una semana, de un tren en Ohio que transportaba materiales t¨®xicos. Pero ?qu¨¦ necesidad hay de inventarse cortinas de humo imaginarias justo la semana de la Super Bowl?
Todo esto parece absurdo y hasta divertido, pero no olvidemos que las teor¨ªas de la conspiraci¨®n son peligrosas incluso cuando tienen una apariencia inocente. Como explica el fil¨®sofo keniano Quassim Cassam en su libro Conspiracy Theories, a menudo estamos ante ideas que camuflan su antisemitismo y su extremismo de forma grotesca, haciendo referencia a poderes en la sombra, como el nuevo orden mundial, los illuminati, o incluso los lagartos espaciales.
Las teor¨ªas de la conspiraci¨®n tambi¨¦n ponen en duda la figura de los expertos, como estamos viendo con las vacunas desde hace unos a?os. Para muchos acaba teniendo el mismo valor lo que dicen m¨¦dicos y cient¨ªficos que lo que suelta un se?or en YouTube al que solo le falta envolverse la cabeza en papel de aluminio. Por supuesto, los expertos tambi¨¦n se equivocan, pero al menos tienen un criterio y unos conocimientos de los que a menudo nos podemos fiar.
Adem¨¢s, estos relatos aparentan ser cr¨ªticos con el poder, pero a efectos pr¨¢cticos le hacen un favor. Cualquier gobierno prefiere 160.000 tuits con acusaciones improbables e indemostrables, como que est¨¢n poniendo en marcha un plan para leer nuestros pensamientos o la estrategia de distracci¨®n m¨¢s rebuscada de la historia. Eso es mucho mejor que tener 160.000 mensajes que hablen del paro, de la inflaci¨®n o de la sanidad p¨²blica.
Total, que echo de menos los chistes. Los voluntarios, quiero decir.