No es pa¨ªs para viejos
La moci¨®n de censura ha valido para contemplar, con asombro y pena, c¨®mo las buenas maneras de los abuelos han dejado paso al adanismo, la soberbia y el griter¨ªo de hijos y nietos
Es respetable pensar que una moci¨®n de censura contra Pedro S¨¢nchez sea inviable. Pero no es respetable pensar que sea da?ina para las instituciones. Sobran motivos para censurar al Ejecutivo del PSOE: el abandono del S¨¢hara, los atropellos a la s...
Es respetable pensar que una moci¨®n de censura contra Pedro S¨¢nchez sea inviable. Pero no es respetable pensar que sea da?ina para las instituciones. Sobran motivos para censurar al Ejecutivo del PSOE: el abandono del S¨¢hara, los atropellos a la separaci¨®n de poderes, el perd¨®n a los malversadores, la renuncia a la promesa de reformar el empleo y la vivienda de forma seria¡ Muchas de estas razones deber¨ªan ser reprochadas por la izquierda, pero como las fuerzas de izquierda comparten como ¨²nico horizonte merecer un cargo bajo el PSOE, la moci¨®n de censura la ha hecho Vox.
Es respetable pensar que Vox sea un partido ¡ªcomo muy bien les dijo Errej¨®n¡ª de la patronal y la banca, con Espinosa de los Monteros cerrando la moci¨®n con un rid¨ªculo elogio al ¡°emprendedor¡± Steve Jobs. Pero no es respetable pensar que Vox sea un partido antidemocr¨¢tico, anticonstitucional y sectario. De hecho, ha sido el ¨²nico partido capaz de presentar un candidato independiente en una moci¨®n de censura. No son neofascistas, m¨¢s que se empe?en los fascist¨®logos, igual que el PCE no es totalitario y estalinista, m¨¢s que se empe?e Hermann Tertsch. El candidato Tamames ha advertido, precisamente, contra estas simplificaciones.
Es respetable pensar que Tamames haya sido un tr¨¢nsfuga, que se equivoca junt¨¢ndose con Vox o rechazar sus argumentos contra del SMI o a favor de importar mano de obra para la construcci¨®n (igual que hace, por cierto, Escriv¨¢). Pero Tamames es, sobre todo, un se?or de casi 90 a?os, f¨ªsicamente impedido pero con una notable trayectoria acad¨¦mica, que con su ponencia se estaba despidiendo del Congreso al que dedic¨® tantos a?os.
Lo que no es respetable es que el presidente S¨¢nchez ni siquiera le d¨¦ la mano, o que Patxi L¨®pez y Joan Baldov¨ª le griten cual bestias bramando en el establo donde ¡ªdicen¡ª reside la soberan¨ªa popular. No es respetable el desprecio mostrado por los grupos independentistas (con la honrosa salvedad de Gabriel Rufi¨¢n) que, cuando Tamames les reconoc¨ªa ¡°puntos de inter¨¦s¡± en sus discursos, le devolv¨ªan muecas burlonas y miradas torvas.
Menci¨®n aparte al mal gusto merece Aitor Esteban, que compar¨® a Tamames con un barco oxidado, ¡°cuyo final ser¨¢ quedar destartalado y olvidado en un desguace¡±. El PNV solamente trabaja su perfil centrado y moderado cuando busca el dinerito de PP y PSOE; pero es cuando tienen delante a alguien de cuyo bote no pueden chupar que queda patente su mezquindad. Tambi¨¦n le alz¨® la voz Yolanda D¨ªaz, normalmente tan acaramelada, que busc¨® dar lecciones de antifranquismo a un represaliado y le afe¨® mencionar la tasa de reemplazo de natalidad como si fuese algo machista. Se conoce que cuantificar el dato en hijos por mujer en lugar de en hijos por cuerpo gestante es una cosa rancia.
Se ha dicho que la moci¨®n de censura no serv¨ªa para nada, sin los votos suficientes para prosperar. Pero s¨ª ha valido para contemplar, con asombro y pena, c¨®mo las buenas maneras de los abuelos han dejado paso al adanismo, la soberbia y el griter¨ªo de hijos y nietos. O que los protagonistas de la Transici¨®n son manoseados como mito, pero pisoteados como realidad. O que, en una sociedad que le rinde un rid¨ªculo culto a la juventud, no hay lugar para los viejos.