La soledad de Feij¨®o
El batacazo parlamentario del l¨ªder del PP solo puede interpretarse en clave de derrota, la segunda en menos de un mes
Despu¨¦s de las votaciones para conformar la Mesa del Congreso y su presidencia seguimos sin saber contestar a la pregunta de qu¨¦ tipo de legislatura tendremos, ni siquiera si la habr¨¢. Pero algo s¨ª sabemos: la fenomenal patada que el Partido Popular dio este mi¨¦rcoles a Vox ¡ªcon el que gobierna en cuatro comunidades aut¨®nomas¡ª es otro indicador de la profunda desorientaci¨®n en la que se encuentra. El portazo a la formaci¨®n de Abascal fue ...
Despu¨¦s de las votaciones para conformar la Mesa del Congreso y su presidencia seguimos sin saber contestar a la pregunta de qu¨¦ tipo de legislatura tendremos, ni siquiera si la habr¨¢. Pero algo s¨ª sabemos: la fenomenal patada que el Partido Popular dio este mi¨¦rcoles a Vox ¡ªcon el que gobierna en cuatro comunidades aut¨®nomas¡ª es otro indicador de la profunda desorientaci¨®n en la que se encuentra. El portazo a la formaci¨®n de Abascal fue la proyecci¨®n en la C¨¢mara baja de una inesperada l¨®gica del tira y afloja: mientras un bloque actuaba casi como un rodillo para asegurarse la presidencia del Congreso ¡ªcon todo bien atado y amarrado¡ª el otro no paraba de deshilacharse. De momento solo hay eso, porque desconocemos el material del que est¨¢ hecho el rodillo, pero s¨ª tenemos ya las nuevas Cortes constituidas y la sonora soledad del Partido Popular.
El batacazo parlamentario de Feij¨®o solo puede interpretarse en clave de derrota, la segunda en menos de un mes. La primera se produjo por una p¨¦sima gesti¨®n de expectativas alimentada por la err¨¢tica campa?a hecha desde la arrogancia de quien se ve ganador. La segunda es el exiguo n¨²mero 139, exactamente los apoyos que Feij¨®o ha sido capaz de aglutinar para hacer a Cuca Gamarra presidenta del Congreso, cuando la tarde anterior a la votaci¨®n afirmaba que estaba nada m¨¢s y nada menos que a cuatro votos de conseguirlo. ?En qu¨¦ realidad vive exactamente el l¨ªder del PP?
Con el autoenga?o sucede lo mismo que con la mentira, al final la realidad es demasiado amplia como para poder cubrirla eternamente. Su propio peso act¨²a casi como una fuerza coactiva. El brusco cambio de tim¨®n que supuso la decisi¨®n de dejar fuera de la Mesa a Vox desdibuja a¨²n m¨¢s las opciones reales de Feij¨®o para ir a una investidura. Esto ya no va de que la Constituci¨®n no dice que el candidato propuesto sea el l¨ªder del partido m¨¢s votado, es que la soledad del Partido Popular es incompatible con el propio procedimiento que establece la Constituci¨®n. A fuerza de refutar sistem¨¢ticamente una verdad constitucional, esta ha terminado por salir a la superficie como un corcho. Y esta vez aparece bajo la forma de un fabuloso dilema para Feij¨®o, porque no ir supondr¨ªa para ¨¦l ahondar en la corrosi¨®n de su liderazgo. Pero si decide tensar a¨²n m¨¢s la cuerda y retorcer las reglas del juego insistiendo en que debe presentarse, podr¨ªa exponerse, desde su absoluta soledad, a un debate letal para su traves¨ªa madrile?a. Y se equivocar¨ªa si pensara que la forma de redimirse est¨¢ en una nueva convocatoria electoral o en una legislatura corta marcada por el ruido y la furia. La ¨²nica redenci¨®n posible para el PP pasa porque realmente se crea que es un partido de Estado al que de verdad le importa Espa?a. Feij¨®o se ha metido solito en un agujero, en un laberinto imposible. Es dif¨ªcil que salga de ah¨ª si adem¨¢s en las ¨²ltimas semanas ha hecho gala de una especie de astigmatismo pol¨ªtico: una visi¨®n borrosa, desdoblada, desenfocada.