?Es un pato? ?Es un conejo? ?No, es Donald Trump!

Una de las ilusiones ¨®pticas m¨¢s conocidas es la de un dibujo que, seg¨²n se mire, puede ser un pato o un conejo. Tiene unos 130 a?os de historia y hay muchas parecidas, como el retrato de una anciana que tambi¨¦n puede ser el de una joven.

Esta semana hemos visto otra ilusi¨®n ¨®ptica similar: la foto policial de Donald Trump, que fue...

Una de las ilusiones ¨®pticas m¨¢s conocidas es la de un dibujo que, seg¨²n se mire, puede ser un pato o un conejo. Tiene unos 130 a?os de historia y hay muchas parecidas, como el retrato de una anciana que tambi¨¦n puede ser el de una joven.

Esta semana hemos visto otra ilusi¨®n ¨®ptica similar: la foto policial de Donald Trump, que fue fichado el jueves en Georgia por sus intentos de fraude en las elecciones de 2020. Cuando la vi en la portada de EL PA?S, pens¨¦, por vigesimos¨¦ptima vez desde 2015: ¡°Este hombre est¨¢ acabado¡±. No estaba solo: para muchos, la imagen es otra prueba de que Trump nunca debi¨® ser presidente y una confirmaci¨®n de que no va a poder librarse de la justicia. Muchos tuiteros estadounidenses se han dedicado estos d¨ªas a compartir memes con la foto y, por ejemplo, han comparado a Trump con los villanos de las pel¨ªculas de Stanley Kubrick o con el modelo descerebrado de Zoolander. Tambi¨¦n hab¨ªa quien propon¨ªa que esa ficha de la polic¨ªa se convirtiera en su retrato presidencial.

Pero, como en la ilusi¨®n ¨®ptica, muchos no ve¨ªan un pato, sino un conejo: Trump crey¨® que la foto merec¨ªa volver a Twitter dos a?os y medio despu¨¦s de que le suspendieran la cuenta y casi 10 meses despu¨¦s de que Elon Musk decidiera devolv¨¦rsela. El expresidente tuite¨® la foto, acompa?ada de un mensaje en el que dec¨ªa ¡°interferencia electoral, ?nunca nos rendiremos!¡±.

S¨ª, hubo memes, pero tambi¨¦n hubo aplausos: para los seguidores del expresidente, la imagen se ha convertido en un s¨ªmbolo de su resistencia ante una persecuci¨®n jur¨ªdica, seg¨²n ellos, sin fundamento. Por ejemplo, la congresista Marjorie Taylor Greene aseguraba que ¡°esta es la foto que ganar¨¢ las elecciones presidenciales de 2024¡å. Y, seg¨²n recog¨ªa la web Vice, el delirio llegaba al m¨¢ximo entre los seguidores de las conspiranoias de QAnon, que llevan tres a?os convencidos de que Trump est¨¢ batallando contra el Estado profundo, con ideas que el guionista de una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n de serie B descartar¨ªa por rid¨ªculas, como que Joe Biden est¨¢ arrestado en Guant¨¢namo y ha sido sustituido por un actor.

El retorno a Twitter no es desinteresado: la foto iba acompa?ada de la direcci¨®n de su web, en la que recoge donativos para su campa?a presidencial (y para sus abogados) y en la que vende camisetas (unos 32 euros), tazas (23 euros) y p¨®steres firmados (26 euros), todos con la foto de la polic¨ªa. Y ha funcionado: seg¨²n la web Politico, la campa?a de Trump recaud¨® 7,1 millones de d¨®lares dos d¨ªas despu¨¦s de que se publicara la imagen. Trump insiste en que prefiere seguir usando su propia red social, Truth Social, pero all¨ª tiene 6,5 millones de seguidores y en Twitter a¨²n le siguen 88 millones de donantes y compradores potenciales de souvenirs. ?Seguir¨¢ tuiteando? A¨²n no lo ha confirmado, pero visto el ¨¦xito, es muy posible.

El proceso de Georgia no es un caso aislado: Trump tiene tantos problemas legales que The Washington Post ha publicado un ranking de causas judiciales como quien ordena de mejor a peor las pel¨ªculas de Tarantino o los discos de Taylor Swift. Algo as¨ª hundir¨ªa a cualquier candidato a presidir la escalera de vecinos, pero Trump sigue siendo el favorito para presentarse a las elecciones de 2024 por el Partido Republicano, gracias a una base muy fiel de votantes. Las encuestas tambi¨¦n lo mantienen muy igualado con Biden.

Pero en las elecciones no solo votan los fieles, sino tambi¨¦n los que no lo tienen tan claro. Como se?alaba The New York Times, casi dos terceras partes de los votantes indecisos creen que Trump ha cometido delitos graves. Los incondicionales hacen mucho ruido en Twitter y gastan mucho dinero, pero las elecciones no se ganan solo con teor¨ªas de la conspiraci¨®n, gorras y camisetas.

Claro que ahora igual soy yo el que quiere ver un pato.