Igualdad
No se trata de defender la equidad social a trav¨¦s de unos impuestos justos, sino de colocar la palabra igualdad en la misma frase pol¨ªtica que defiende la libertad de los m¨¢s fuertes
Lo escribi¨® Jorge Manrique, la muerte lo iguala todo. Ante ella son iguales los que viven por sus manos y los ricos. Este car¨¢cter medieval de la muerte val¨ªa para legitimar las desigualdades en la vida. La verdad de Dios igualaba a sus siervos a la hora de entregar el alma. Pero en el mundo terrenal distribu¨ªa papeles entre nobles y mendigos, obispos y pecadores. Imperaban la ley divina y la obediencia inexcusable.
La filolog¨ªa pol¨ªtica est¨¢ muy entretenida en su juego con las palabras. Ahora toca el turno de la ...
Lo escribi¨® Jorge Manrique, la muerte lo iguala todo. Ante ella son iguales los que viven por sus manos y los ricos. Este car¨¢cter medieval de la muerte val¨ªa para legitimar las desigualdades en la vida. La verdad de Dios igualaba a sus siervos a la hora de entregar el alma. Pero en el mundo terrenal distribu¨ªa papeles entre nobles y mendigos, obispos y pecadores. Imperaban la ley divina y la obediencia inexcusable.
La filolog¨ªa pol¨ªtica est¨¢ muy entretenida en su juego con las palabras. Ahora toca el turno de la palabra igualdad. Despu¨¦s de todas las vueltas que el anarquismo capitalista le ha dado a la palabra libertad, identificada con la ambici¨®n sin l¨ªmites de las grandes fortunas, toca ahora el protagonismo de la palabra igualdad. Los debates sobre la amnist¨ªa y sobre la justicia repiten el estribillo de la igualdad ante la ley. Y no se trata, por supuesto, de defender la igualdad social a trav¨¦s de unos impuestos justos en favor del bien com¨²n, sino de colocar la palabra igualdad en la misma frase pol¨ªtica que defiende la libertad de los m¨¢s fuertes.
As¨ª que cuidado con la palabra igualdad. Puigdemont es un personaje muy antip¨¢tico. Pocas farsas derechistas han sido tan imp¨²dicas como la suya. Pero la antipat¨ªa est¨¢ siendo utilizada para ocultar el verdadero compromiso de una sociedad con la igualdad y la justicia social. Empujados al debate jur¨ªdico, podemos acabar justificando la idea de unas leyes fijas e intocables. Se repite que somos iguales ante la ley, pero se olvida que no se trata de una divinidad, sino de leyes elaboradas democr¨¢ticamente por un Parlamento, leyes que pueden cambiarse seg¨²n la voluntad pol¨ªtica y democr¨¢tica. Defender la igualdad ante una ley intocable supone en realidad argumentar la muerte de la pol¨ªtica a la hora de trabajar en favor del pluralismo, en favor de las igualdades entre los seres vivos.