La izquierda y los m¨®viles caros
Un c¨®mico estadounidense parodia el argumentario del negacionismo clim¨¢tico
El reportero lleva una gorra en la que pone ¡°bitcoin¡± y un micro con el logo de la cadena conservadora Fox News. Se acerca a unos adolescentes con camisetas del movimiento ecologista Fridays For Future y pregunta qui¨¦n de ellos tiene un iPhone, con cara de ¡°esta no se la esperaban¡±.
La respuesta de los chicos est¨¢ muy por encima de la provocaci¨®n. Uno de ellos responde con humor, casi burl¨¢ndose del reportero: ¡°?N...
El reportero lleva una gorra en la que pone ¡°bitcoin¡± y un micro con el logo de la cadena conservadora Fox News. Se acerca a unos adolescentes con camisetas del movimiento ecologista Fridays For Future y pregunta qui¨¦n de ellos tiene un iPhone, con cara de ¡°esta no se la esperaban¡±.
La respuesta de los chicos est¨¢ muy por encima de la provocaci¨®n. Uno de ellos responde con humor, casi burl¨¢ndose del reportero: ¡°?Nos has pillado! ?Tenemos iPhones! ?La izquierda radical pierde otra vez!¡±. Otra contesta en serio y le explica que, aunque ¡°hay mucha responsabilidad individual en el cambio clim¨¢tico¡±, en su opini¨®n lo m¨¢s importante es ¡°movilizar a las comunidades para poner en marcha reformas y pol¨ªticas sist¨¦micas¡±.
Si la actuaci¨®n del reportero parece una parodia es porque lo es: no se trata de ning¨²n periodista criptobro a sueldo de la Fox, sino del c¨®mico Walter Masterson. En sus v¨ªdeos suele acercarse a manifestaciones y m¨ªtines de la derecha trumpista, se hace pasar por uno de ellos e intenta seguirles el juego y liarles hasta conseguir declaraciones bastante locas.
En el caso del v¨ªdeo con los ecologistas, que est¨¢ entero en su canal de YouTube, Masterson deja que los chicos se luzcan, y les hace preguntas en las que parodia parte del argumentario de los negacionistas clim¨¢ticos y a las que a?ade alg¨²n toque terraplanista, que es lo que se lleva ahora: ¡°?Qu¨¦ pasa si se acaba todo el carbono?¡±, ¡°?no podr¨ªamos limpiar la poluci¨®n usando ChatGPT?¡±, ¡°?de verdad existe la Ant¨¢rtida?¡±. Lo m¨¢s sorprendente (y aplaudido por los comentaristas) es la paciencia y el conocimiento de los chicos.
El fragmento de Masterson sobre los iPhone lleva unos cuatro millones de reproducciones en Twitter en una semana. El ¨¦xito se entiende si recordamos que esta supuesta acusaci¨®n sobre la incoherencia de ser m¨¢s o menos progresista y tener un m¨®vil caro no es nada que se haya inventado el c¨®mico. El m¨®vil de Apple es, casi desde que sali¨® al mercado, un s¨ªmbolo del consumismo y del pijer¨ªo, lo que adem¨¢s se une al hecho de que parece que nadie de izquierdas pueda darse un capricho nunca. Como mucho, unas gambas cada tres Navidades.
La acusaci¨®n ya exist¨ªa antes de los m¨®viles: en 1932, hace 91 a?os, el fil¨®sofo brit¨¢nico Bertrand Russell escribi¨® un art¨ªculo titulado ¡®?Deben los socialistas fumar puros buenos?¡¯, incluido en su libro Mortals and Others. Obviamente, lo public¨® a?os antes de que Fidel Castro llegara al poder y de que Santiago Carrillo volviera a Espa?a.
Russell fue fil¨®sofo, matem¨¢tico, Nobel de Literatura y muy activo en pol¨ªtica. Defend¨ªa posiciones progresistas, pero tambi¨¦n era rico desde hac¨ªa generaciones. Y, de vez en cuando, le gustaba fumarse un puro. Sus enemigos le criticaban por esto, y le soltaban eso de ¡°tan socialista no ser¨¢s si fumas habanos¡± o lo que se dijera por aquel entonces.
La respuesta que dio en su art¨ªculo fue de perplejidad: sus ideales no consist¨ªan en repartir por igual toda la riqueza existente, sino en trabajar para que esta riqueza pudiera incrementarse para todo el mundo. El objetivo de Russell no era que nadie pudiera fumarse un puro nunca, sino que todo el mundo se lo pudiera permitir siempre que quisiera.
Russell a?ad¨ªa que hay mucha confusi¨®n en lo que creemos que deben hacer las personas que tienen ideas diferentes a las nuestras. Y es cierto: acabamos distorsionando las opiniones de los dem¨¢s y llevamos a redes (y a las tertulias y a los bares) debates que en realidad son caricaturas de un debate. Luego llega un c¨®mico, como Masterson, que intenta hacer una caricatura de verdad, y nos parece lo m¨¢s normal del mundo y tardamos en darnos cuenta de que es una parodia.
Pero, en fin, quiz¨¢s es porque unos cuantos ya son imparodiables.