A mis seguidores
?Qu¨¦ hago yo, una escritora, publicando noche y d¨ªa en la red social? Dedicar. Dedico mi odio de clase y mi amor de mujer
Hoy quiero dirigirme a mis seguidores de Twitter. A aquellos que son testimonios activos y conscientes de mi odio de clase y de mi amor de mujer, los dos ¨²nicos sentimientos que me hacen tuitear una y otra vez en este servicio de microblogueo, tambi¨¦n los dos grandes sentimientos que atraviesan, siempre, mi escritura. Escribir es un oficio. Tuitear, en cambio, no lo es. O al menos no es el m¨ªo. Escribir es un gesto so...
Hoy quiero dirigirme a mis seguidores de Twitter. A aquellos que son testimonios activos y conscientes de mi odio de clase y de mi amor de mujer, los dos ¨²nicos sentimientos que me hacen tuitear una y otra vez en este servicio de microblogueo, tambi¨¦n los dos grandes sentimientos que atraviesan, siempre, mi escritura. Escribir es un oficio. Tuitear, en cambio, no lo es. O al menos no es el m¨ªo. Escribir es un gesto solitario y en soledad. Tuitear, en cambio, puede ser, y lo es mayoritariamente, un gesto p¨²blico, un gesto juzgado p¨²blicamente, in situ, para bien o para mal, un gesto juzgado p¨²blicamente por fans o detractores. Y es a ellos, a fans y a detractores, a los que me quiero dirigir en esta columna, como escritora y no como tuitera. Supongo que por eso mismo, porque una escritora siempre se dirige a todos sus lectores, tanto a los que la leen o la leer¨¢n por su talento como a los que la leen o la leer¨¢n por su mediocridad. Pero, ?qu¨¦ hace una escritora en Twitter? Y, sobre todo, ?a qui¨¦n se dirige una escritora que tuitea d¨ªa s¨ª, d¨ªa tambi¨¦n? Yo, particularmente, como escritora, en Twitter, no me dirijo a nadie. Yo, personalmente, como escritora, en Twitter, dedico. Entonces, otra pregunta: ?a qui¨¦n dedico y qu¨¦ dedico en mis tuits, yo, una escritora treinta?era de principios de este siglo XXI?
Dirigirse a alguien o dirigir algo solo es posible si se escribe, ya que dirigir comporta una intenci¨®n organizada y disciplinada. Yo, escribiendo, dirijo mi odio de clase y mi amor de mujer de forma organizada y de forma disciplinada: dirijo el odio y el amor de forma literaria, organizo y disciplino mis sentimientos para que acontezcan en literatura. Escribir no tiene nada que ver con el capital de visibilidad y de representatividad, no tiene nada que ver ni con los followers ni con los likes, no tiene nada que ver con las l¨®gicas de mercado. Cuando se escribe, se piensa y se discute, para con uno mismo y para con los dem¨¢s. ?Es posible pensar y discutir en Twitter? No. ?Por qu¨¦? Porque el neoliberalismo es absolutamente lo contrario al pensamiento y a la discusi¨®n, es absolutamente contrario a la inteligencia y al talento, a la sensibilidad, al sentimiento, es absolutamente contrario a la escritura, a la literatura. No es casualidad que en una sociedad capitalista la organizaci¨®n y la disciplina cr¨ªticas, eso es aut¨¦nticas y no cosm¨¦ticas, sean algo muy dif¨ªcil o casi imposible. Actualmente, en plena fase neoliberal del capitalismo post-tard¨ªo, la literatura, el oficio y el gesto de escribir, se dirige, de forma intr¨ªnseca y natural, contra el capital. Sorry, tuiteros y tuiteras, vuestros art¨ªculos y vuestros libros no son literatura, son productos y mercanc¨ªas al servicio de la mediocridad intelectual y sentimental, pol¨ªtica y art¨ªstica.
Vuelvo a esa pregunta que planteaba en un inicio a¨²n sin responder: pues, ?qu¨¦ hago yo, una escritora, tuiteando noche y d¨ªa en Twitter? Dedicar. Dedicar implica destinar algo a un fin determinado, es una de las escasas posibilidades y potencialidades revolucionarias, junto a la difusi¨®n y la propaganda, que los marxistas podemos utilizar y ejecutar en las plataformas digitales y las redes sociales que configuran, ya, un tecnofeudalismo que urge empezar a combatir. En Twitter, yo, dedico mi odio de clase y mi amor de mujer. Sin compasi¨®n. A veces, incluso, con gracia y salero, haciendo del insulto un arma eufem¨ªstica de constataci¨®n y desprestigio de cuentas y discursos fascistas, y de las pol¨¦micas que se generan, a su vez, un arma de divulgaci¨®n y expansi¨®n de la constataci¨®n y la demostraci¨®n del clasismo, el racismo y el machismo. Ante la imposibilidad de dirigir algo verdadero, de organizaci¨®n y de disciplina, en Twitter, dedico. Dedico mi odio y mi amor. Dedico para destinar toda mi inteligencia, toda mi sensibilidad, todo mi sentimiento a un fin determinado: la lucha de clases en la era de internet.