?La paz? ?Qu¨¦ paz?
No puede ser de izquierdas la desatenci¨®n a las peticiones de ayuda de quienes se defienden ante una guerra de agresi¨®n. Si dejamos solos a los ucranios, la guerra ser¨¢ breve. Putin vencer¨¢
No siempre es la paz lo que llega despu¨¦s de una guerra. A veces es una guerra que sigue oculta e invisible. Todav¨ªa la conocimos algunos espa?oles nacidos en la posguerra. Era la paz de los cementerios. Del silencio de las comisar¨ªas y de las c¨¢rceles. Del gris paisaje impuesto por la censura. Sin libertad y sin justicia no puede haber paz. Las dictaduras no saben de esos asuntos, aunque vendan como paz lo que solo es continuaci¨®n de la guerra.
La guerra ha llevado...
No siempre es la paz lo que llega despu¨¦s de una guerra. A veces es una guerra que sigue oculta e invisible. Todav¨ªa la conocimos algunos espa?oles nacidos en la posguerra. Era la paz de los cementerios. Del silencio de las comisar¨ªas y de las c¨¢rceles. Del gris paisaje impuesto por la censura. Sin libertad y sin justicia no puede haber paz. Las dictaduras no saben de esos asuntos, aunque vendan como paz lo que solo es continuaci¨®n de la guerra.
La guerra ha llevado la muerte y la destrucci¨®n a Ucrania, pero a los rusos les ha quitado la poca libertad y la escasa justicia que todav¨ªa ten¨ªan, adem¨¢s de la vida de sus j¨®venes, lanzados a paletadas como si fueran carb¨®n a la caldera del frente b¨¦lico. Bajo Putin, que ha prohibido hablar de guerra, los rusos conocen este tipo de paz tanto como los espa?oles bajo Franco.
No basta con clamar por la paz. No se equivoca el Gobierno de Espa?a cuando responde a las peticiones del Gobierno de Ucrania con armas, munici¨®n y entrenamiento militar a sus soldados. Quien se equivoca es esa izquierda agarrotada por el dogma ¡ªojal¨¢ fuera solo atormentada por la duda siempre leg¨ªtima y necesaria¡ª, hasta creer que las armas con las que las v¨ªctimas se defender¨¢n solo prolongar¨¢n su sufrimiento en vez de aliviarlo y de acercarnos a la paz verdadera.
Esta guerra es ilegal. La proh¨ªbe la Carta de Naciones Unidas, que solo considera leg¨ªtima la guerra defensiva ante la agresi¨®n, como es el caso de Ucrania. Tambi¨¦n lo es desde la legalidad interna de la Federaci¨®n Rusa, firmante y a la vez vulneradora de los tratados y convenciones internacionales que garantizaban la integridad y la soberan¨ªa de Ucrania, as¨ª como el respeto a la vida de los civiles y a los derechos humanos de todos, incluidos los prisioneros y los heridos de guerra.
Putin est¨¢ librando una guerra injusta y criminal y la libra con medios injustos y tambi¨¦n criminales. No puede ser de izquierdas la desatenci¨®n a las peticiones de ayuda de quienes se defienden ante la agresi¨®n. Ni dejarles desarmados e inermes, dispuestos as¨ª a aceptar la paz de los cementerios como la que sufrimos en Espa?a el siglo pasado. Si dejamos solos a los ucranios, la guerra ser¨¢ breve. Putin vencer¨¢. No habr¨¢ paz. Seguir¨¢ la guerra de agresi¨®n. Luego incluso desbordar¨¢ a Ucrania.
Para terminar de una vez y lo antes posible, hasta obligar a Putin a sentarse a negociar en las p¨¦simas condiciones de quien ha agredido a su vecino y ha sido derrotado, hay que ser del todo solidarios con Ucrania en su guerra defensiva. Por europe¨ªsmo, pero tambi¨¦n por internacionalismo del aut¨¦ntico. ?Acaso la izquierda espa?ola de hoy no habr¨ªa atendido las peticiones de ayuda de la Rep¨²blica ante el levantamiento franquista? Produce rubor tanta incomprensi¨®n y ese empe?o en repetir los errores que Europa ha conocido en anteriores ocasiones y que tuvieron tan nefastas consecuencias.