En defensa del cu?ado
Esta figura casi mitol¨®gica sigue vigente en X gracias a memes y chistes
El cu?ado es ese personaje que siempre aparca en la puerta, que sabe cortar jam¨®n y que tiene la clave para acabar con el paro. Y la Navidad es tiempo de cu?ados. Hace ya nueve a?os, en 2014, se vivi¨® una Nochebuena tuitera que recogi¨® los grandes t¨®picos sobre este personaje en gran parte m¨ªtico, pero basado en hechos reales. Y no era una novedad: un a?o antes, El Mundo Today resum¨ªa su esp¨ªritu con un titular que ...
El cu?ado es ese personaje que siempre aparca en la puerta, que sabe cortar jam¨®n y que tiene la clave para acabar con el paro. Y la Navidad es tiempo de cu?ados. Hace ya nueve a?os, en 2014, se vivi¨® una Nochebuena tuitera que recogi¨® los grandes t¨®picos sobre este personaje en gran parte m¨ªtico, pero basado en hechos reales. Y no era una novedad: un a?o antes, El Mundo Today resum¨ªa su esp¨ªritu con un titular que a¨²n se comparte: ¡°Pide un vino y su cu?ado, al catarlo, lo rechaza¡±.
La figura del cu?ado, sea m¨¢s o menos realista, contin¨²a siendo ¨²til. Por ejemplo, cuando alguien califica las declaraciones de alg¨²n escritor o pol¨ªtico como de ¡°cu?adez¡±, sabemos perfectamente a qu¨¦ se refiere e incluso podr¨ªamos adivinar alguna de las frases sin que nos den m¨¢s pistas. Al fin y al cabo, el cu?ado es ese tod¨®logo que cree que cualquier cosa resulta m¨¢s f¨¢cil de lo que parece y, de hecho, ¨¦l lo solucionar¨ªa en un par de tardes si le dejaran.
Aunque a estas alturas puede parecer que las bromas de cu?ados ya son de cu?ados, lo cierto es que se mantienen en forma, como todos los cl¨¢sicos: podemos apreciar su vigencia en un hilo reciente de @parrobot7, una cuenta que ha recopilado las 100 mejores frases de cu?ados para estas Navidades. La lista incluye cl¨¢sicos como preguntar ¡°?qu¨¦ hemos roto?¡± al ver la cuenta o una de mis favoritas, que admito haber dicho en alguna ocasi¨®n: comentar en un restaurante que tardan en servir la carne porque ¡°est¨¢n matando la vaca¡±. No hay nadie que sea un cu?ado total, o al menos son m¨¢s raros de lo que dan a entender las caricaturas de X ¨Dla antigua Twitter¨D, pero todos somos un poco cu?ados de vez en cuando. Y s¨ª, soy consciente de que esta ¨²ltima frase es una metacu?adez.
Hay una parte del cu?adismo que resulta, como m¨ªnimo, irritante, incluso aunque la consideremos inofensiva. Es esa seguridad del hombre de mediana edad convencido de que tiene algo que decir, pero que luego no suelta m¨¢s que t¨®picos que ha escuchado, imagino que a otros cu?ados (?tendr¨¢n un grupo de WhatsApp?).
Pero la verdad es que me dan un poco de envidia. A m¨ª tambi¨¦n me gustar¨ªa saber cortar perfectamente un jam¨®n (ni siquiera compro jamones enteros), aparcar en la puerta (casi no conduzco) o tener claro c¨®mo arreglar ¡°lo de Catalu?a¡± (el asunto pol¨ªtico m¨¢s aburrido de la historia). Como dec¨ªamos, hay mucho mito: mi cu?ado no es as¨ª, no s¨¦ si por suerte o por desgracia, e imagino que ¨¦l piensa lo mismo de m¨ª, que podr¨ªa ser m¨¢s cu?ado, que no me esfuerzo lo suficiente, que a ver si me invitan de una vez a ese grupo de WhatsApp.
La figura del cu?ado tiene un punto reconfortante en las redes, porque internet nos ha hecho ver lo fr¨¢giles que son nuestras certezas: la idea de que alguien crea saberlo todo resulta casi rid¨ªcula hoy en d¨ªa, pero tambi¨¦n tranquilizadora. Un cu?ado cl¨¢sico puede caer simp¨¢tico, al menos en peque?as dosis, y despierta la nostalgia, como ver tarta al whisky entre los postres de un restaurante.
Pero tampoco olvidemos que el cu?adismo tiene su lado peligroso porque ¡ªcomo dir¨ªa tu cu?ado¡ª todo en exceso es malo. Cuando pol¨ªticos y tuiteros defienden conspiranoias electorales o insisten en que les gusta la fruta, como el t¨ªpico pesado que repite un chiste 15 veces porque no entiende que no nos haga gracia a la primera, se est¨¢n comportando como turbocu?ados. Por inc¨®modo que sea, es bueno dudar y es normal no saberlo todo. Dejemos las cesiones al cu?adismo para pedir la tarta al whisky de la que habl¨¢bamos antes y soltar eso de ¡°aunque me voy a ahorrar la tarta¡±. Pero no al camarero, que no tiene culpa de nada: mejor a nuestro cu?ado, para que tome nota y aprenda.