El insidioso intento de China de influir decisivamente en el futuro de Europa
Hace ya tiempo que Pek¨ªn aspira a convertirse en el ¨¢rbitro del orden mundial en el siglo XXI y Xi Jinping cree que, gracias a unos cambios geopol¨ªticos y tecnol¨®gicos sin precedentes, el tiempo y las circunstancias le favorecen. Y est¨¢ claro su desaf¨ªo a Occidente
Cuando el presidente chino Xi Jinping aterriz¨® en Mosc¨², el 20 de marzo de 2023, para entrevistarse con el presidente ruso Vlad¨ªmir Putin, pod¨ªa palparse la creciente confianza de China en s¨ª misma. En la declaraci¨®n que hizo nada m¨¢s aterrizar, el l¨ªder chino dej¨® claro que tiene ambiciones de alcance mundial. ¡°Ante un mundo turbulento y cambiante, China est¨¢ dispuesta a seguir trabajando con Rusia¡±, proclam¨®, ¡°para salvaguardar con...
Cuando el presidente chino Xi Jinping aterriz¨® en Mosc¨², el 20 de marzo de 2023, para entrevistarse con el presidente ruso Vlad¨ªmir Putin, pod¨ªa palparse la creciente confianza de China en s¨ª misma. En la declaraci¨®n que hizo nada m¨¢s aterrizar, el l¨ªder chino dej¨® claro que tiene ambiciones de alcance mundial. ¡°Ante un mundo turbulento y cambiante, China est¨¢ dispuesta a seguir trabajando con Rusia¡±, proclam¨®, ¡°para salvaguardar con firmeza el orden internacional y, en el centro, la ONU¡±. Tambi¨¦n dijo que va a ¡°defender el verdadero multilateralismo, promover un mundo multipolar y m¨¢s democracia en las relaciones internacionales y contribuir a que la gobernanza mundial sea m¨¢s justa y equitativa¡±.
Como corresponde a su empe?o de desplazar a Estados Unidos como l¨ªder mundial, la visita de Estado de Xi a Rusia ¡ªsu primer viaje al extranjero desde que se confirmara su tercer mandato en el poder¡ª, minuciosamente coreografiada, llega en un momento crucial. Xi est¨¢ decidido a hacer de China el protagonista fundamental en la gesti¨®n de los asuntos mundiales.
Es evidente que la Rep¨²blica Popular China es la que manda. Incluso en medio de las muestras de unidad y cordialidad en Mosc¨², de los apretones de manos en el Kremlin pensados para los fot¨®grafos, cuando Putin se sent¨® frente a su hom¨®logo chino en una mesa llamativamente peque?a y elogi¨® el ¡°colosal salto adelante¡± de China, reconoci¨® sentir un poco de envidia. El comentario hizo sonre¨ªr levemente a Xi, que respondi¨® en el mismo tono y dijo que estaba seguro de que Putin ¡ªsu ¡°querido amigo¡±¡ª recibir¨¢ grandes apoyos en las elecciones presidenciales del pr¨®ximo a?o, pese a que el dirigente ruso no ha declarado todav¨ªa su intenci¨®n de presentarse.
La visita de Xi supone un importante impulso pol¨ªtico para Putin, cada vez m¨¢s aislado internacionalmente mientras intenta mantener un estrecho control del poder en su pa¨ªs. Rusia no solo se ha empantanado en Ucrania, sino que est¨¢ atravesando serias dificultades por las sanciones econ¨®micas impuestas por Occidente. Por si fuera poco, Putin se ha convertido personalmente en un paria, como qued¨® todav¨ªa m¨¢s patente el 17 de marzo, con la decisi¨®n del Tribunal Penal Internacional de acusarle de cr¨ªmenes de guerra; en concreto, de deportaciones ilegales y traslado de poblaci¨®n (ni?os) de las zonas ocupadas de Ucrania a la Federaci¨®n Rusa. Rusia, que nunca ha reconocido la jurisdicci¨®n del tribunal ¡ªcomo tampoco la reconocen China, Estados Unidos, India, Arabia Saud¨ª y Turqu¨ªa¡ª, ha rechazado la imputaci¨®n del TPI por considerarla ¡°legalmente nula e inv¨¢lida¡±. Pero no cabe duda de que el dirigente ruso est¨¢ sintiendo la presi¨®n. Y es poco probable que ahora pueda participar debidamente en foros internacionales como el G-20 o la Asamblea General de la ONU.
No es extra?o que Putin pusiera en marcha una campa?a para restablecer su reputaci¨®n antes de la llegada de Xi. En un art¨ªculo publicado en el Diario del Pueblo, se dirigi¨® al ¡°amistoso pueblo chino¡±. Predijo que la cumbre ser¨ªa un ¡°acontecimiento hist¨®rico¡± porque le ofrec¨ªa una ¡°gran oportunidad¡± de hablar con su ¡°viejo amigo¡± Xi, con quien ¡°mantiene la relaci¨®n m¨¢s afectuosa¡±. Despu¨¦s de destacar su intensa afinidad personal, se?alaba que, hasta el encuentro de esta semana, se hab¨ªan visto exactamente 40 veces, ¡°en una variedad de actos oficiales y encuentros informales¡±. ¡°?Qu¨¦ alegr¨ªa que vengan amigos desde lejos!¡±, exclamaba, citando al fil¨®sofo chino Confucio.
Al margen de las proclamas de amistad, Putin continuaba explicando en el art¨ªculo que la ¡°d¨¦cada¡± no es m¨¢s que ¡°un instante pasajero¡± de una larga historia, en la que los dos pa¨ªses ¡°han compartido una vieja tradici¨®n de buena vecindad y cooperaci¨®n¡±. Su relaci¨®n ¡°especial¡± y ¡°de futuro¡±, se entusiasmaba, no conoce ¡°l¨ªmites¡± ni ¡°tab¨²es¡± porque ¡°siempre se ha basado en la confianza mutua y el respeto a la soberan¨ªa y los intereses de la otra parte¡±.
Putin reconfirm¨® as¨ª, de forma impl¨ªcita, la aspiraci¨®n de los dos pa¨ªses a tener ¡°un orden mundial post?occidental¡±: un sistema multipolar ¡°justo¡±, ¡°basado en el derecho internacional y no en ciertas normas al servicio de las necesidades de ¡°los mil millones de oro¡¯¡±, ¡°Occidente en general¡±. Por supuesto, bajo la ret¨®rica rusa y china del derecho y las normas, en este orden, la realidad es que solo unas cuantas grandes potencias son Estados verdaderamente ¡°soberanos¡±, mientras que la integridad territorial y la independencia de los pa¨ªses m¨¢s peque?os situados en sus ¡°esferas de influencia¡±, de hecho, no significan nada. Esta situaci¨®n qued¨® en evidencia cuando, en el primer aniversario de la guerra, la Asamblea de la ONU aprob¨® por abrumadora mayor¨ªa una resoluci¨®n no vinculante que exig¨ªa la retirada de las tropas rusas, el fin inmediato de la guerra y un acuerdo de paz que garantizara la soberan¨ªa de Ucrania. Solo votaron en contra siete Estados, entre ellos la Federaci¨®n Rusa y Bielorrusia, mientras que varios de los principales aliados de Rusia, como China, Ir¨¢n e India, se abstuvieron.
Ahora que Rusia est¨¢ a punto de asumir la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU durante el mes de abril de 2023, esta distancia entre la ret¨®rica y la realidad es un mal presagio. Las perversas referencias de Putin y Xi a ¡°las normas¡± y ¡°el derecho¡± internacionales, la Carta de la ONU y las relaciones entre Rusia y China como ¡°piedra angular de la estabilidad regional y mundial¡±, en particular tras los cargos presentados por el TPI contra Putin, revelan el grave estancamiento en el que se encuentra la comunidad internacional mientras busca una f¨®rmula para acabar con la guerra de Ucrania y un acuerdo internacional sostenible para despu¨¦s.
Ahora que Rusia est¨¢ a punto de asumir la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU durante el mes de abril de 2023, esta distancia entre Hace ya tiempo que Pek¨ªn aspira a convertirse en el ¨¢rbitro del orden mundial en el siglo XXI. Las perversas referencias de Putin y Xi a ¡°las normas¡± y ¡°el derecho¡± internacionales, la Carta de la ONU y las relaciones entre Rusia y China como ¡°piedra angular de la estabilidad regional y mundial¡±, en particular tras los cargos presentados por el TPI contra Putin, revelan el grave estancamiento en el que se encuentra la comunidad internacional mientras busca una f¨®rmula para acabar con la guerra de Ucrania y un acuerdo internacional sostenible para despu¨¦s.
Aqu¨ª es donde interviene China, con su marcada hostilidad a la preponderancia estadounidense en la pol¨ªtica mundial desde el final de la Guerra Fr¨ªa. Ante la debilidad y la divisi¨®n de Occidente, encarnadas en el Brexit y la presidencia de Trump e incrementadas por el poder¨ªo econ¨®mico y militar creciente de China, Xi cree firmemente que vuelven a estar en juego el orden internacional y sus instituciones de gobierno. Cree que, gracias a unos cambios geopol¨ªticos y tecnol¨®gicos sin precedentes, ¡°el tiempo y las circunstancias¡± favorecen a China.
La ruinosa campa?a militar del Kremlin ofrece a los dirigentes chinos otra magn¨ªfica ¡°oportunidad¡± para impulsar un reordenamiento en la correlaci¨®n de fuerzas internacional. La guerra de Putin es desestabilizadora, por naturaleza, para las relaciones internacionales. Sin embargo, Xi calcula que, si apuntala a Rusia, Putin y ¨¦l est¨¢n en una posici¨®n m¨¢s fuerte para enfrentarse a su adversario com¨²n, Estados Unidos.
Por ejemplo, los dos pa¨ªses se han comprometido en Mosc¨² a seguir intensificando sus relaciones comerciales. Tambi¨¦n han acordado llevar a cabo m¨¢s maniobras militares conjuntas y emprender proyectos comunes de infraestructuras, como la construcci¨®n de puentes sobre el r¨ªo Amur. China seguir¨¢ siendo uno de los mayores importadores de petr¨®leo y gas rusos, lo que ha ayudado a Mosc¨² a financiar su invasi¨®n. Y las empresas chinas suministran los bienes de consumo y alta tecnolog¨ªa que los rusos necesitan desesperadamente.
No obstante, bajo la superficie de la cooperaci¨®n y la colaboraci¨®n amistosas se esconden multitud de diferencias econ¨®micas, pol¨ªticas, culturales e hist¨®ricas que debilitan la relaci¨®n. Como ha subrayado el ministro chino de Asuntos Exteriores, Qin Gang, no existe una ¡°alianza¡± entre los dos pa¨ªses. En todo caso, existe una ¡°relaci¨®n de colaboraci¨®n¡± asim¨¦trica, dado que Rusia necesita cada vez m¨¢s a China y a su moneda, el yuan, por las graves consecuencias de las sanciones occidentales.
Por consiguiente, China, que protege celosamente su independencia, tiene mucha m¨¢s influencia que una Rusia en guerra. Este es el contexto en el que Xi, consolidada su base de poder dentro de China, ha empezado a desempe?ar un papel m¨¢s en¨¦rgico y din¨¢mico en Europa y a presentarse como mediador capaz de resolver el conflicto ucraniano por medios pac¨ªficos.
En el primer aniversario del inicio de la guerra, Pek¨ªn public¨® un informe de situaci¨®n con 12 principios generales que iban desde ¡°respetar la soberan¨ªa¡±, ¡°abandonar la mentalidad de la Guerra Fr¨ªa¡± y ¡°acabar con las sanciones unilaterales¡± hasta ¡°cesar las hostilidades¡±, ¡°reanudar las conversaciones de paz¡± y ¡°promover la reconstrucci¨®n tras el conflicto¡±. En la lista no hab¨ªa ninguna menci¨®n de la agresi¨®n rusa. Tampoco se ped¨ªa que las tropas rusas se retirasen de suelo ucraniano. Es m¨¢s, se omit¨ªa cualquier cuesti¨®n delicada que pudiera da?ar sus relaciones con Rusia. La postura de China fue de todo menos imparcial.
Al hacer hincapi¨¦ en los supuestos ¡°leg¨ªtimos intereses y temores de seguridad de todos los pa¨ªses¡±, el documento de China difumina los papeles del agresor y el agredido y en cambio justifica impl¨ªcitamente la invasi¨®n ilegal llevada a cabo por Rusia. Muchos funcionarios europeos, como muchos de sus hom¨®logos ucranios y estadounidenses, est¨¢n convencidos de que unas negociaciones de paz prematuras ir¨ªan en detrimento de la soberan¨ªa ucrania. En otras palabras, Xi, mientras finge ser un intermediario neutral, refuerza su apoyo al presidente Putin.
Peor a¨²n, cuando afirma que ¡°la seguridad de una regi¨®n no debe conseguirse fortaleciendo ni ampliando los bloques militares¡± y condena ¡°el enfrentamiento entre bloques¡±, al mismo tiempo que propugna ¡°la paz y la estabilidad¡± a largo plazo, Pek¨ªn est¨¢ repitiendo las acusaciones de Mosc¨² contra la OTAN. Es m¨¢s, lo que hace es apoyar en la pr¨¢ctica los err¨®neos y peligrosos argumentos de Putin de que tuvo que invadir Ucrania por la amenaza que representa una Alianza Atl¨¢ntica en constante expansi¨®n.
El 6 de marzo de 2023, Xi, con el mismo lenguaje que Putin, declar¨® en la Conferencia del Partido Comunista Chino que ¡°los pa¨ªses occidentales, guiados por Estados Unidos¡±, ¡°han contenido, sitiado y asfixiado totalmente a China¡±. En definitiva, el villano supremo es, en opini¨®n de ambos, Estados Unidos, con su peso en todo el mundo a trav¨¦s del poder blando y el poder duro.
Por supuesto, los dirigentes europeos est¨¢n divididos respecto a China. Algunos, como Alemania, quieren mantener sus estrechos lazos comerciales con Pek¨ªn. Pero la coincidencia creciente de Xi con Putin y su resistencia a condenar la guerra de Rusia en Ucrania le han hecho perder credibilidad y han aumentado las sospechas y la hostilidad en toda la comunidad euroatl¨¢ntica. Al fin y al cabo, seguimos sin saber si China va a ofrecer ayuda militar a Rusia o no.
Respecto al fondo, la visita de Xi a Mosc¨² ha cambiado poca cosa. Pero el simbolismo de la cumbre es significativo. Est¨¢ claro el desaf¨ªo chino a Occidente. Es poco probable que el plan de paz de Xi llegue a ser algo m¨¢s que una postura propagand¨ªstica. Pero es muy posible que China desempe?e un papel importante no solo cuando llegue el acuerdo de paz, sino tambi¨¦n en la reconstrucci¨®n de posguerra.