El Opus: chicos y chicas
La llegada de la educaci¨®n mixta a los colegios de la instituci¨®n financiados con dinero p¨²blico no responde a una motivaci¨®n interna, sino a una acci¨®n del Estado
Los colegios del Opus Dei de Navarra admiten a chicos y chicas desde septiembre de 2022. A partir del curso que viene lo har¨¢n los del Pa¨ªs Vasco, Asturias y Valencia, todos ellos concertados. De esta manera, desaparecer¨¢ el signo que de modo m¨¢s evidente los distingu¨ªa del resto de los colegios, tambi¨¦n de los que ofrecen una educaci¨®n cat¨®lica y conservadora: separar la educaci¨®n de los hombres y las muj...
Los colegios del Opus Dei de Navarra admiten a chicos y chicas desde septiembre de 2022. A partir del curso que viene lo har¨¢n los del Pa¨ªs Vasco, Asturias y Valencia, todos ellos concertados. De esta manera, desaparecer¨¢ el signo que de modo m¨¢s evidente los distingu¨ªa del resto de los colegios, tambi¨¦n de los que ofrecen una educaci¨®n cat¨®lica y conservadora: separar la educaci¨®n de los hombres y las mujeres en compartimentos estancos entre los seis y los dieciocho a?os.
En ning¨²n caso, esta decisi¨®n se debe a una motivaci¨®n interna. Si ha existido una reflexi¨®n dentro de la Obra sobre la obsolescencia del modelo segregado, esta ha sido completamente privada. Por lo dicho en p¨²blico, nadie podr¨ªa haber imaginado que estos colegios eran compatibles con la educaci¨®n mixta. Por el contrario, hasta hace poco pedagogos afines al Opus Dei pod¨ªan escribir tesis doctorales sobre las bases metaf¨ªsicas o neuronales que hac¨ªan de la educaci¨®n diferenciada no solo permisible, sino la ¨²nica razonable en el tramo de la vida que se inicia con la primaria y acaba en la universidad. Ni siquiera Francisco I, cuyas reformas tanto han afectado al Opus en el marco del derecho can¨®nico, est¨¢ detr¨¢s de esta nueva pol¨ªtica de admisi¨®n. Se trata de un enredo, jugado en un punto intermedio entre la doctrina constitucional y la legislaci¨®n partidista, aunque sin duda mucho m¨¢s cerca de esta que de aquella. ?Realmente ten¨ªan que pasar cincuenta a?os para que la constituci¨®n se diera cuenta de que era incompatible con la financiaci¨®n estatal de este tipo de educaci¨®n?
Pero si la decisi¨®n no se ha debido a una motivaci¨®n propia, sino a una acci¨®n del Estado, esta se ha recibido sin ning¨²n dramatismo. Es posible que el Opus Dei, esencialmente al¨¦rgico a las pol¨¦micas p¨²blicas, no quiera l¨ªos. Su sentido pr¨¢ctico le ha podido hacer pensar que sus colegios no ser¨ªan rentables en caso de hacerse privados, que, sin la ayuda del concierto, se habr¨ªan condenado a ser menos influyentes y educar a menos estudiantes. Pero la docilidad con que la Obra ha aceptado esta decisi¨®n permite imaginar que existe algo as¨ª como una armon¨ªa preestablecida, que el Estado le ha obligado a hacer al Opus lo que este quer¨ªa hacer, lo que su mayor¨ªa deseaba. Si entre los padres de los alumnos, si en los medios de comunicaci¨®n conservadores de este pa¨ªs, existiera m¨¢s de un 30% de personas convencidas de que la educaci¨®n segregada debe seguir siendo financiada por el Estado, desde hace mucho sus titulares nos estar¨ªan mareando con que se trata de una decisi¨®n totalitaria de S¨¢nchez o de Bildu. Por el contrario, parecer¨ªa que a muchos padres y madres, conservadores y cat¨®licos, esta decisi¨®n les ha aliviado, pues podr¨¢n mandar a sus hijas a los colegios de chicos, tradicionalmente con mejores resultados que los femeninos. Es posible que dentro de unos a?os te¨®logos de la Universidad de Navarra con capacidad para penetrar en los inescrutables designios de la Providencia sean capaces de proclamar que fue el Estado quien descubri¨® la verdadera vocaci¨®n del Opus Dei: santificar la educaci¨®n de chicos y chicas que aprenden en la misma clase.
Aunque los colegios concertados del Opus Dei de otras provincias y los privados seguir¨¢n siendo de un solo sexo, muy probablemente todos acabar¨¢n siendo mixtos. Un colegio tradicionalmente masculino que el curso que viene admitir¨¢ a chicas es Gaztelueta. Creado en 1951 en una de las colinas m¨¢s bellas de Vizcaya, es el primer colegio fundado por el Opus Dei y ha servido de modelo para el resto de los cientos de colegios abiertos en el resto del mundo. Adem¨¢s, la homogeneizaci¨®n mixta es casi inevitable para una instituci¨®n que aborrece la m¨¢s m¨ªnima disensi¨®n interna. Inevitablemente, la diferencia entre colegios mixtos y colegios segregados implicar¨ªa de facto una divisi¨®n entre un Opus progresista y otro conservador.
Si esta previsi¨®n se cumple, los colegios de un solo sexo, que hab¨ªan comenzado a hacerse mixtos a fines de los ochenta, habr¨¢n desaparecido por completo. Dejar¨¢ de estar disponible esta forma de vida, el modelo que form¨® a la mayor¨ªa de los espa?oles en los ¨²ltimos dos siglos. Esta desaparici¨®n habr¨¢ sido silenciosa. El Opus Dei detesta ser considerado una instituci¨®n conservadora. Pero el papel que ha representado en esta funci¨®n es totalmente coherente con la historia del conservadurismo espa?ol desde el fin del franquismo. Por un lado, ha retrasado todo cuanto ha podido ¡ªexactamente dos orteguianas generaciones de 14 a?os¡ª que los chicos y chicas aprendieran a convivir en el colegio. Por otro, cuando el Estado ha exigido la transformaci¨®n, no ha defendido los motivos existenciales de este retraso, sino que ha aceptado la decisi¨®n con un inmejorable sentido t¨¢ctico, casi incomprensible para la obstinaci¨®n previa.