?Qu¨¦ car¨¢cter tienen estos vecinos!

No creo que haya alguien que discuta o cuestione la democracia en el pa¨ªs vecino, Francia. Me refiero a las manifestaciones multitudinarias en contra de la reforma de las pensiones, aprobada por decreto por el Gobierno franc¨¦s hace unas semanas. Y digo esto con la intenci¨®n de expresar mi ...

No creo que haya alguien que discuta o cuestione la democracia en el pa¨ªs vecino, Francia. Me refiero a las manifestaciones multitudinarias en contra de la reforma de las pensiones, aprobada por decreto por el Gobierno franc¨¦s hace unas semanas. Y digo esto con la intenci¨®n de expresar mi asombro ante el hecho de ser capaces de convocar a tanta gente para una concentraci¨®n, o protesta, que se entiende reivindicativa. No es la primera vez que los franceses se rebelan y revelan con esa contundencia. Una contundencia que, sinceramente, se echa de menos a este lado. Quiz¨¢ se deba a que nuestra idea de sociedad, de comunidad, de compromiso, no discurra por el mismo andar que el de los franceses. Quiz¨¢ se deba a eso. Desconozco la verdadera raz¨®n. Aunque la puedo intuir. Y entre protestas e intuiciones, uno se queda deshabitado de argumentos cuando cae en la cuenta de que puertas adentro el colectivo tiene la costumbre de mirar siempre, o casi siempre, hacia otro lado.

Manuel I. Nan¨ªn. O Carballi?o (Ourense)

El ¡°acto de Sumar¡±

Sumar es m¨¢s que un acto. De la actitud de Podemos y del resultado de esta proclamaci¨®n depende la configuraci¨®n de la izquierda, en todas sus dimensiones, y del Gobierno de coalici¨®n, para los pr¨®ximos a?os. Aunque se trate simplemente de la proclamaci¨®n de Yolanda D¨ªaz a la presidencia del Gobierno, esta puede influir, e influir¨¢ en los resultados del 28-M. Que IU y Podemos, hayan convocado a sus respectivos ¨®rganos de gobierno, para el d¨ªa anterior a la proclamaci¨®n de D¨ªaz indica la trascendencia del ¡°acto de Sumar¡±.

Julio Garc¨ªa-Casarrubios Sainz. Ciudad Real

Para¨ªso natural

Soy asturiano y tengo 20 a?os. Hace algunas d¨¦cadas, cuando mis padres boomers ten¨ªan mi edad, en Asturias orbayaba a todas horas. Hoy d¨ªa a¨²n se bromea con el contraste al atravesar el Negr¨®n, que si en Le¨®n siempre hace bueno y al otro lado lo contrario. Pues bien, hace tiempo que el cambio clim¨¢tico dictamin¨® que en Asturias ya no llueve; aquello no es m¨¢s que un burdo chascarrillo ya oxidado, de los que tanto abundan por aqu¨ª: lluvia, vacas, cachopo, fartura, don Pelayo, grandonismo, etc. La realidad es que todo se muere: la industria, la gente, sus lenguas propias, hasta los h¨®rreos se caen a pedazos; estos d¨ªas, tambi¨¦n su naturaleza, asolada por una feroz oleada de incendios que todo lo arrasa. En realidad, creo que el fuego llevaba tiempo encendido. Las llamas de hoy son la triste met¨¢fora de nuestro presente hecho realidad.

Alberto Busto Garc¨ªa. Avil¨¦s (Asturias)

Utop¨ªas

El profesor Juan Carlos Monedero se lamentaba en una reciente tribuna de que la izquierda mayoritaria haya abdicado de utop¨ªas. ¡°Mejoran la vida de la gente, pero no cambian el sistema¡±. Cortedad de miras. El contenido del art¨ªculo expone, de manera no muy did¨¢ctica, en mi opini¨®n, la alternativa a la filosof¨ªa de las peque?as cosas. L¨¢stima que los descamisados, los parias de la tierra, las clases subalternas, los targets de las izquierdas todas no tienen tiempo de reparar en tan sofisticados an¨¢lisis y consecuentemente cada vez les votan menos. Pero sobre todo, no se desanimen, el cielo merece esperar.

Antoni Agust¨ª. Olot (Girona)