La reconquista rusa de Cuba
El r¨¦gimen en la isla sigue pareci¨¦ndose m¨¢s a la Uni¨®n Sovi¨¦tica y a los socialismos reales de la Guerra Fr¨ªa que a cualquier comunismo capitalista o populismo autocr¨¢tico. Esa certeza comienza a tambalearse
Desde la desintegraci¨®n de la URSS, hace m¨¢s de 30 a?os, acad¨¦micos de las ciencias sociales, dentro y fuera de Cuba, han discutido qu¨¦ tipo de transici¨®n tendr¨ªa lugar en la isla. Algunos vieron condiciones para una transici¨®n democr¨¢tica; otros observaron que el tr¨¢nsito se producir¨ªa hacia alguna modalidad autoritaria; y otros m¨¢s se?alaron que el desplazamiento ser¨ªa m¨ªnimo, entre una preservaci¨®n del antiguo r¨¦gimen y la incorporaci¨®n de elementos postotalitarios.
Al cabo de tres d¨¦cadas, parece claro que ha predominado la tercera variante. En estos 30 a?os, el r¨¦gimen cubano, ni e...
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Desde la desintegraci¨®n de la URSS, hace m¨¢s de 30 a?os, acad¨¦micos de las ciencias sociales, dentro y fuera de Cuba, han discutido qu¨¦ tipo de transici¨®n tendr¨ªa lugar en la isla. Algunos vieron condiciones para una transici¨®n democr¨¢tica; otros observaron que el tr¨¢nsito se producir¨ªa hacia alguna modalidad autoritaria; y otros m¨¢s se?alaron que el desplazamiento ser¨ªa m¨ªnimo, entre una preservaci¨®n del antiguo r¨¦gimen y la incorporaci¨®n de elementos postotalitarios.
Al cabo de tres d¨¦cadas, parece claro que ha predominado la tercera variante. En estos 30 a?os, el r¨¦gimen cubano, ni en su dise?o institucional ni en sus pol¨ªticas p¨²blicas fundamentales ha adoptado los modelos de sus grandes aliados internacionales: Venezuela, Rusia, China o Vietnam. Su sistema sigue pareci¨¦ndose m¨¢s a la Uni¨®n Sovi¨¦tica y a los socialismos reales de la Guerra Fr¨ªa que a cualquier comunismo capitalista o populismo autocr¨¢tico del siglo XXI.
Esa certeza comienza a tambalearse en estos d¨ªas. Apenas cuatro a?os despu¨¦s de adoptada la nueva Constituci¨®n y a m¨¢s de una d¨¦cada de la aprobaci¨®n de los llamados ¡°Lineamientos¡± del Partido Comunista de Cuba, que condensaban aquellos ajustes postotalitarios, la c¨²pula gobernante, cada vez con mayor desinhibici¨®n, pide estudiar y transferir normas y pr¨¢cticas de los modelos chino, vietnamita o ruso, muy distintos entre s¨ª.
Delegaciones del Partido Comunista cubano viajan a China y a Vietnam y dirigentes chinos y vietnamitas visitan la isla y llaman a introducir cambios normativos e institucionales en Cuba. En 2018 el l¨ªder partidista vietnamita Nguyen Phu Trong defendi¨® la ¡°econom¨ªa de mercado¡± en La Habana. Dos a?os despu¨¦s, el presidente Nguyen Xuan Phuc reiter¨® el mensaje y hace pocas semanas lo mismo hizo el dirigente parlamentario Vuong Dinh Hue.
M¨¢s evidente a¨²n es la promoci¨®n del modelo ruso, en medio de la renovada complicidad geopol¨ªtica entre La Habana y Mosc¨², en apoyo la invasi¨®n de Ucrania. Las demandas de reformas dentro de Cuba, para alinear el sistema de la isla con alguno de sus aliados, o con varios a la vez, nunca hab¨ªan sido tan expl¨ªcitas. En tiempos del gran entendimiento entre Caracas y La Habana, conducido por Hugo Ch¨¢vez y Fidel Castro, a principios del siglo XXI, predominaba la l¨®gica inversa: Cuba era, o pretend¨ªa ser, el modelo a seguir.
Ahora vemos al Instituto de la Econom¨ªa de Crecimiento Stolypin ¨Cen honor a Piotr A. Stolypin, el primer ministro del zar Nicol¨¢s II, a inicios del siglo XX, denostado por Lenin y Trotski y admirado por Solzhenytsin y Putin¨C elaborando un proyecto de reforma econ¨®mica para Cuba, m¨¢s exhaustivo y autorizado que el que propuso, en los a?os 90, Carlos Solchaga, ministro de Econom¨ªa y Hacienda del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez.
De acuerdo con Boris Titov, directivo del Instituto Stolypin, comisionado presidencial para ¡°los derechos de los empresarios¡± y flamante presidente del Foro Econ¨®mico Empresarial Cuba-Rusia, es indispensable que en Cuba se realicen ¡°cambios legislativos¡± para que la reforma rusa de la econom¨ªa cubana pueda ser implementada en la isla. En d¨ªas recientes, el vice primer ministro Dmitri Chernishenko reiter¨® algo parecido en La Habana: la ¡°hoja de ruta¡± de la nueva ¡°cooperaci¨®n empresarial¡± con Rusia requerir¨¢ de ¡°cambios en la legislaci¨®n de Cuba¡±.
Lo poco que se sabe de ese proyecto de ¡°soluciones integrales a los problemas de Cuba¡±, en palabras del presidente Miguel D¨ªaz-Canel, es que, adem¨¢s de energ¨¦ticos, facilitar¨ªa el suministro de trigo ruso, entregar¨ªa tierras en usufructo a compa?¨ªas rusas, desarrollar¨ªa la importaci¨®n de insumos para las peque?as y medianas empresas cubanas y aumentar¨ªa la afluencia del turismo ruso a la isla, hasta llegar, seg¨²n el ministro de Econom¨ªa, Alejandro Gil, a 500.000 visitantes por a?o.
Es muy pronto para saber qu¨¦ tipo de reestructuraci¨®n de la econom¨ªa y la sociedad cubanas producir¨ªa una reorientaci¨®n del modelo de la isla hacia el referente ruso. Por lo pronto, varios fen¨®menos de la historia reciente como la creaci¨®n del aparato militar-empresarial y el geopoliticismo de la pol¨ªtica exterior, en contraste con la mezcla de realismo diplom¨¢tico y la apertura econ¨®mica, todav¨ªa vigentes en China y Vietnam, preparan el terreno para la transici¨®n a un nuevo capitalismo olig¨¢rquico en el Caribe.
Algunos indicios recientes, como la presencia del sector privado y la publicidad en la nueva Ley de Comunicaci¨®n y el llamado de sectores institucionales y acad¨¦micos de la isla a avanzar hacia una ¡°reforma del Estado¡±, se inscriben en la misma tendencia. Dif¨ªcil precisar qu¨¦ tanto responde ese desplazamiento a un desaf¨ªo geopol¨ªtico a la Uni¨®n Europea y a Estados Unidos, para que flexibilicen sanciones, a raz¨®n de que no quedar rezagados en el reparto de intereses en la isla, o a un intento de reforzar los v¨ªnculos de Mosc¨² en Am¨¦rica Latina y el Caribe, en medio del rechazo global a la invasi¨®n de Ucrania.
Lo cierto es que, a diferencia de Venezuela o Nicaragua, ninguno de los gobiernos aqu¨ª mencionados, el ruso, el vietnamita o el chino, busca atizar sus conflictos con Occidente a trav¨¦s del acercamiento a Cuba. Al rev¨¦s, como ha reconocido el propio Putin, la transici¨®n capitalista autoritaria, que esos gobiernos promueven en la isla, encontrar¨ªa su desenlace m¨¢s ventajoso en un escenario de recuperaci¨®n de la estrategia de normalidad diplom¨¢tica desde Washington o Bruselas. S¨®lo que, en cualquier variante de normalidad que apliquen, ni Estados Unidos ni la Uni¨®n Europea renunciar¨¢n a la agenda de derechos humanos y promoci¨®n de la democracia.