Adi¨®s al internet bueno

Nunca intercambi¨¦ una palabra con ¨¦l, pero tambi¨¦n he sentido que dentro de m¨ª algo hac¨ªa crac con la muerte del escritor y profesor coru?¨¦s Miguel L¨®pez, conocido en la Red como El Hematocr¨ªtico. Llegu¨¦ a ¨¦l cuando se convirti¨® en una integrante m¨¢s del chat que compart¨ªa con mi hermana y mis primas mientras ve¨ªamos, conectadas cada una desde su casa, aquel hito televisivo que fue Qui¨¦n quiere casarse con mi hijo. Compart¨ªamos sus tuits en directo y llor¨¢bamos de la risa en emoji, como si nadie le ganase en ingenio en el grupo. Pasaron los a?os y siempre estuvo ah¨ª, alegrando el scroll infinito con sus reflexiones. Era imposible no querer ser su amiga de internet.

Aunque no me atrev¨ª a dec¨ªrselo cuando lo vi, tuve la suerte de comprobar que su magia traspasaba el mundo virtual y se multiplicaba en el real. Pas¨® en la ¨²ltima edici¨®n del Carballo Interplay, el festival coru?¨¦s que Sonia M¨¦ndez y Andrea Villa organizan desde hace m¨¢s de una d¨¦cada para reivindicar a la gente que habita en el lado bueno de internet. En ese tr¨ªo que conformaba con Noel Ceballos y Nus Cuevas, El Hematocr¨ªtico desarroll¨® en directo un episodio especial de The Nacho Mart¨ªn Project, el podcast inacabado en el que los tres comentaban escena a escena de M¨¦dico de familia. All¨ª lograron la cuadratura del c¨ªrculo: tener a chavales que ni siquiera hab¨ªan nacido cuando Telecinco emiti¨® la serie en doblados de risa, boquiabiertos frente a conceptos tan geniales como ¡°la guitarra del sida¡±, como llamaron a aquel riff dram¨¢tico que sonaba en la comedia para remarcar que lo que ten¨ªamos delante era algo lacrim¨®geno. Fue fant¨¢stico.

Ha muerto El Hematocr¨ªtico y con ¨¦l se nos va otro referente del internet bueno. Para entender qu¨¦ significa, basta con leer el adi¨®s que ha escrito su amigo Noel Ceballos en la revista GQ: ¡°Me enfurezco. Claro que me enfurezco ante la muerte de la luz, Miguel. Pero entonces paro un momento y pienso en si te gustaba verme enfadado¡­ Ambos sabemos cu¨¢l es la respuesta, ?verdad? Hace diez a?os, tomando un caf¨¦ en Embajadores, me dijiste cu¨¢l era exactamente esa respuesta: ¡®?Sabes qu¨¦ pasa, t¨ªo? Que t¨² y yo nos hemos encontrado porque, en una ¨¦poca llena de haters, nosotros somos lovers. Hablamos todo el rato de las cosas que nos gustan, hacemos otras cosas solo porque nos gustan y no nos cansamos nunca. ?Somos lovers!¡±, recuerda.

En estos d¨ªas de duelo para las que militamos por otra esfera digital posible, he rememorado lo que me explic¨® la doctora en Comunicaci¨®n Digital Jessa Lingel sobre el empobrecimiento de nuestra experiencia virtual. ¡°En esta era no solo el qui¨¦n est¨¢ online ha cambiado; la clave es qu¨¦ est¨¢ online. Internet ser¨¢ m¨¢s propensa a estar sesgada, a restarnos poder, o, simplemente, ser¨¢ simple¡±, me cont¨® la autora de The Gentrification of the Internet: How to Reclaim Our Digital Freedom, donde analiza c¨®mo la ¨¦tica de las big tech (Amazon, Apple, Facebook, Google y Microsoft) ha priorizado el estercolero de odio, racismo y mentiras que domina la conversaci¨®n virtual. ¡°Con las comunidades online pasa como en un barrio gentrificado: se est¨¢n expulsando la diversidad y otros puntos de vista, dej¨¢ndonos con plataformas que tienden al centro¡±, me se?al¨®. Por eso, en mi cabeza El Hematocr¨ªtico siempre ser¨¢ ese creador que resist¨ªa frente a la invasi¨®n de los buitres digitales, apostando por un discurso ingenioso, imaginativo, y bondadoso. El ¨²ltimo artesano del buen internet se ha ido y ahora, ah¨ª dentro, todo es m¨¢s gris, aburrido y triste.